Durante su comentado y controvertido discurso del jueves pasado en Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña afirmó que existen dos México: uno inserto en la economía global con crecientes índices de ingreso y un México pobre, con rezagos ancestrales, que no han podido resolverse en generaciones. El Ejecutivo señaló a tres estados, Guerrero, Oaxaca y Chiapas como ejemplo de entidades que han quedado al margen del desarrollo y cuyo ingreso per cápita ha quedado en los mismos niveles, ínfimos, desde hace por lo menos dos décadas.
El sur requiere, en consecuencia, de una estrategia de desarrollo integral inmediata y de gran alcance, que implicará la solidaridad de todo el país con el México más necesitado. La paz, claro está, se construye con desarrollo. Por eso el gobierno emprenderá importantes acciones de infraestructura en esa región que por desgracia darán resultados en el mediano plazo. Pues bien, esas tres entidades no sólo comparten agudos problemas, también tienen en común un enorme potencial turístico gracias a una oferta variada y muy atractiva.
El turismo no es una panacea, claro que no, pero ha demostrado a lo largo de los años su efectividad para combatir la pobreza, proteger al medio ambiente y detonar desarrollo regional. Lo que importa destacar ahora es que da resultados a corto plazo. Se pueden ver resultados positivos en meses, inclusive semanas. Una de las críticas que ha recibido el discurso presidencial es que no pone énfasis en el corto plazo, anunció acciones que se comenzarán a discutir el año que entra en el Congreso y después nadie sabe bien a bien qué ocurrirá. Programas especiales de promoción, que requieren apoyo financiero extra, pueden dar frutos tan pronto como la inminente temporada de vacaciones de fin de año. No es cosa de magia. La oferta turística ahí está. La infraestructura también. El primer objetivo es aumentar de manera sensible los niveles de ocupación de los hoteles que ya están operando y que pueden recibir a más visitantes.
Se habló de establecer zonas económicas especiales, una por cada estado, lo que incentivará la participación del sector privado que es toral. Se dará trato preferencial a productores de la zona. La propuesta que se hace desde este espacio es que los empresarios del sector turístico que decidan invertir en cualquiera de esos tres estados reciban un trato fiscal especial, irresistible, de manera que se incremente la capacidad instalada. Es obvio que no se trata de hacer más cuartos, sino de mejorar la conectividad y los productos que se ofrecen, capacitar a la gente, pero son cosas para las que como país hemos demostrado destreza por generaciones.
Guanajuato.- En México la oferta para el turismo religioso es sumamente extensa y representa anualmente la llegada de 30.6 millones de visitantes a distintos destinos, de los cuales 1.6 millones llegan a Guanajuato para visitar el Santuario de Cristo Rey ubicado en el municipio de Silao. Así lo reveló el secretario de Turismo, Fernando Olivera Rocha durante su ponencia “Turismo Religioso: Perfil del Visitante Cultural y del Peregrino Devoto”, impartida en el marco de la Conferencia Internacional de la Organización Mundial de Turismo sobre Patrimonio Religioso y Turismo que se realiza en la ciudad de Elche en Alicante, España y donde el funcionario estatal participa por invitación expresa del titular de la OMT, Taleb Rifai.
Olivera Rocha aseguró que el turismo religioso en Guanajuato es competitivo y modelo a seguir incluye el aprovechamiento del folclore de la Semana Santa en distintos destinos, así como el impulso del Sistema Integral de Promoción e Información para Destinos Religioso del Estado de Guanajuato, la difusión del Programa de Señalización Turística, así como la creación de rutas para el Turismo Religioso como la llamada “Entre lo Espiritual y lo Mágico” (Atotonilco – San Miguel – Mineral de Pozos) y la inclusión de las rutas nacionales de este segmento.