López Obrador dijo que la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus le viene “como anillo al dedo” porque le servirá para fortalecer a la 4T. Si la emergencia ocasiona miles de hogares enlutados es lo de menos, lo importante es que el proyecto político que encabeza AMLO emerja fortalecido de la crisis y que los sobrevivientes voten por él.
Como los pobres serán más y estarán más pobres, cada día dependerán más del dinero que les entregue el Gobierno a través de los programas sociales, serán legiones de votantes cautivos que, molestos o no, asegurarán la continuidad de los apoyos votando por Morena.
La emergencia sanitaria también le abre al gobierno de AMLO la oportunidad de librarse de una vez por todas de la incómoda oposición política. Es cierto que los partidos políticos están tirados en la cuneta desde que el tráiler de Morena los embistió en la elección del 2018, pero en una de esas, ante los repetidos errores del gobierno, regresan a la competencia y pueden retar a Morena en las urnas.
Para evitar eso, López Obrador tuvo una idea maligna, maliciosa, gandalla: emprender un linchamiento mediático contra los partidos que no regresen el 50 por ciento de las prerrogativas que reciben a través del INE. Es una jugarreta maliciosa ya que los partidos reciben una cifra de dinero vinculada al número de votos que recibieron en la más reciente elección. Morena obtuvo más de 30 millones de votos, lo que le da una bolsa multimillonaria; al resto le fue entre mal y pésimo. Si les quitan la mitad del dinero se quedarán con una mano adelante y otra atrás y, claro, no podrán ni en sueños competir con el gobierno federal y su partido.
No es una petición de apoyo, es un chantaje político, ya que López Obrador amagó con un linchamiento mediático en las conferencias mañaneras para triturar a los partidos que no regresen el dinero, pues quedarían como enemigos del pueblo que no quieren solidarizarse en los momentos de apremio.
Al Presidente no le importa que esté pidiendo algo que es ilegal, pues los partidos tienen expresamente prohibido por ley usar el dinero de las prerrogativas para hacer donaciones. Ya lo dijo el INE. Pero como en realidad es un golpeteo político y no una medida de generosidad, lo que diga el Instituto no les importa. Lo que dicen los partidos de oposición es que están de acuerdo en apoyar, pero no regresando el dinero a Hacienda, sino haciendo aportaciones directas a quienes requieran el apoyo. Si el dinero regresa a Hacienda terminará patrocinando los programas clientelares del Gobierno, lo que sería una paradoja enorme. En cualquier escenario, López Obrador gana: o los despluma o los exhibe como enemigos del pueblo.
La oposición se defiende, intenta hacerlo, pero lo cierto es que tal parece que pelea con una mano atada a la espalda. Ningún golpe le atina al Gobierno. De modo que, aunque su desempeño en la emergencia ha sido lastimoso, el gobierno realmente no tiene de qué preocuparse, porque la oposición no está en capacidad de aprovechar los errores; si la oposición sale viva del coronavirus será un milagro.
Twitter: @soycamachojuan