Turismo.- El próximo día jueves once de octubre arranca en la ciudad de Morelia, Michoacán, una suerte de encuentro nacional de magos. Me refiero a la Quinta Feria de Pueblos Mágicos, sin duda el evento de la agenda de la SECTUR con el mayor crecimiento en el menor tiempo.
La primera feria, realizada en Guadalajara, era apenas algo más que una kermés. Hoy es un evento de promoción y reflexión de alto nivel. Los 111 Pueblos Mágicos que hay en el país se congregan para presentar, todos juntos, su alucinante oferta turística, pero también para analizar cómo optimizar uno de los programas más exitosos de la Sectur, que tiene en la continuidad una de sus fortalezas y en la inercia, el estancamiento en su zona de confort, acaso su mayor riesgo.
Como se sabe, el programa surgió al inicio del gobierno de la primera transición, con Vicente Fox en la Presidencia. Se buscaba —y se encontró—, una opción a los destino de sol y playa ya consolidados. El programa se fundamenta en la certeza de que la cultura es la columna vertebral de la oferta turística de México. Una cultura milenaria como no hay otra en el hemisferio occidental. Su éxito se explica, decía arriba, por su continuidad. Ha resistido varios cambios de titulares en la Secretaría de Turismo e incluso de partidos diferentes en el gobierno federal. La primera localidad en obtener el nombramiento fue Huasca de Ocampo, en Hidalgo. En la actualidad hay 111 poblaciones en el programa, que se cobijan debajo de una de las marcas más exitosas del país. Una marca con reconocimiento internacional.
El actual gobierno mantiene abierta la convocatoria para inscribir nuevas localidades desde hace meses. Más de 80 localidades se apuntaron, pero no se hizo otro nombramiento y ahora es demasiado tarde. Cualquier nueva incorporación ya impactaría el presupuesto del año que entra con un gobierno distinto. De manera que si hay algún otro nombramiento de aquí al 30 de noviembre, tendría que ser una decisión conjunta entre el gobierno que se va y el que está por entrar.
Dentro de la estructura de la Sectur, el programa lo conduce la Dirección General de Gestión de Destinos, a cargo de José Ángel Díaz Rebolledo que ha hecho, junto con su equipo, un trabajo profesional, serio, el cual se refleja en la consolidación del proyecto y su institucionalización. Se debe a Díaz Rebolledo el rigor en los criterios de selección, para disminuir en lo posible las decisiones políticas, de compadrazgos o compromisos, pero sin ajustarse a un plan rector. Estableció un principio de orden.
¿Qué es un Pueblo Mágico?
En los documentos oficiales de la Sectur se define como una localidad que a través del tiempo ha conservado, valorado y definido su herencia histórica, cultural y natural y la manifiestan en diversas expresiones a través de su patrimonio tangible e intangible. Son localidades que poseen atributos singulares que le permiten diferenciarse y ofrecer a los viajeros experiencias inolvidables. Cuando una localidad obtiene el nombramiento, accede a respaldo de diversas dependencias del gobierno federal como la CFE, Conagua, Semarnap, Economía, Comunicaciones, Ordenamiento Urbano, entre otras, pues el éxito del turismo es resultado de un trabajo transversal, además de poder usar — desde luego— el paraguas de la marca, a lo que hay que añadir mucho trabajo de las autoridades estatales, municipales y claro, de la población, que es parte sustantiva del programa. Para que un nombramiento sea exitoso, es necesario el compromiso explícito, tangible, de los habitantes de la localidad.
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