Claudia Ruiz Massieu y Miguel Torruco pueden anotarse una nota laudatoria: han logrado “normalizar” las relaciones entre la Secretaría de Turismo federal y la de la ciudad de México. No es, como pareciera a primera vista, un logro menor. Durante años, contagiados por las locuras políticas de sus respectivos jefes, los titulares de Turismo federal y de la capital apenas se hablaban. Lo usual, si tenían algo que decirse, era que recurrieran a los servicios de subalternos. Fue en aquellos años en los que Marcelo Ebrard tenía que hacer malabares en todos los eventos públicos para no toparse de frente con Felipe Calderón. Saludar al presidente equivalía a salarse de por vida. Marcelo, que tan listo es, pensaba que lo cortés quitaba lo valiente e incurrió en disparates colosales. La actitud de Calderón y Marcelo permeó en sus estructuras. Hay que decir que hacia el final del sexenio pasado, la maestra Gloria Guevara y Carlos Mackinlay comenzaron a tratarse como lo que son: gente civilizada.
La normalización de las relaciones es miel sobre hojuelas para el Distrito Federal, pues se abre un canal de comunicación permanente que traerá buenas noticias. Torruco reveló que trabajó un tiempo para José Francisco Ruiz Massieu, de manera que conoce personalmente a Claudia desde que era una adolescente. La empatía personal no define una relación institucional, pero desde luego que sí ayuda. El lanzamiento de la campaña internacional de promoción turística para la ciudad de México así lo demuestra. El Consejo de Promoción Turística ha puesto en marcha la campaña que lleva el lema de Vivirlo para Creerlo, que está dirigida a nuestros principales mercados que son y serán por mucho tiempo Estados Unidos y Canadá con el propósito de posicionar al DF como un destino turístico a la altura de las grandes capitales del mundo, como sin duda lo es. Otros destinos importantes ya se cubren con el mismo paraguas promocional. Es una campaña importante, de gran alineto, de más de 150 millones de pesos. Se dice poco pero la ciudad de México fue la metrópoli más importante del continente por siglos, digamos cinco siglos. La densidad cultural de su Centro Histórico no tiene competencia en el Hemisferio Occidental, que no es poco decir, pues cuenta con sitios arqueológicos y joyas virreinales cumbres de grandes culturas. Nada me cuesta reconocer aquí que el rescate de esta zona de la ciudad, el Centro Histórico, es un logro que no se debe regatear a las administraciones perredistas, desde López Obrador a Mancera, pasando por Ebrard que ha tenido el tino de continuar el esfuerzo y que decidió en buena hora que el turismo sería política pública prioritaria de la ciudad. La capacidad negociadora de Torruco y su cercanía al equipo federal traerá más beneficios concretos para el Distrito Federal.
BCS.- Uno de los estados que destacó durante la presentación del nuevo paquete de inversiones en materia turística realizada, para darle realce, en la casa presidencial, fue Baja California Sur, en particular Los Cabos que atraviesa por una de sus mejores rachas en los últimos años, lo que le ha permito reasumir un liderazgo que perdió en la tremenda crisis del 2009. Baja California Sur es un estado dotado integralmente para el turismo de alto nivel. Sus anclas son la pesca deportiva y el golf, que deleitan a turistas adineradas provenientes de la cosa oeste de los Estados Unidos.
El dato relevante de los tiempos recientes es que el turismo nacional comienza a destacar, pues cada vez hay más mexicanos dispuestos a conocer la alucinante belleza de la parte sur de la península. Hay que decir que el repunte tiene una razón operativa: el compromiso del gobernador, por principio de cuentas, y el hecho de que el secretario de Turismo, Rubén Riachi, ha conseguido que la comunidad empresarial se sume en conjunto, sin fisuras graves, a los trabajos. Riachi cumple con su trabajo político de manera impecable y tiene una comunicación fluida con los empresarios porque él mismo proviene de esas filas. Habla su idioma y tiene conciencia a clara de que los políticos son aves de paso, pero los empresarios y sus negocios son permanentes. Llegaron para quedarse.