A cien días del inicio del sexenio, ya salió una encuesta sobre los probables candidatos presidenciales de Morena para el 2024. Dice la sabiduría popular que al que madruga le da sueño al mediodía, de modo que los nombres que ahora se manejan dentro de dos o tres años podrían estar fuera de la jugada. Hace seis años muchos sabían que AMLO sería candidato presidencial. El tabasqueño ya pensaba en un partido a la altura de sus ambiciones personales, pero ahora las circunstancias han cambiado mucho.
El candidato más aventajado de Morena para ser candidato presidencial para la elección del 2024 es el propio López Obrador. Aunque ha dicho que no piensa reelegirse, lo cierto es que está diseñando un andamiaje para hacerlo, a menos que quiera establecer un nuevo Maximato y convertirse en el hombre fuerte aunque no ocupe la Silla del Águila de manera formal. Si por alguna extraña razón AMLO no compitiera, ¿quiénes serían los probables sucesores?
A decir de una encuesta de El Financiero quien tiene más posibilidades es Marcelo Ebrard, actual canciller, ex jefe de Gobierno de la CDMX y hombre cercano a López Obrador desde los tiempos en que Ebrard y Manuel Camacho rompieron con Carlos Salinas. Es un político profesional. Salió muy raspado del Palacio del Ayuntamiento, bajo sospecha de malos manejos por temas como la Línea Dorada y las grúas. Tuvo un prolongado exilio dorado en París sin que hasta el momento alguien le haya preguntado de qué vivió en esa ciudad tan cara. En las columnas se habló de un distanciamiento con Andrés Manuel, pero una vez que se concretó el triunfo de Morena se sabía que Ebrard tendría un lugar en el gabinete aunque no se sabía cuál. De hecho, la cancillería estaba destinada para otra persona.
No hay en el primer círculo de AMLO políticos del empaque de Marcelo que conoce bien al país y que ahora se está curtiendo en las lides internacionales. No es tan sorpresivo que su nombre aparezca hasta arriba porque la CDMX es una plataforma de posicionamiento inmejorable. Si dentro de dos o tres años Marcelo pasa a la Segob o a Bienestar, querrá decir que el Presidente sí lo tiene contemplado.
En un lejano segundo lugar está Claudia Sheinbaum, muy cercana al ánimo del Presidente que demostró su inclinación por ella al darle la candidatura para la ciudad. Tiene plataforma, es cierto, pero la ciudad es un polvorín con muy graves problemas, entre ellos seguridad y movilidad. Buenos resultados en estas áreas la pueden catapultar, pero también, si las cosas no marchan bien, pueden hundirla. No se lució en Tlalpan y aunque todos reconocen que es una mujer preparada no queda claro si podría hacer solitos sin la ayuda de AMLO.
Muy cerca de Claudia, en empate técnico, está el zacatecano Ricardo Monreal que tiene un cargo por demás favorecedor: es presidente del Senado. Desde donde habla con todos los sectores, conoce a todas las personas importantes, tiene poco desgaste, de manera que puede llegar fuerte, muy fuerte, al cierre del sexenio. Completa el elenco de Morena Tatiana Clouthier, una de las figuras más admiradas de la Cuarta Transformación, pero que está lejos del fogón, apenas le llega calorcito desde el Palacio Nacional. Tatiana seguirá brillando, pero por ahora no la veo ni cerca de la jugada por la grande.
Ebrard y Monreal son dos políticos que darían tranquilidad a los factores reales de poder. Están curtidos en mil batallas, muchas de ellas perdidas. Claudia es brillante, dicen todos lo que la conocen, pero tiene que mostrar que puede moverse sin el tutelaje abrumador de AMLO.