Esta mañana es la décima entrega del Premio Crónica. Se trata de una joven tradición que en poco tiempo se consolidó hasta convertirse en un referente de la comunidad científica y cultural del país. En un entorno particularmente difícil, en el año 2010, Jorge Kahwagi y Rafael García Garza idearon reconocer a los mexicanos que hacen aportaciones extraordinarias al país. Darles un espacio en primera plana y mostrar al país y al mundo que México es mucho más que la nota roja. La idea era asumir como guía editorial que las buenas noticias también cuentan y la suma de ellas nos convierte en un gran país.
La idea cayó en terreno fértil. Desde el principio tuvo aceptación porque respondía a una necesidad: mostrar lo mejor de nosotros mismos. Para hacerlo no fue necesario recurrir a los libros de historia ni nada por el estilo, sólo hubo que mirar alrededor con atención para encontrar mexicanos extraordinarios que están aquí, entre nosotros. Todos los días dan de ejemplo de constancia, disciplina, sacrificio, creatividad. La generación 2019 del Premio Crónica es un ejemplo irrefutable.
La entrega del Premio es ocasión para hacer una reflexión sobre los desafíos que enfrenta el diario, y en general los medios, ante ese profundo cambio político al que sus protagonistas han dado el nombre de Cuarta Transformación. El quehacer nacional está inmerso en un periodo de transformación. Todo mundo habla de este concepto y de lo que está haciendo para salir bien librado.
Se dice con frecuencia, pero hay que repetirlo, que la transformación es un reto, pero también una oportunidad. Se le puede ver como una calamidad o como una esperanza. Es la ocasión de empantanarse o de reinventarse. Los que no tengan el coraje de salir de su zona de confort se encaminan al colapso.
La transformación pone a prueba nuestra imaginación y creatividad
En Crónica optamos por ver, con el impulso de Kahwagi, la transformación como una oportunidad de acceder a nuestra mejor versión. Tenemos la voluntad de construir una mejor Crónica de Hoy. Lo hacemos para responder a las necesidades de información de la gente que nos sigue, en particular jóvenes con educación universitaria, en nuestras diferentes plataformas. Pero también para agradecer la confianza de nuestros clientes.
Para un medio de comunicación la confianza es una palabra mágica. La confianza hace posible la lealtad. La confianza es clave para crear una comunidad, la de trabajo, que congrega a todos los que hacen el periódico y a la gente que nos obsequia con su lealtad.
Para nosotros en Crónica los principios son permanentes. No están sujetos a calendarios electorales de ningún tipo, ni a nuevas o viejas hegemonías. Nuestra línea editorial, como gusta decir Jorge Kawhagi, es México. Así ha sido y seguirá siendo. En cualquier coyuntura optamos por lo que pensamos es mejor para el país.
Nos interesa ser parte del esfuerzo de reconciliación y de consolidación de la democracia en la que los ciudadanos bien informados juegan un papel determinante. Combatimos la desigualdad social y la violencia y somos parte de cualquier esfuerzo por combatir la corrupción y la impunidad. Queremos una transformación profunda dentro de la ley. Llegar a los grandes cambios sin intentar atajos personalistas que lastimen a las instituciones.
El Premio Crónica es una celebración de los valores, de la inteligencia, de la bondad. Tenemos la convicción de que los valores nacionales nos protegen contra los grandes desafíos. El compromiso con el país, el amor a la familia, la solidaridad con nuestros compatriotas en momentos de apremio y la férrea voluntad para salir adelante. Será un día de fiesta.
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