Es posible quebrar la secuencia de notas terroríficas que nos ha tenido atrapados desde hace más de un mes. Hay una noticia buena, que también es noticia, y que es importante divulgar para compartirla y que a todos nos cause alegría: la Organización Mundial de Turismo, máxima autoridad en la materia a nivel internacional, dio a conocer que México lideró al continente americano con un crecimiento del 19 por ciento en visitas de turistas extranjeros y de 18 por ciento en ingresos generados por la industria de viajes.
Se trata de cifras notables que encaminan al país a un récord histórico que es motivo de orgullo. No hay que perder de vista que no se trata de cifras huecas sino que representan más empleos mejor pagados, oportunidades de desarrollo regional, combate a la pobreza. ¿Cómo se consiguió este récord? La propia organización, a través de su secretario general, Talib Rifai, lo explica señalando tres motivos principales. Antes que nada se refiere a la “voluntad política” que el motor que mueve todo lo demás. Esto supone que las autoridades ubican al turismo como una política pública prioritaria que incluye que las dependencias sumen esfuerzos para sacar adelante los proyectos turísticos. Rifai declaró que México tiene una voluntad política seria, y la ha tenido por mucho tiempo y esto es el elemento más importante en su excepcional crecimiento turístico. México reconoce la importancia del turismo para el progreso económico y social de un país, y por eso lo apoya y promueve. Rifai me dijo hace unas semanas en Guadalajara que como producto de su experiencia al frente del organismo mundial en efecto la voluntad política es una especie de big- bang que da pie a todo lo demás. No se regatea, no hay razón para ello, el mérito directo en este apartado de la voluntad política de la secretaria Ruiz Massieu que ha logrado, gracias a un experiencia, ubicar al turismo en el control de las decisiones del poder federal y que ha contado con un respaldo entusiasta del presidente Peña Nieto.
Un segundo factor que explica el crecimiento de 19 por ciento es la paulatina recuperación de la economía de Estados Unidos. Con más dinero en sus bolsillos los norteamericanos viajan más y México sigue siendo el destino turístico preferido de los norteamericanos que tienen aquí experiencias inolvidables. El tercer factor con influencia directa es el mejoramiento tremendo en la imagen y percepción de México en el mundo, como producto de la ronda de reformas y de una política de comunicación diferente con respecto a los episodios de violencia.
Pero bueno, no todo es miel sobre hojuelas. El halagador informe de la OMT contempla el periodo enero-agosto, lo que supone que todavía no incluyó los estragos del huracán Odile en Baja California Sur, en particular en la zona de Los Cabos, que es un emporio, y sobre todo no se incluye la noche triste de Iguala del 26 de septiembre que tanto daño ha causado y que mostró una debilidad preocupante de las instituciones nacionales encargadas de procurar e impartir justicia. El caso Iguala ha golpeado de manera brutal la imagen de México en el exterior. La única opción de recuperar el terreno perdido es evitar que haya impunidad. Los normalistas tienen que aparecer y también los responsables de su desaparición.
Si el gobierno cumple con eso, será posible, si nos esforzamos mucho, retomar el camino del progreso en materia turística que tantos beneficios trae a la nación. Si se hace justicia volverán las fanfarrias, si hay impunidad más vale acostumbrarnos a los abucheos.