¿Se acuerdan ustedes del PRI?
Bueno, pues resulta que este partido político ya tiene un nuevo dirigente nacional, Alejandro Moreno, gobernador con licencia de Campeche, que arrasó en la elección del pasado domingo recibiendo el 85 por ciento de los votos. Le ganó a dos correligionarias esmeradas pero sin peso dentro del partido. Los estados de la república que más votos le dieron a Alito fueron Estado de México, Campeche y Coahuila, tierra de la que será secretaria general del partido.
A Moreno le llaman Alito allá en Campeche, y él quiere que le digamos así a nivel nacional. A pesar de que es un hombre joven Alito ya tiene un recorrido importante en el quehacer político, sobre todo en el ámbito legislativo. No se le conocen inquietudes ideológicas o intelectuales, nada de eso, es un político de acción formado desde chamaco en la escuela priista que tiene sus cosas buenas pero también muchas malas. Demasiadas, entre ellas la información incorporada al ADN de que hay que salir millonarios del servicio público. Es un cachorro de los cachorros de la Revolución.
Para asumir la dirigencia llegó a un acuerdo con los gobernadores del tricolor, comenzando por Alfredo del Mazo, del Edomex, que se convierte de manera inexorable en el hombre fuerte del partido y ya encabeza desde ahora la lista de presidenciables de ese partido para el 2024. Es así porque tiene dinero y estructura, puede hacer que las cosas pasen. De nada le servirá ser candidato presidencial si el PRI no es un partido competitivo, de manera que es el primer interesado en que el tricolor se ponga las pilas.
Lo primero que tiene que hacer el PRI es volver a la competencia. Hoy está tirado en la cuneta todavía aturdido por la paliza que le dio Morena el año pasado. Fue una paliza derivada, lo he dicho, de que Enrique Peña perdió el control de su propia sucesión y dejó el partido en manos de Videgaray que mostró su desdén por el PRI nombrando a Enrique Ochoa dirigente, cuando el exdirigente de la CFE no sabía ni dónde estaban las oficinas centrales.
El PRI atraviesa por horas bajas, algunos dicen que tocó fondo y que comenzará a subir. Difícil saberlo. ¿Qué le pueden exigir los priistas a su nuevo dirigente? Lo primero, me parece, es trabajo. Que trabaje tanto o más que López Obrador; o sea, que se levante temprano, que se acueste tarde, que visite todos los estados y si se puede todos los municipios del país. La idea es transmitir el mensaje de que el PRI todavía tiene algo que ofrecer a la ciudadanía, ponerse realmente de su lado.
El PRI necesita una verdadera comunicación política, no una promoción cara como la que se hizo el sexenio pasado y que fue fuente de corrupción para el equipo del exvocero presidencial que no defendió ni al Presidente, ni los logros del régimen, sino que afianzó su patrimonio personal. Al partido le urge comunicarse con los jóvenes y optimizar su método de selección de candidatos en el que las posibilidades de victoria hagan la diferencia. Morena vista desde la perspectiva de agosto del 2019, parece invencible, pero no lo es. Morena es AMLO, para bien y para mal, en su fortaleza tiene su talón de Aquiles. Se le puede ganar si la oposición toma el quehacer político con la misma pasión y compromiso de AMLO.
¿Alito está dispuesto a levantarse temprano, acostarse tarde y olvidarse de las grandes mansiones que ofenden al pueblo?
@soycamachojuan