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El Tren Maya hará escala en Acapulco



En el Tianguis Turístico, que arranca este fin de semana en Acapulco, se dirimirán dos asuntos torales: el futuro del megaproyecto del Tren Maya y los nuevos esquemas de promoción ante la desaparición del CPTM.

Lo que ocurre alrededor del turismo incumbe a todo el país. La actividad representa el 9 por ciento del PIB nacional, lo que es una barbaridad, y es uno de las principales generadoras de empleo, sobre todo para mujeres y jóvenes. Datos recientes hablan de más de 8 millones de personas con un trabajo vinculado a la industria de viajes.

Para varios estados de la República el turismo es su principal, y casi única, fuente de ingresos, me refiero a Quintana Roo, Guerrero, Baja California Sur, Oaxaca. Para otros estados como Guanajuato, Michoacán, Chiapas, incluso Jalisco, el turismo es vital para sus finanzas. Es una actividad estratégica, por lo tanto merece un espacio sistemático en las primeras planas, cosa que rara vez sucede.

Pues bien, el evento central del turismo en el país es el Tianguis Turístico que arrancó en Acapulco hace 44 años. Durante muchos años el puerto de Guerrero, con la bahía más bella del mundo, fue la sede, hasta que los turisteros salieron huyendo en medio de tiroteos en plena Costera. Me consta. El Tianguis se volvió itinerante con la modalidad de hacerlo un año en Acapulco y otro año en otra sede. El año que entra, 2020, será en Mérida.

El Tianguis que arranca el próximo fin de semana en las instalaciones de Mundo Imperial es el primero de la administración López Obrador, por lo que resultará doblemente interesante. El advenimiento del nuevo gobierno generó cambios profundos en las reglas del juego en la industria que han dejado muchos lastimados, entre ellos empresarios poderosos que no suelen quedarse de brazos cruzados cuando alguien afecta sus intereses. Se harán sentir en Acapulco, ni duda cabe.

El nuevo gobierno es legítimo. Ganó la elección de manera inapelable, de modo que sus decisiones tienen el respaldo de las urnas, incluidas, claro, las decisiones en materia turística. Hay muchas controversias en curso. La secuencia de decisiones que dejaron a muchos con la boca abierta comenzó con la cancelación del aeropuerto de Texcoco, algo que todavía les cuesta creer a muchos, sobre todo porque la obra tenía más del 30 por ciento de avance. El supuesto lago y los patos que fueron salvados no han regresado para dar las gracias.

La desaparición del CPTM supone que la promoción, que es necesaria en un entorno de competencia descarnada a nivel mundial, se tenga que hacer a partir de nuevos esquemas que incluyen patrocinios diferentes. El otro día Marcelo Ebrard y Miguel Torruco firmaron un convenio de colaboración para que la promoción turística sea una de las nuevas tareas del personal diplomático. Es un paso adelante, pero la promoción es un trabajo especializado, para profesionales. Se requerirá un esfuerzo importante de capacitación.

El CPTM fue liquidado para terminar con un enclave de poder y porque los recursos que antes manejaba se dedicarán, íntegros, a financiar el proyecto del Tren Maya. Sobre este proyecto me ha tocado escuchar de todo. Desde que es una disparate que nunca se concretará, hasta que se trata de una panacea que sacará al sur del país del subdesarrollo. Tal vez sí. Como sea, poner todas las canicas presupuestales en una sola bolsa, la del Tren, es una apuesta arriesgada, sobre todo porque existe una posibilidad real de que no se concrete por la resistencia de pueblos originarios.

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Twitter: @soycamachojuan

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