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El paraíso (fiscal) del Papa



El dinero que maneja la Iglesia católica está en la órbita del secreto de confesión. Ha sido la institución más acaudalada de la historia de la civilización occidental. Una iglesia rica que opera en países miserables. Las cosas han cambiado, claro, pero su patrimonio es colosal, más allá de lo que podemos imaginar. Como operan en la penumbra, como nunca presentan al público sus libros, como hay secretos que nunca salen a relucir, las especulaciones se valen. Si ellos no transparentan sus finanzas, abren la puerta a toda clase de versiones, algunas sin duda mal intencionadas. Deberían ser una caja de cristal, es una bóveda impenetrable. Nadie sabe qué hay adentro.

Claro que no estamos en la Edad Media, pero todavía se habla de cantidades de oro que hacen palidecer a las reservas del metal dorado del 99 por ciento de los países del mundo, hasta bienes inmuebles de todos tamaños en todos los rincones del mundo, aunque en ciertos países la propiedad original de esos templos es del Estado, los clérigos los administran. El manejo de esos recursos ha sido desastroso. El escándalo del Banco Ambrosiano, que manejaba los recursos del Vaticano, inspiró a Francis Ford Coppola para la elaboración de la tercera parte de El Padrino, en el que la mafia siciliana se metía hasta los aposentos del papa Juan Pablo Primero para enviarlo al cielo antes de tiempo. ¿Política ficción?

Vivir de las limosnas.- Dicen los voceros de la jerarquía que todos esos excesos son cosa del pasado. Juran que hoy día la iglesia se concreta a vivir de las limosnas, y que ese dinero se usa en obras pías, para ayudar a los pobres. Tal vez, aunque bien a bien no se sabe nunca de cuánto dinero estamos hablando, ni quién se los da. ¿Cuánto calcula usted que se recoleta un domingo en la Basílica de Guadalupe o en San Juan de los Lagos? ¿Las escuelas privadas de los jesuitas o los maristas mandan parte de sus jugosas ganancias al Vaticano? ¿Hace la Iglesia operaciones con dinero de procedencia ilícita? ¿Si un narco conocido les da dinero lo aceptan?

Se dice poco pero México está en el top ten de países que más aportan a las finanzas de la Santa Sede, al llamado óbolo de San Pedro. ¿Cómo se hace llegar ese dinero a través del Atlántico? Se sabe que durante la Colonia la Iglesia era el principal prestamista del virreinato, incluso le llegaba a prestar al Virrey. La desamortización de los bienes del clero en tiempos de Juárez casi ocasiona invasiones foráneas. Hay mensajes contradictorios, porque se ha pedido a los fieles cooperación para sufragar los gastos de la visita del Papa. ¿No tienen dinero para las giras? Rarísimo.

SAT.- Las asociaciones religiosas en México se toparon con el Sistema de Administración Tributaria a la que deberán entregarle su contabilidad electrónica. Si no lo hacen serán sujetos de auditoría. No pagan impuestos por las limosnas o los servicios religiosos que sí cobran, sino por rifas, ventas de artículos religiosos. La gente del SAT quiere saber cuánto efectivo circula por ahí, que es su obligación.

No estaría mal que en el marco de la visita del Papa, el Episcopado Mexicano en pleno se sentara frente a los fieles para hablar de pesos y centavos. Después de todo es dinero del pueblo. Que digan cuánto obtienen, qué hacen con ese dinero, cómo calculan sus salarios. Si hay trasparencia acaso consigan más aportaciones. A todos les gusta ayudar. Si los curas ponen al descubierto la ruta del dinero, sería un milagro.

 

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@soycamachojuan

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