Negocios son negocios y después de los meses de confinamiento nadie se tienta el corazón. Hay que recapitalizarse tan rápido como se pueda. La Federación Internacional del Automóvil piensa sacar adelante el campeonato de la F1 2020 y para lograrlo multiplicará las carreras en Europa y ha decidido cancelar para este año las de América.
Nuestro continente se ha distinguido por su pésimo desempeño para la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus. Trump, Bolsonaro y AMLO compiten para el premio del más testarudo, pero esa es otra historia la que importa es que no habrá carrera de la F1 en México este año. No hay que olvidar que en el autódromo Hermanos Rodríguez se montó un hospital Covid, así que ni pensarlo.
La carrera de los bólidos está muy relacionada con el turismo. De hecho, año tras año uno de los protagonistas del evento es el secretario de Turismo en turno ya que es un evento que atrae a miles de visitantes a la CDMX. Según datos de la Concanaco-Servytur La carrera de autos Gran Premio Fórmula 1 (F1) atrajo 475 mil visitantes a la Ciudad de México, de los cuales 75 por ciento provinieron de diversos estados del país y el resto, es decir, 118 mil, fueron extranjeros. En conjunto generaron una derrama de 4 mil 200 millones de pesos y una ocupación hotelera de 95 a 100 por ciento en hoteles de cuatro y cinco estrellas, así como de 90 por ciento en los demás centros de hospedaje.
Nada de eso ocurrirá este año y tal vez tampoco el que sigue. Con esto pasamos a una alerta que los turisteros deben tener en su radar. Una mala gestión de la enfermedad desprestigia, afecta de manera importante la imagen internacional del país. Para que no haya equivocaciones subrayo que lo más importante es evitar contagios y salvar vidas, eso ni siquiera se discute, pero la percepción internacional es crucial.
El tema de fondo es la seguridad. México ha pagado un precio muy alto por la presencia del crimen organizado en los principales destinos turísiticos y comienza a pagar otro precio alto por la mala gestión de la pandemia que será muy perjudicial para cruceros, convenciones y eventos de gran envergadura como la Fórmula 1.
Es un desafío mayúsculo porque par a la comunidad turística es muy difícil entrarle. Los turisteros me refiero a dueños de hoteles, restaurantes, bares, pueden anunciar con bombo y platillo medidas como la aplicación de gel y la limpieza extrema de habitaciones y zonas comunes, lo que desde luego está muy bien pero como se perfilan las cosas se quedarán muy cortos.
El país en materia turística entró en la órbita de algo que por meses se pretendió negar: la única salida concreta a la vista, aunque sea en el mediano plazo es la vacuna. Sin vacuna no habrá regreso a las grandes ligas.
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