El auto-destape de Margarita Zavala como aspirante a la Presidencia de la República es una de las movidas políticas más exitosas de los últimos tiempos. No hay que regatearlo. Algunos analistas afirman que el destape fue prematuro y endeble, es cierto, lo fue, pero se trató de una decisión audaz que ya colocó a Margarita en el tablero político. Ahí estará, en calidad de suspirante, de aquí a que concluya el proceso para elegir al candidato presidencial del blanquiazul. Conseguir dos años de vigencia política con un video ramplón que supuso una inversión de recursos mínima, es una hazaña. No hay que darle vueltas. La acción política más rentable por la relación costo-beneficio de que se tenga memoria. Hay quien invierte cientos de millones de pesos en propaganda, algunos de ellos gobernadores del PAN, y todavía no lo consiguen.
El éxito del video-destape también se calibra con el hecho de que Margarita le disputa con éxito a la maquinaria panista, que dirime en estos días el cambio de dirigencia nacional, un sitio en las primeras planas de la prensa. Si Margarita no se hubiera destapado, el matrimonio Calderón-Zavala habría salido hace rato del radar político. Nadie se acordaría de ellos. Ahí están y ahí se quedarán si se esmeran.
El secreto está en la carnita
¿Qué tiene que hacer Margarita para no perder el impulso inicial? La respuesta es darles “carnita” a los reporteros. Darles “nota” a los editores. Ya demostró que es diestra para andarse por las ramas, para decir generalidades políticamente correctas, de cualquier manera la nota era su auto-destape mismo, pero eso irá perdiendo fuerza. Es necesario que tenga un discurso sólido de por qué habríamos de votar por ella. Si ya se lanzó por la Presidencia de la República tiene que hablar menos de los problemas del PAN y mucho más de los problemas nacionales. Si estuviera compitiendo por encabezar el blanquiazul pasaría, pero como levantó la mira, sus interlocutores son los ciudadanos comunes y corrientes no sólo los panistas.
Si llega fuerte en las encuestas será más sencillo hacerse sentir en una maquinaria que no le quiere abrir espacios. Fox es un ejemplo. El de las botas no quiso ser dirigente nacional, él iba por la grande. Se impuso al PAN por su popularidad. El guanajuatense centró su oferta en una acción: sacar al PRI de Los Pinos. Los tiempos han cambiado, Margarita tiene que decir, además, para qué sacar al PRI de Los Pinos. ¿Qué beneficios concretos tendrá la población si se consigue? Si algo sobra en el país son problemas que esperan solución. Hay muchísimos. Margarita busca encabezar un proyecto conservador moderado emanado de las clases medias del país, que tiene demandas concretas en materia de corrupción y justicia; en materia de aborto y matrimonios entre personas del mismo sexo, en materia de combate a las drogas. No se trata de que presente hoy un programa de acción detallado, pero sí dos o tres políticas públicas que la gente está esperando.
Margarita tiene que dar pasos adelante. Los del PAN andan en lo suyo. Ya vimos a ex calderonistas arropar a Moreno Valle y formarse en la ventanilla de Ricardo Anaya. Están haciendo grilla, se acomodan, pero ni Lozano, ni Gil, ni Cortázar, tienen la atención de los medios de la que sí goza Margarita. Si la desperdicia con charlas de señora amable preocupada por el país será un error muy grave. No quiere ser la mamá más popular de la escuela de sus niños, dice que quiere ser Jefa del Estado mexicano. Pronto veremos si de verdad quiere o si nada más estaba aburrida en su casa.
@juan_asai