En la misma semana, con diferencia de horas, se dieron a conocer proyecciones económicas para el 2014 que contrastan. De acuerdo a datos proporcionados por el INEGI, la Secretaría de Hacienda realizó un ajuste a su pronóstico de crecimiento para este año y lo redujo a 2.7 por ciento. A decir de especialistas es probable que al inicio del otoño se registre un nuevo ajuste a la baja. En otro frente, la Secretaría de Turismo señaló que a partir de lo conseguido en el primer cuatrimestre del año, puede afirmar que al cierre del 2014 la industria de los viajes registrará un incremento de dos dígitos, es decir crecerá 10 por ciento. Una proyección baja y la otra sube, lo que confirma, sin espacio para la duda, que el turismo es uno de los motores de la economía nacional y que en un entorno adverso de otras variables, puede ser tabla de salvación como lo ha sido en España en los últimos años.
¿Qué hacer? Lo primero es reconocer su rol estratégico y ubicar al turismo como una actividad prioritaria dentro de las políticas públicas a nivel federal y estatal. Hay otra característica que debe tenerse presente. El turismo da respuestas generosas en el corto plazo. Por ejemplo, si se intensifican hoy mismo las acciones de promoción y el trabajo coordinado entre la comunidad empresarial y las autoridades de los tres niveles de gobierno se puede tener un impacto favorable antes de que termine este mismo año, para la temporada vacacional de invierno. Por impacto favorable me refiero a mayor derrama que supone más empleos y más familias con una opción concreta de salir adelante. Por ejemplo, México es el principal destino de viajes de los estadunidenses. Puede conseguir, en el corto plazo, que más norteamericanos tomen la decisión de pasar sus vacaciones y gastar sus dólares en nuestro país. Desde luego lo recomendable es trabajar para el mediano y largo plazos, aumentando la competitividad del sector, pero las cifras ahí quedan.
Los fideicomisos.- Leí que la presidenta municipal de La Paz, BCS, Esthela Ponce, se manifestó a favor de que se revise el asunto de la aplicación de los recursos provenientes del impuesto sobre hospedaje, que actualmente están en poder de fideicomisos controlados por empresarios o representantes de empresarios, que se destinan a promoción turística. Pidió que se revise su funcionamiento, la aplicación de los recursos y sobre todo la rendición de cuentas. Es correcto. La transparencia genera confianza y disminuye el sospechosismo. Todos los fideicomisos que promueven la actividad turística deben ser auditados, incluido aquí el que funciona en el Distrito Federal. Hay que saber cuánto dinero manejan, en qué lo invierten, cómo miden sus resultados, qué sueldos reciben sus directivos. La demanda de hacer del turismo una actividad prioritaria conlleva responsabilidades, una de ellas es que los fideicomisos no guarden ningún secreto. No hay que olvidar que operan con dinero recolectado de los impuestos.
¿Y el tren?- A pesar de que en el programa de infraestructura se mencionó el Tren Transpeninsular que conectaría Mérida con Cancún, lo cierto es que en este tema reina la incertidumbre. Nadie recuerda que durante su estancia en Quintana Roo para el Tianguis Turístico Enrique Peña se haya referido el tema, lo que supone un mensaje inquietante. Como las autoridades de la SCT no dicen esta boca es mía, las versiones de que el proyecto se cancelaría persisten. De hecho, por aquellas latitudes se barajan opciones alternativas como hacer un tren con un trayecto mucho más breve, digamos de Cancún a Tulum como una parada en Playa del Carmen.