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Creación de la Unión Tepito. Hijos de La Barbie



La historia de Unión Tepito, lo más parecido a un cártel de la Ciudad de México, arrancó en Cuernavaca, Morelos, a finales del 2009. Un grupo de élite de infantes de Marina eliminó entonces a Arturo Beltrán Leyva, jefe del Cártel de Sinaloa, la organización criminal que controlaba en aquel entonces el corredor Acapulco-Ciudad de México que pasa por Morelos. Una vez que se publicó la foto del capo tirado en su departamento de lujo con billetes esparcidos sobre su cuerpo, la organización criminal que comandaba comenzó a dividirse, y entonces en lugar de una banda tuvimos que enfrentar a media docena. 
 
Uno de los integrantes del primer grupo del Barbas era Edgar Valdez Villareal, conocido como La Barbie. Se trataba de un narco nacido en Texas y que quiso operar por su propio cuenta en la Ciudad de México, en particular la venta de cocaína. En Tepito varias pandillas vendían desde hace años drogas y armas y con frecuencia se enfrentaban entre sí por el control de barrios o calles. Lo que hizo La Barbie en mayo del 2010 fue intentar imponer un principio de orden y crear una sola banda denominada Unión Tepito que lo tendría a él como jefe máximo. 
 
Hay crónicas detalladas sobre lo sucedido ese día. Tomo una de Proceso que dice poco después de las tres de la tarde, un grupo de más de 100 hombres con gorras negras se bajaron de autobuses y se distribuyeron por las calles de Tepito. Dice la crónica del semanario que en Tepito las cosas extrañas se vuelven un paisaje común, apenas perceptible, tanto para sus habitantes como para los policías que han trabajado durante mucho tiempo en la zona. Pero esta vez la escena resultaba desconcertante, no sólo por el número de hombres cuya insignia de identificación eran las gorras negras, sino porque al paso de los minutos no hicieron absolutamente nada más que estar de pie, sin platicar entre ellos, como si esperaran algo. 
 
Tampoco parecían demasiado atentos, a decir del comandante Velasco. No había señales de intranquilidad en su comportamiento. No portaban armas de fuego, al menos no a simple vista. Algunos traían canturreas o lentes de sol, nada más. Velasco ordenó vigilar a distancia. La instrucción era permanecer en “clave 6”, es decir, pendientes. Sin embargo, las horas se fueron consumiendo sin que nada sucediera. Los hombres simplemente seguían ahí, indiferentes a las patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública local que iban y venían, al paso constante de vecinos, comerciantes y taxistas. 
 
Un poco después de las nueve de la noche los individuos se fueron. Estaban ahí para cuidar el barrio bravo mientras La Barbie juntaba a los jefes de las diferentes pandillas para crear la Unión Tepito. Dice Proceso que se pactó una unión de las bandas delictivas de Tepito bajo el padrinazgo de Valdez Villarreal, quien les surtiría cocaína y anfetaminas a un precio apenas por abajo del establecido en ese entonces: 180 mil pesos el kilo. La cocaína no era pura, estaba cortada y marcada por la gente de La Barbie. 
 
El capo también prometió compartir algunos de sus protectores en la PGR y la Policía Federal. Al parecer, lo que pretendía era tener una fuente de ingreso paralela y segura, pues la cacería en su contra emprendida por las autoridades le había dificultado pasar sus cargamentos a Estados Unidos. Unos meses después La Barbie fue capturado y sin un jefe máximo la Unión Tepito dejó de estar unida.
 
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Twitter: @soycamachojuan
 

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