La vertiginosa expansión del narcomenudeo en la Ciudad de México habría sido imposible sin la complacencia o franca complicidad de la policía capitalina. La policía conoce a la mayoría de los narcomenudistas por nombre, apodo y apellido. Esto ocurre en la ciudad en general, pero en particular, en el barrio de Tepito. Como muchos chilangos saben, en ese barrio hay venta al descubierto de drogas y armas de fuego y hay casas, bien ubicadas, que sirven de bodegas o picaderos.
La vertiginosa expansión del narcomenudeo es la principal generadora de violencia en la ciudad y se ha convertido en su bestia negra. Es así porque genera una masa delincuencial que, una vez fuera de la ley, se dedica a una amplia gama de delitos, comenzando por la extorsión, pero también con el robo en sus diferentes modalidades, y trata de personas, entre otras. Esta masa delincuencial es tan grande que rebasa con mucho a las autoridades.
La vertiginosa expansión del narcomenudeo en esta ciudad se debe a que el mercado de consumidores sigue creciendo. Los consumidores ponen su dinero sobre la mesa y no relacionan sus ratos de esparcimiento con el clima de inseguridad en la metrópoli, o si lo vinculan les tiene sin cuidado. El resultado está a la vista: la ciudad se ha convertido en un sitio peligroso.
En este contexto no debe sorprender que hayan sido fuerzas federales, las encargadas de la captura de varios mandos de la banda Unión Tepito, incluido El Pistache, presunto nuevo jefe de la banda criminal. Autoridades federales, no las capitalinas, se han encargado de otras capturas de alto impacto, como la del Ojos en Tláhuac.
La autoridad federal hizo la siguiente narración: Durante un operativo realizado en las alcaldías de Álvaro Obregón y Benito Juárez, elementos de la PGR y de la Marina detuvieron a ocho integrantes de la Unión Tepito. El titular de la Agencia de Investigación Criminal, Omar García. informó que en Álvaro Obregón fue detenido David “N”, el Pistache, señalado como líder del grupo delictivo.
También era el encargado de la venta y distribución de droga, extorsión y cobro de piso de empresarios del ramo restaurantero y de centros nocturnos al usar como medios de presión ataques con armas de fuego a sus establecimientos. El Pistache también se dedicaba a la probable explotación sexual y trata de personas en las colonias Polanco, Condesa, Roma y Juárez pertenecientes a la Ciudad de México así como en Ciudad Satélite.
Asimismo, es probable responsable de ordenar diversos homicidios en contra de integrantes de grupos antagónicos al abandonar sus cuerpos en lugares públicos con mensajes alusivos a la disputa entre grupos delictivos. Junto con El Pistache fue detenido su principal operador conocido como Daniel Eduardo León Cifuentes alias el Tiger, probable encargado de la logística de la distribución de droga, recolección de dinero y de los homicidios en contra de integrantes de grupos rivales. García Baruch comentó que en uno de los operativos se registró un enfrentamiento con los presuntos integrantes del grupo delictivo, donde uno de los agresores resultó herido. En la colonia Narvarte Poniente se logró el aseguramiento de seis integrantes más de la misma organización delictiva, quienes fungían como principales operadores de El Pistache y El Tiger.
¿La captura del Pistache termina con La Unión Tepito? ¿La disolución de esta banda criminal pacificará la ciudad? La respuesta para ambas preguntas es negativa. La solución real incluye la intervención a fondo de la autoridad en el barrio de Tepito, reinventarlo; la desarticulación del apoyo policiaco y una nueva política con respecto a la mariguana.
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