Cuenta la leyenda que en Navidad sale a relucir lo mejor de nosotros mismos. Es un día de amor, compasión, alegría. Lamentablemente no es verdad. Es una noticia falsa propagada por comerciantes que suponen que un corazón conmovido está dispuesto a gastar más dinero, incluso a contraer deudas, por los regalos navideños.
Todos los días, sin importar que sean días de guardar o no, sale a relucir de lo que estamos hechos, y en muchos casos, por desgracia, brotan desperdicios que tienen, signo de los tiempos, una expresión digital. El fatal accidente de helicóptero que le costó la vida a cinco personas, entre ellas Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso mostró que la canalla no celebra la Navidad. Los miserables tomaron por asalto las redes sociales. Se publicaron mensajes que causan vergüenza ajena. Nos percatamos de lo bajo que hemos caído como resultado de la aguda competencia política que divide, genera resentimientos, odios incluso.
Acaso el amable lector se resista a creerlo, pero me tocó leer mensajes festejando la tragedia, alegrándose de lo sucedido, de una mezquindad atroz, sólo les faltaba gritar: ¡Viva la muerte! También aparecieron mensajes dando por hecho que no se trató de un accidente sino de un asesinato y que los culpables están en el gobierno federal a la vista de todos. ¿Aportaron alguna prueba? No aportaron ninguna prueba, claro, sólo es una corazonada, pero las redes les permiten disparar sin consecuencia. Nadie a estas alturas tiene elementos para sostener como cierta alguna hipótesis, soltar especulaciones sólo enturbia más el escenario y aturde todavía más a los fanáticos.
La tragedia del matrimonio Moreno Valle-Alonso sobrevino en un complejo entorno político. Martha Érika había sido declarada gobernadora de Puebla por el Tribunal Electoral en el curso de una sesión tormentosa que reveló profundas grietas al interior de ese organismo electoral. Uno de los consejeros amenazó con presentar pruebas para obligar a la magistrada presidenta a presentar su renuncia. El magistrado que acusa es un desconocido que va por sus quince minutos de fama, aunque con esto tire por la borda la credibilidad del Tribunal.
Al conocer el fallo del Tribunal en favor de Martha Érika, López Obrador hizo otro de sus berrinches y dijo otra barbaridad. Sostuvo que fue una decisión antidemocrática. Dijo que no visitaría la entidad y que su trato con la gobernadora sería apenas institucional. Todo porque el Tribunal no le dio el triunfo a su candidato Miguel Barbosa, el exsenador tránsfuga del PRD que se cambió de cachucha a cambio de la candidatura de Morena al gobierno poblano. El tabasqueño todavía no aprende a medir el impacto de sus palabras. Haber dicho lo que dijo permite que ahora él mismo sea blanco de todo tipo de acusaciones, muchas francamente disparatadas.
Lo que no es en absoluto disparatado es que Morena, de entrada, es el ganador de la tragedia. Es la fuerza mayoritaria en el Congreso local y también domina con soltura el escenario nacional, de modo que en una nueva elección tendría ventajas considerables, irremontables. La muerte de Moreno Valle impacta el proceso de reacomodo de fuerzas al interior del PAN de cara al año 2024 y la definición de la candidatura presidencial del blanquiazul. También queda acéfala la coordinación de los senadores del PAN. Total, una tragedia humana y un desbarajuste político que augura un cierre del año con incertidumbre política, lo que es perjudicial para México, aunque provechoso para los pescadores de río revuelto que deben estar, ellos sí, listos para brindar por un feliz Año Nuevo.
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