Viernes 22 de Noviembre, 2024 - México / España
Un vínculo entre México y el Mundo
Facebook Twitter Whatsapp

El bebé Tadeo, El Mencho, Aristóteles



¿Qué castigo merecen los asesinos del bebé Tadeo, que murió quemado durante unos disturbios ocasionados por el CJNG en Guadalajara? 

Como un castigo justo no ocurrirá en la tierra, tendremos que esperar a que lleguen al infierno, donde tienen un lugar asegurado para los siglos de los siglos. ¿Qué castigo se merece el jefe de los matones? ¿Cuál es la responsabilidad del servidor público que permitió que durante su administración el Cártel Jalisco Nueva Generación se convirtiera en una maquinaria de muerte sin temor a las consecuencias? Leo que la mamá del bebé Tadeo no solo perdió a su hijo sino que tiene quemaduras en el 90 por ciento de su cuerpo. Un dolor inenarrable.

Los tapatíos, los jaliscienses en general, están estupefactos ante la violencia demoniaca de las bandas del crimen organizado. El caso de los jóvenes estudiantes de cine, levantados, asesinados y sus cuerpos disueltos en ácido, fue la gota que derramó el vaso. Como esos jóvenes eran parte de una comunidad hubo manifestaciones de repudio que, desde mi punto de vista, deberían replicarse, incluso con mayor razón, a partir de la tragedia del bebé Tadeo y su mamá. Su muerte es tan absurda que duele. Viajaban en un autobús que fue detenido por unos rufianes que le prendieron fuego para causar confusión en las calles aledañas al atentado en contra del secretario del Trabajo de Jalisco, exfiscal del estado. Le prendieron fuego con gente adentro. Una salvajada inmisericorde. Pregunto de nuevo: ¿Qué castigo se merecen?

Los indicios apuntan a que el responsable del jaleo en el centro de Guadalajara es el Cártel Jalisco Nueva Generación, cuyo jefe es Rubén Oseguera, a quien le llaman El Mencho y que según cuenta la leyenda se dedicó por años a las peleas de gallos y que al principio tuvo un perfil más bien discreto, pero que de un tiempo a la fecha, digamos tres, tal vez cuatro años, le ha agarrado el gusto a los reflectores y le encanta desafiar a las fuerzas federales con operativos de alto impacto. Dicen que comenzó recogiendo aguacates en Michoacán y hoy comanda una de las bandas criminales más poderosas y sanguinarias en el campo de tráfico de drogas a nivel mundial.

El Mencho tiene control absoluto en amplios territorios de Jalisco y estados vecinos. Lo consiguió sobornando a las policías locales a las que tiene entre la espada y la pared con la opción entre plata o plomo. Todos optan por la plata y se enganchan. Lo que más llama la atención de los últimos golpes atribuidos al Mencho es su plena seguridad de que se saldrá con la suya, de que puede secuestrar agentes federales, estudiantes de cine o entrar a balazos a un restaurante céntrico sin que eso tenga consecuencias graves, muy graves, para él y su organización. Adiós al bajo perfil, bienvenido el escándalo. Es una ecuación rara, muy rara, que levanta todo tipo de suspicacias.

Lo que nos lleva al gobernador del estado de Jalisco. En el centro del país se dice que su nombre está en varios expedientes. El CJNG creció mucho precisamente durante la presente administración estatal. Nadie adelanta conclusiones de encubrimiento, complicidad, complacencia o simple ineficiencia. El gobernador es inocente hasta que alguna autoridad demuestre ante un juez lo contrario, eso es lo correcto; pero el hecho es que hay investigaciones en curso. Es natural sospechar. Si no lo investiga la Federación lo hará el próximo gobierno del estado, que será de oposición. De cualquier manera le esperan noches de insomnio. Es lo menos.

[email protected]

@soycamachojuan

Columnas anteriores