Desde que ocurrió la agresión de porros a la marcha estudiantil de la semana pasada, en un costado de Rectoría, se han publicado en los medios y las redes sociales, cientos, acaso miles, de fotos y videos de los agresores. En muchas de ellas se les aprecia la cara de manera nítida. Han surgido docenas de nombres, apellidos, incluso direcciones. A pesar de eso, del inusitado impacto mediático, al momento de escribir estas líneas, domingo en la tarde, no había ningún detenido. Sí, leyó usted bien, ni uno.
Durante la semana la PF entregó a la procuraduría capitalina a dos malandros presuntamente involucrados, pero la procuraduría los soltó con el argumento que no fueron detenidos en flagrancia y que la UNAM no los había denunciado. El jefe de Gobierno de la CDMX, que sí hay alguien ocupando el cargo aunque algunos lo duden, dijo que no va a detener inocentes pero que sí atraparán a los culpables. Se dijo también, reitero, que la UNAM no había denunciado, lo que nos conduce de inmediato al reino del absurdo, ya que la casa de estudios dijo que las denuncias habían sido presentadas.
¿Qué pasa? Es un problema demasiado serio para armar un sainete, una comedia de equivocaciones. Los golpeadores están a la vista de todos, mucho de ellos luciendo jerseys de americano. La conclusión es que no los atrapan porque no quieren. Lo que da lugar todo tipo de suspicacias. Si no se aplica la ley todo queda en el terreno de la grilla, de la forma en la UNAM se está perfilando para entrar a la cuarta transformación y ser un alfil más de Morena, que no perdonará ninguna parcela de poder que haya sido del PRD.
A pesar de que casi todos los mexicanos dicen estar orgullosos de la UNAM por su contribución al conocimiento, a la cultura, lo cierto es que se trata de una gran desconocida. Los investigadores que forma no la investigan a ella. No hay, que se conozca, un estudio serio sobre el problema de los porros y tampoco de los grupos de narcomenudistas que se la pasan tan bien en el campus.
Tampoco hay, y se puede hacer, un trabajo sobre los vasos comunicantes entre el PRD, el gobierno capitalino y el sindicato de trabajadores de la UNAM. Tampoco hay información sobre los activistas que terminan como cuadros del PRD y ahora de Morena. En fin es una institución desconocida. Llegó el momento de ponerla bajo el reflector.
Tren Maya, va.- Se publican hoy más fotos de AMLO con Manuel Velasco. Se han vuelto inseparables. Ahora posaron en un hotel cerca de Palenque. El Presidente electo se reunió ahí con los gobernadores de la península de Yucatán para decirles que lo de Tren Maya no es una ocurrencia de campaña sino una obra pública comprometida. Que un tren conecte las principales localidades con vestigios mayas es una noticia espléndida para el turismo. La comunidad empresarial casi arroja fuegos artificiales cuando se dio la noticia hasta que un aguafiestas dijo que el tren se financiará con el dinero dedicado a la promoción turística. Entre el tren y la promoción todos los empresarios del ramo quieren la promoción sin duda alguna.
Sin una adecuada publicidad de nuestros destinos, México saldría de competencia por los primeros lugares del ranking en divisas y visitantes. Hoteleros, restauranteros, prestadores de servicios, funcionarios públicos tienen que hacerse oír. Quieren tren pero no a costa de dedicarle los recursos de la promoción. Hay que buscarle opciones de financiamiento.
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