Fue Silvia Hernández la primera que hizo notar, en un evento del Foro Nacional de Turismo en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, la contradicción en que incurre el equipo de López Obrador con respecto a dos obras relevantes en materia de infraestructura: el nuevo aeropuerto y el Tren Maya.
Ve con malos ojos el proyecto del nuevo aeropuerto, al grado de llenarlo de toda clase de epítetos y, en cambio, privilegia la idea del Tren Maya, que atravesará toda la Península de Yucatán, y sostiene que es un dechado de virtudes. Como el tema de las obras entró en la dinámica de la competencia política, incluso personas inteligentes y conocedoras, que en otras circunstancias hubieran apoyado el proyecto del aeropuerto, se esmeraron en descalificarlo suponiendo que así hacían méritos a los ojos de su indiscutido líder.
De igual forma, sería injusto descalificar el proyecto del tren sólo porque se le ocurrió a López Obrador. Como la elección ya pasó y AMLO resultó el ganador indiscutible, procede abordar estos temas de la manera más técnica posible pensando, como le gusta decir a los políticos aunque no lo crean, que el beneficio de la patria es primero. ¿Serán capaces de hacerlo?
Sobre el tema de estas obras de infraestructura, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, advirtió que de cancelarse la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) no habrá Tren Maya, ya que afectaría la calificación de la deuda externa del país y la confianza de los inversionistas extranjeros en el país.
La detención del aeropuerto, considera De la Madrid, provocaría que menos empresarios busquen invertir en proyectos de infraestructura en México, porque se les enviaría el mensaje de que cualquier gobierno puede tirarlos de un momento a otro. Cancelar la construcción del NAIM afectará la deuda externa de México, porque dejará de ser un país confiable por no concluir los proyectos de infraestructura, pública.
La Paz.- La capital de Baja California Sur es una de las ciudades más bellas del país. Durante muchos años, su principal actividad económica fue, aunque usted no lo crea, la fayuca, derivado de su estatus de puerto libre. Pero la apertura comercial es tóxica para la fayuca y una vez que México, a mediados de la década de los 80, comenzó a perfilarse como una economía libre, la principal actividad de La Paz se fue apagando hasta que colapsó con la firma del Tratado de Libre Comercio.
La ciudad entró en una crisis vocacional de la que comenzó a salir una vez que la población se dio cuenta del enorme potencial turístico que tiene. No es sencillo que los habitantes de un lugar acepten transformarse en un destino turístico. Es un cambio cultural que no a todos agrada, pero hay ocasiones en las que no hay de otra y hay que entrarle.
De manera paulatina, los habitantes de la Paz han asumido que están parados sobre un paraíso. La vocación turística del lugar es evidente. Hace pocos días estuvo en la Ciudad de México Luis Humberto Araiza, que es el nuevo secretario de Turismo, Economía y Sustentabilidad del gobierno de Baja California Sur. Además de reunirse con Miguel Torruco, que será el secretario de Turismo federal en el próximo gobierno, Araiza habló con la prensa especializada para dar a conocer lo que se hace para posicionar a La Paz como otro de los grandes destinos turísticos de la entidad. Potencial hay.
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