¿Usted cree en la cruzada anticorrupción de López Obrador? Yo tampoco.
Tengo la impresión de que el candidato presidencial de Morena nos toma el pelo. La corrupción le sirve de muletilla. La usa todo el tiempo, venga o no al caso, pero cuando se topa con un ejemplo concreto, tangible, real, de corrupción, hace como que la virgen morena le habla y recurre a su otra muletilla, la de culpar a la mafia del poder.
La semana pasada López Obrador tuvo dos oportunidades magníficas para demostrar que su lucha contra la corrupción era más que un eslogan y las dos las desperdició de manera lastimosa. Me refiero a otros dos personajes impresentables que lo rondan: Layda Sansores y Flavio Sosa. En un lugar de hacer un deslinde, que sería lo menos, López Obrador los arropó con lo que mandó a la opinión pública un mensaje por demás preocupante de lo que puede terminar siendo su gobierno: un cuento de terror.
De la hija del cacique, conocida como la Reina Roja, y del líder de la APPO, organización descrita como brazo político del EPR, ya se ha escrito suficiente. No trató de ensañarme con ellos, no me interesa, lo que realmente preocupa es que López Obrador esté aceptando a esta clase de políticos en su proyecto de nación. Ésa es la primera parte de la preocupación. La segunda es que las personas alrededor de AMLO, algunas de ellas, lúcidas y sensatas, sean incapaces de levantar la voz y señalar errores. Le tienen pánico.
Nadie le quiere decir que está haciendo barbaridades que terminarán costándole muy caro. Los tintes para el pelo de Layda son de escándalo, como de escándalo es que un líder que quebró la economía de Oaxaca, que se convirtió en bestia negra de los prestadores de servicios turísticos en la capital de esa entidad, que por cierto es su principal fuente de ingresos, sea recibido con los brazos abiertos en Morena. Parece que tiene la intención de superar al PRI en todo, incluso en mañas, lo que sí ya es demasiado.
Si AMLO va a perdonar a todos con tal de que le den su voto, entonces la cacareada lucha contra la corrupción es una vacilada. Nos espera una era de oscuridad. Layda y Flavio se suman a un puñado de personajes controvertidos que están en el entorno de AMLO y que ponen los pelos de punta, como Bartlett, la maestra Gordillo, Napoleón Gómez, Manuel Espino, la comandante Nestora, Rigoberto Salgado, René Bejarano, Félix Salgado Macedonio y muchos otros que demuestran que López hará la guerra a la corrupción en los bueyes de su compadre, pero no en los suyos.
Dirá uno que otro lector que el PRI tiene su alineación de corruptos, imposible negarlo; entonces como en el PRI hay políticos impresentables, ¿también los tiene que haber en Morena, sin que nadie diga nada?
¿En un eventual gobierno de López Obrador el país será la reproducción fiel de Oaxaca dominada por la APPO? En ese tiempo me tocó visitar la ciudad un par de veces. Los prestadores de servicios turísticos vivieron sus peores momentos. Un día intenté tranquilizar a una señora que vendía baratijas en el centro a los turistas y que me narró, entre lágrimas, los problemas que tenía por no poder llevar dinero a su familia.
Mientras eso ocurría Flavio Sosa hacía su santa voluntad. Se burlaba de la autoridad y se pasaba la ley por el arco del triunfo. Imagino que eso hará al lado de AMLO el próximo sexenio.
@soycamachojuan