El patrimonio de la UNAM no le interesa a nadie. A nadie le duele ni le indigna que se destruya. Diversos grupos toman por asalto instalaciones, las vandalizan, las usan para armar fiestas interminables, se quedan a vivir, hacen su comuna. Otros grupos irrumpen, vandalizan, golpean, reducen a cenizas oficinas. Por ahí rondan narco menudistas que operan con la complacencia o franca complicidad de los grupos de seguridad que actúan como si estuvieran pintados. De hecho lo están. Los jefes policiacos los dejan hacer porque les conviene. Todos invariablemente se salen con la suya. En la UNAM autonomía e impunidad son sinónimos.
El ejemplo más notorio y antiguo es el auditorio de la Facultad de Filosofía que fue rebautizado con el nombre de Che Guevara que ha sido guarida de varias generaciones de activistas, por llamarles de alguna manera. Me ha tocado escuchar de viva a voz a varios rectores decir que ahora sí van a terminar con esa inmensa irregularidad. Pocas semanas después le dan vuelta la página porque no quieren correr ningún riesgo, por mínimo que sea, de perder el hueso, mejor así, total si las inmediaciones del auditorio se vende drogas, si se consume alcohol, pues es cosa de voltear para otro lado y llevar la fiesta en paz.
El resultado es que el mal ejemplo es como un virus que se contagia a la velocidad de la luz. Como saben que no corren ningún riego los grupos inconformes, con causas legítimas o nada más por joder, toman instalaciones y se quedan ahí a vivir sabiendo que el mayor riesgo que pueden correr es una congestión alcohólica, una sobredosis o quemarse con los incendios que ellos mismos provocan. De las autoridades, las universitarias y las de la CDMX y las del Edomex, ya ni hablamos. Las instalaciones son de quien se decide a apropiárselas por la fuerza, como si en lugar de una casa de estudios estuviéramos en una jungla.
El incendio de las instalaciones de la FES Acatlán no deja lugar a dudas. Circula un video en el que un joven se quema por las llamas de un incendio avivado por la gasolina que una joven va esparciendo. Si alguien demanda instaurar un principio de orden en esa casa de estudios recibe de inmediato calificativos de fascista, enemigo de la universidad pública, aliado de los conservadores, como si lo progresista fuera quedarse mirando cómo la Universidad queda reducida a cenizas.
Fase 3
Nos encaminamos de manera inexorable hacia la Fase 3 de la pandemia. En esa fase, los contagios que se están registrando en estos días se transformarán en enfermos y fallecidos. Varios países del planeta, entre ellos nuestro vecino ya rebasaron la cifra de 10 mil defunciones por el Covid-19, demasiado luto. Mientras todo eso ocurre en México estamos en lo mismo de siempre: grillando.
El presidente que se ubica en las filas de la izquierda pero que en realidad es un pastor evangélico conservador y populista arremete a cada rato con los conservadores representados por cúpulas empresariales y por los partidos de oposición que en realidad son formaciones irrelevantes a las que nadie les hace el menor caso.
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