¡Y ustedes qué tienen que hacer el sábado?
Se los pregunto porque al presidente López Obrador se le ocurrió hacer otra caravana rumbo a Tijuana, Baja California, sólo que ésta no será de migrantes centroamericanos, como los que atraviesan las carreteras nacionales, sino de políticos afines a la Cuarta Transformación que con seguridad se trasladarán a la fronteriza ciudad en avión, cada uno pagando de su bolsillo el costo del boleto.
Para llenar la plaza de la ciudad fronteriza están los morenistas locales, que el domingo pasado acaban de ganar la elección y sacaron a los panistas de todos los puestos importantes. La primera encomienda al partido ganador será arropar al mandatario y conformar un contingente tan numeroso que pueda decirse en los discursos que todo el país está representado.
De modo que ante la muy compleja coyuntura de la relación bilateral entre México y Estados Unidos, que nos ha tenido en el filo de la butaca toda la semana, al mandatario mexicano se le ocurrió la idea de hacer…un mitin. No es sencillo entender de qué manera varios discursos floridos que intenten combinar el nacionalismo con nuestra “bonita y sagrada” amistad con Estados Unidos puedan ablandar a Trump en las negociaciones, pero ésas son las cosas que domina López Obrador, las arengas en la plaza pública son su fuerte, lo ha hecho por años.
Todavía se entiende tampoco por qué en lugar de ir a Tijuana con un público a modo, mejor AMLO no se va a Osaka, Japón, y en la cumbre del G-20 habla cara a cara con los líderes del mundo y les expone al detalle el problema de la migración, que es un éxodo pocas veces visto, y las amenazas de Trump. Dicen que no va porque no sabe inglés, pero lo cierto es que ya hay en el mercado aparatitos y personas que dominan varios idiomas que ayudan con las traducciones simultáneas. Igual y hay que hacer un gasto, pero vale mucho la pena.
Hay que decir, para evitar equivocaciones, que la caravana a Tijuana tiene un propósito diferente a la solución de los problemas con Trump, AMLO busca recuperar el liderazgo político local que se le ha desgastado, y mucho, en las últimas semanas. Por eso está congregando a los titulares de los otros poderes de la Unión y a todos los morenistas que, como dijimos arriba, quepan en los vuelos a Tijuana. Es un acto de campaña local, para consumo interno, buscando aparecer en la primera plana de los periódicos del domingo, nada más. Eso es justo lo que hace Trump con el amago de los aranceles: un acto de campaña local.
Es, en más de un sentido, una medida espejo: Trump hace política interior para llevar agua a su molino y AMLO hace lo mismo en el mitin de Tijuana. Como era de esperarse, los partidos políticos no se quieren sumar al mitin de la unidad nacional porque no le quieren hacer el caldo gordo a AMLO. Irán los dirigentes de los partidos aliados, como el PT o el Verde, pero nada más.
Donald Trump podría, si quisiera, atenuar rápido las olas migrantes con ayudas financieras, con inversiones, para dar empleo en Honduras, El Salvador y Guatemala. No lo hace porque los migrantes son su pretexto ideal para asustar a los votantes, para criticar a los demócratas y para torturar a los mexicanos. Huellas dactilares de agencias norteamericanas están en la organización de las caravanas, que son el petate el muerto.
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@soycamachojuan