Una vez que le cortaron el cuero cabelludo al Chapo Guzmán, los agentes de la DEA y otras agencias gringas van tras Rafael Caro Quintero. Por alguna razón que genera suspicacias de todo tipo, han dejado trabajar al “Mencho”, Nemesio Oceguera, líder del CJNG, quien según se dice cruza la frontera con regularidad sin que nadie lo detecte, o si lo detectan lo dejan hacer y lo dejan pasar.
Pero con Rafael Caro la agencia antinarcóticos gringa tiene algo personal derivado del asesinato del agente Enrique “Kiki” Camarena, quien falleció en medio de una tortura ordenada por Caro cuando se sentía el mero mero de la pradera criminal. ¿Lo sigue siendo? Un día de agosto del 2013 nos despertamos con la noticia de que un generoso tribunal de Guadalajara había absuelto y liberado a Rafael al estimar que fue juzgado de forma indebida por el crimen de Camarena. Lo extraño es que al tribunal le costó 28 años darse cuenta de su supuesto error. El tribunal concluyó que debió ser juzgado en un tribunal del fuero común y no en un juzgado federal. El caso es que Caro salió como si nada por la puerta principal de Puente Grande y desde entonces se hizo ojo de hormiga.
La DEA montó en cólera porque se enteró de la liberación por los periódicos. No pudieron echarle el guante ya que seguía siendo parte de la selecta lista de los criminales más buscados de EU. Se supone que se reintegró al trabajo y que sigue siendo parte del Cartel de Sinaloa, hoy bajo el mando unipersonal del Mayo Zambada, que nunca ha estado preso porque nunca ha cometido los errores burdos en los que incurrió el Chapo.
La DEA quiere a Caro en prisión, no solo por el caso Camarena sino porque ha vuelto a traficar, o al menos eso dicen ellos. La historia dice que Caro mató a Camarena porque el agente puso al descubierto el mayor rancho de mariguana del mundo. Caro atrapó a Camarena y al piloto mexicano Alfredo Zavala. Los sometió a una tortura diabólica a la que no sobrevivieron. Caro fue un narco con éxito precoz. Antes de cumplir 30 años ya era un criminal acaudalado, con presencia notoria entre la comunidad empresarial de Jalisco, en particular la de Guadalajara. Era fanfarrón y descuidado. Operó a sus anchas gracias a sus socios en el gobierno federal, a las autoridades estatales y las municipales las corrompe. Y se pavoneaba en la Perla Tapatía.
Leí un antiguo texto de Aguilar Camín en el que se anota que en menos de un año Caro compro 40 coches Grand Marquis y camionetas Bronco. A Caro le funcionó bien la vieja fórmula de plata o plomo. Y, con gran visión empresarial creó al rancho el Búfalo en Chihuahua donde, según texto de Aguilar Camín, puso en práctica la cosecha agroindustrial de mariguana sin semilla que es la que les gusta a los gringos. En el rancho llegaron a trabajar más de diez mil personas, algo fuera de este mundo. El piloto Alfredo Zavala que trabajaba para Agricultura detectó el rancho a la mitad del desierto y fue con el pitazo a la DEA que a su vez informa a la policía mexicana, a la que no le quedó más remedio que actuar.
Soldados y policías mexicanos irrumpieron en el rancho y decomisaron, aunque usted no lo crea, ocho mil quinientas toneladas de mariguana y dos mil 400 toneladas más todavía sin cortar. Al conocer la noticia Caro montó en cólera y ordenó detener tanto al piloto como al agente. La tortura en una casa de seguridad y los enterró en un rancho de Michoacán.
Una vez que los cuerpos son identificados comienza la cacería y Caro huye del país. No va solo. Se lleva con él una jovencita de la sociedad tapatía y sobrina del que sería gobernador del estado, Cosío Vidaurri. Es su novia Sara. La chica, todavía en bachillerato, cometió una imprudencia, hizo una llamada telefónica que fue rastreada. De ese modo los localizaron en su escondite de Costa Rica. Los atraparon. y Caro. 28 años después salió caminando y según dicen anda vagando por la sierra sinaloense donde nació. Tras él va la DEA.
Lo curioso es que la DEA quiera a Caro y haya dejado tanto tiempo en paz al “Mencho”, jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación que es la organización criminal de más rápida expansión en México, pero también en Estados Unidos, donde se ha detectado su presencia en 15 estados y en una docena de otros países. Puede el lector apostar doble contra sencillo que las agencias norteamericanas tienen mucha más información del “Mencho” de la que comparten con autoridades mexicanas que solo se quedan con la migaja. Es imposible que Nemesio Oseguera mueva toneladas de dinero digitalmente en Estados Unidos o Europa sin ser detectado.
¿Por qué se han tardado tanto en capturarlo? Es un misterio que puede explicarse si al final de la historia aparece como informante de alguna de las agencias del vecino país. El CJNG saltó a la fama con el sobrenombre de Matazetas, una tarea en la que resultaron muy eficaces sus sicarios. Hubo un tiempo en el que estaban bajo las órdenes el Mayo y del Chapo, pero se independizaron y los retaron. Incluso el “Mencho” secuestró a los hijos del Chapo en un restaurante de Puerto Vallarta. El CJNG heredó la estructura y las rutas del cartel del Milenio de Colima especializado en metanfetaminas y le sacó mucho provecho al brote de autodefensas de Michoacán que buscaba terminar los Caballeros Templarios, enemigos del Mencho.
¿Hasta cuándo el Mencho caerá de la gracia de las autoridades de EU?
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