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Al tú por tú…dentro de 4 años



"La guerra contra el crimen organizado terminó", dijo el otro día el presidente López Obrador. Poco tiempo después, Alfonso Durazo, que es secretario de Seguridad Pública, dijo que dentro de cuatro años, con 150 mil efectivos, la Guardia Nacional podrá “estar al tú por tú” con las bandas del crimen organizado.

 Lo primero que emerge de estas declaraciones es que también en el área de seguridad el gobierno federal tiene un discurso confuso, caótico, disparatado. Si la guerra contra el crimen organizado ya terminó, como dijo el político tabasqueño, para qué estamos invirtiendo dinero, tiempo y esfuerzo en la Guardia Nacional que tendrá nada menos que 150 mil efectivos.

Si la guerra sigue, qué podemos esperar que ocurra a lo largo de estos años hasta que la guardia esté lista para hacerse sentir. ¿Los criminales ganarán todas las batallas de aquí al 2023? Si López Obrador y Durazo querían tranquilizarnos consiguieron justo lo contrario. La gente está más temerosa. Con eso de que la guerra terminó que no perseguirá a los capos, el Presidente empuja una estrategia que va en contra de su investidura, pues no puede dejar de tratar de encarcelar a los jefes de las bandas criminales. Es la ley y cuando tomó posesión juró cumplirla y hacerla cumplir.

El otro dice que su alternativa de solución estará lista en cuatro años, cuando el sexenio esté en su recta final. A menos que Alfonso sepa que AMLO buscará reelegirse y entonces sí sacarle provecho a su idea de la Guardia. Queda claro para todos que lo de la guardia fue una ocurrencia de última hora y por eso les ha costado tanto encontrarle la cuadratura al círculo, será porque no la tiene.

Mientras esos caballeros tratan de salir del callejón en el que ellos mismos se metieron, la delincuencia, organizada y desorganizada, se da vuelo. Rateros, extorsionadores, secuestradores y asesinos están de plácemes. Las ciudades, comenzando con la CDMX, son cada vez más peligrosas. Todos los habitantes han tenido noticia de un hecho delictivo del que fue víctima un familiar, un amigo, un compañero de trabajo.

No le achaco, para que conste en actas, la responsabilidad de la inseguridad al nuevo gobierno. No es algo que se gestó en un par de meses, pero sí sostengo que en lugar de dar certidumbre y tranquilidad están enviando la señal de que no tienen idea de cómo enfrentar al monstruo. Dan palos de ciego. No los quiero alarmar más, pero la Guardia Nacional ni siquiera existe, los legisladores no la han votado, están negociando, de modo que el remedio mágico puede no llegar nunca.

Es un lugar común decir que no es lo mismo ser borracho que cantinero. AMLO y Durazno se llenaron la boca de descalificaciones y ofrecieron soluciones inmediatas, de un día para otro, y ahora ya piden un plazo de cuatro años, que es demasiado tiempo. El problema es que trataron de darle a todo borrón y cuenta nueva, como si las instituciones no hubieran hecho nada antes de que Morena ganara la elección de julio. Para dar resultados de corto plazo la opción era hacer ajustes, limar asperezas, corregir estrategias de lo que ya venía funcionado, pero eso jamás. La soberbia como suele ocurrir, se impuso, y ahora se construye algo que puede funcionar o resultar un elefante blanco, pero dentro de cuatro años ya no habrá tiempo para corregir.

Entretanto, la nota roja tiene material de sobra, y la delincuencia se ensaña con los ciudadanos.

 

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Twitter: @soycamachojuan

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