Con las filtraciones del caso Lozoya y el video de Pío López Obrador arrancó de manera real la campaña política 2021. El inicio formal es hasta septiembre, pero los grupos de poder se adelantaron para darse con todo. Será una batalla de lodo. Todos los plumajes saldrán manchados y el quehacer político volverá a avergonzar a los mexicanos. Ni modo, es lo que hay.
Ante el golpe devastador de la emergencia sanitaria y de la crisis económica que cae como una avalancha, la 4T resolvió adelantar los tiempos y comenzar con el golpeteo. El uso electoral del caso Lozoya es grotesco. La prueba es que la Fiscalía General de la República es una coladera que filtra, o deja que otros lo hagan, todos los expedientes privados del proceso contra el ex director general de Pemex.
Su propósito es que los medios y la gente hablen de las corruptelas del pasado y no de los muertos o de los desempleados. El expediente Lozoya menciona 17 nombres de políticos conocidos, incluidos varios ex presidentes. ¿Cuántos de ellos terminarán en la cárcel? ¿Todos, la mitad, poquitos, ninguno? La verdad eso no le interesa al gobierno, lo que el gobierno quiere es el escándalo, el ruido, la cortina de humo. La estrategia le estaba saliendo a pedir de boca y por unas horas pareció que todo sería miel sobre hojuelas, que barrerían con los adversarios políticos para dominar la plaza ellos solos.
En esas andaban cuando apareció el video de Pío López Obrador y David León y la estrategia descarriló. El gobierno se ha movido rápido para tratar de no perder el impulso, pero lo cierto es que fue un golpe brutal que le dio al presidente en donde más le duele: la supuesta superioridad moral de su grupo y de su movimiento. La aparición del video deja en claro que los de la acera de enfrente no están mancos y que no piensan estar poniendo todo el tiempo la otra mejilla.
Claro que el gobierno tiene hoy múltiples herramientas, incluidas las fuerzas armadas, para cumplir con sus ambiciones políticas, pero sus adversarios tienen un verdadero arsenal para hacer daño. Alrededor de AMLO hay muchos personajes vulnerables que han sido seguidos en los últimos lustros. Uno de ellos es su hermano Pío, que le encanta la buena vida y que no resistirá ni la más leve prueba del ácido. AMLO lo sabe y por eso quiere que la defensa la lleve David León que es un señor inteligente que sabrá defenderse.
Pero Pio no tiene ese don ni tampoco el de la elocuencia, si lo agarran lo atoran y si tienen fotos de él haciendo depósitos en las Islas Caimán pues es pan comido para los grupos de poder. La familia es un flanco débil, como lo muestra el propio caso Lozoya qu, por meter a su parentela en sus enjuagues, incluida su madre, se puso de pechito. Lozoya puede decir que él ya hizo su parte del acuerdo, soltar nombres, toca a la Fiscalía preparar expedientes sólidos. La tiene difícil.
La campaña será la más sucia de la que se tenga memoria. Tal parece que no hay reglas, ya se vale de todo. La democracia mexicana estará expuesta a todos los excesos posibles. ¿Resistirá? La respuesta está en el aire.