Desde la Fe.- La pobreza en el país alcanza proporciones de escándalo. Ninguno de nosotros debe permanecer indiferente ante el dato de que dos millones más de compatriotas se sumaron en los últimos tiempos a la legión, inmensa, de pobres. La jerarquía católica, a través del semanario Desde la Fe, estableció que se trata de un escándalo y también de una vergüenza. Lo es, no hay vuelta de hoja. La vergüenza se desprende de un hecho que trastorna: existen los recursos, pero están mal distribuidos. México es el país con más multimillonarios de América Latina. Lo que nos lleva a la conclusión de que la desigualdad social es principal problema del país. Un problema para el cual el esfuerzo de generaciones se ha quedado corto.
La cuestión social ya pasó al país una factura muy alto en el pasado. La desigualdad fue el combustible de la Revolución. El México bronco crispó los puños y desató su furia por décadas de pobreza y desigualdad, porque unos pocos tenían demasiado y muchos apenas subsistían. ¿No aprendimos nada? No digo que pobreza y desigualdad social constituyan un problema de fácil solución. Al contrario, pero abocarnos a su solución es la única vía para evitar que el rayo de la inestabilidad, en forma de México bronco, desate otra vez su furia sobre nosotros. Cuidado.
El ruido.- Quedó claro, por si algún ingenuo todavía pensaba que la fuga del Chapo fue un acto de escapismo genial, que el delincuente recibió muchísima ayuda dentro y fuera del penal del Altiplano. Es absolutamente falso, como dijo un funcionario sin asomo de autocrítica y aferrado a su puesto, que se siguieron todos los protocolos. Una prueba es suficiente. El piso del penal, el que daba a la famoso ducha, fue quebrado con un taladro mecánico herramienta que incluso se quedó en el túnel. Cualquier persona sabe que si un vecino se pone a clavar un clavo, un solo clavo, el ruido del martilleo se escucha a dos o tres departamentos de distancia. Poner a funcionar un taladro debió escucharse hasta Santa Fe. Es un escándalo vergonzoso que a estas alturas de la investigación sólo estén detenidos dos o tres custodios de mediano nivel y que los jefes y responsables políticos, que los hay, sigan cobrando sus quincenas como si nada.
La Narvarte.- El multihomicidio de la Narvarte, cuatro mujeres y un hombre con el tiro de gracia, tiene que esclarecerse a brevedad. Es un escándalo fúnebre. Hay que dar respuestas esta misma semana. Cada día que pasa, el costo político para las autoridades capitalinas, federales y del estado de Veracruz aumentará. La impunidad equivale a caída vertiginosa en los índices de aceptación. El dato de que el hombre asesinado era un fotoperiodista que ejercía su oficio en Veracruz enturbia las cosas. Eso no quiere decir que se trate de un crimen en contra de la libertad de expresión. Muchos colegas le han tratado de sacar raja política sin tener los pelos de la burra en la mano. Los primeros indicios apuntan hacia otro lado: No se sorprenda el lector de que detrás del atroz crimen esté una de esas bandas de rateros colombianos que tan activos andan en el Distrito Federal. Como sea, sin descartar ninguna hipótesis, lo importante es que no haya impunidad. Los hechos ocurrieron en un edificio de la colonia Narvarte, una zona de clase media densamente poblado. Si los asesinos se salen con la suya, se tratará de un fracaso compartido. No hay que tolerarlo.
@juan_asai