Viernes 22 de Noviembre, 2024 - México / España
Un vínculo entre México y el Mundo
Facebook Twitter Whatsapp

La 4-T de la CNTE



La CNTE fue de los ganadores indiscutibles de la elección del primero de julio del año pasado. Su alianza con Morena se fundamentó en que tenían un enemigo en común: la Reforma Educativa, ideada e implementada por el gobierno de Peña Nieto. Un puñado de líderes de la CNTE accedió a candidaturas de Morena y formaron un batallón para terminar con esa reforma como si estuvieran emprendiendo una campaña para recuperar Texas. “De la Reforma Educativa no quedará ni una coma”, gritaron a todo pulmón como si un ejército enemigo nos acosara.

Una vez conseguido el propósito que los mantenía unidos comenzó el periodo de pago de facturas. La CNTE es una organización dedicada a la extorsión política. Esa es su naturaleza. La reforma para ellos fue un obstáculo molesto que ya no existe. Tienen el campo libre para hacer literalmente lo que se les pegue la gana, con la certeza de que no serán tocados ni con el pétalo de una rosa, pues el presidente tiene una confusión dañina: supone que aplicar la ley equivale a reprimir al pueblo, lo que es un disparate colosal que no augura nada bueno.

La CNTE puede convertirse en un grupo de choque del gobierno federal para desestabilizar gobiernos estatales que no se pliegan a los dictados de Obrador, pero también se le puede salir del huacal y aprovechar la candidez del gobierno para extraerle todas las rentas posibles. Los conflictos en los que se involucra la CNTE se resuelven con dinero. Así ha sido, así es y así será. La pregunta pertinente es: ¿cuánto dinero está dispuesto a darles el actual gobierno para mantenerlos a raya? En el Palacio de Cobián se cuentan leyendas de portafolios repletos de dinero que se entregaban en el sótano de la dependencia y que eran el preámbulo para que los activistas de la coordinadora cesaran sus desmanes, volvieran a su tierra, hicieran como que trabajan, hasta que unos meses después volvían a la ciudad por otro maletín.

El caso de Michoacán es un sainete político que da pena ajena. Hay un diferendo entre Aureoles y Obrador desde la campaña del año pasado. Todo mundo sabe que el presidente tiene muchas más armas, pero el gobernador no cederá la plaza sin resistencia. No puedo imaginar el nombre de un país serio, capitalista o comunista, digamos Alemania o China, que permita que un grupo de activistas bloqueen vías férreas un par de semanas colapsando la economía de la región, y dentro de poco la economía nacional, sin mover un dedo por pánico a aplicar la ley.

Por su puesto que en un operativo de desalojo se tiene que aplicar la fuerza, pero eso está a años la luz de reprimir. Nadie quiere personas lastimadas, pero afectar las vías de comunicación federal es un delito que se está cometiendo todos los días de manera impune.

Como nadie actúa, los activistas de la CNTE se quedarán hasta que quieran, o sea cuando crean que ya le sacaron todo el jugo posible a esta maniobra y se pongan a idear otra. Otras secciones de la CNTE en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas, entre otros, observan y planean sus propios operativos. Después de todo sus compas de Michoacán pasaron de pedir el pago de quincenas atrasadas a exigir 5 mil millones de pesos. La extorsión es un negociazo. La Cuarta Transformación supone para los líderes llenar las alforjas sin arriesgarse a nada. La aplicación de la ley siempre puede esperar, puede dejarse para después.

 

[email protected]
@soycamachojuan

Columnas anteriores