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Turismo, el frente interno



¿Estamos condenados a un crecimiento marginal en la actividad turística? Fue Francisco Madrid quien planteó la pregunta, a manera de provocación, para dar comienzo a uno de los paneles de debate y discusión que el director de la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac organizó en el marco de la  Feria Internacional de Turismo 2010, que se llevó a cabo esta semana en el centro Bancomer Santa Fe, bajo la coordinación del  GDF.

La respuesta al cuestionamiento de Madrid es: claro que no estamos condenados al crecimiento marginal, pero como dice el axioma popular si queremos que las cosas cambien no podemos seguir haciéndolas igual. México tiene el potencial de incrementar en el corto plazo el número de visitantes y la captación de divisas. Puede incorporarse al Top Five del turismo mundial, al lado de potencias como Estados  Unidos, Francia,  España, Italia  y China;  en la actualidad ocupamos el lugar 10.

Lo que se requiere para detonar el crecimiento acelerado es colocar al turismo como una prioridad del  Estado Mexicano. No hay de otra. La  recompensa será generosa, pero hay que hacer el trabajo. Eso supone que los integrantes del  Estado, comenzando por el Ejecutivo Federal, reajusten prioridades. Calderón no lo vio así. Hace justo  un año llegó al extremo disparatado de pedir la desaparición de la Secretaría del ramo como moneda de cambio en la discusión del paquete presupuestal. Después se echó para atrás, pero el mensaje, ominoso, quedó enviado:  en este sexenio el turismo no es prioritario.

De ahí para adelante todo ha sido cuesta arriba para los encargados de esa dependencia. Lo fue en el tramo final de Rodolfo Elizondo y lo ha sido en el arranque de Gloria Guevara. En estos días, Guevara, Pérez y López  Negrete se han esmerado, pero están lejos del fogón. Viajan con frecuencia, van de aquí para allá en un road show infatigable, de Estados Unidos, a India y  Japón. No dudo que su activismo acarreará resultados positivos, pero llegó el momento para la señora secretaria de Turismo y su equipo de atacar el frente interno: de plantear ante Presidencia, Hacienda, Comunicaciones, Economía, a los organismos empresariales, el Congreso, gobiernos estatales y municipales, universidades,  medios de comunicación, ante la opinión pública en general la necesidad de ubicar al turismo como prioridad nacional si queremos aspirar a tajadas más grandes del pastel, que significa más empleo y menos pobreza para los mexicanos, que no es poca cosa.

Incluso la UNAM ha sido omisa. Esa casa de estudios, tan lisonjeada en los últimos días, ha prestado en sus primeros cien años de vida, atención marginal a la actividad que más empleos genera en el país y  la tercera fuente de divisas extranjeras, pero no sólo eso, se trata de la actividad con mayor potencial de crecimiento en el corto plazo. Otras casas de estudios, como la Universidad Anáhuac, se han tenido que hacer cargo de la reflexión profunda sobre la industria de los viajes, que tiene implicaciones profundas en la vida nacional y en aspectos determinantes como el uso de energía, el calentamiento global, el rescate de zonas marginas, la protección de reservas naturales y de sitios con valor histórico, entre otros. 

Lo justo es que las actividades que generan mejores dividendos, aquellas que dan más ganancias por peso invertido, las que dan ocupación a más familias mexicanas,  reciban el premio de un mayor presupuesto. Más dinero para el sector turismo en el año próximo no será un gasto, sino una inversión redituable casi de inmediato. El turismo genera divisas frescas todos los días y todas las noches. Ya veremos si a los diputados  les cae el veinte.

 

 

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