Millones y millones de palabras; miles de frases sin mucha novedad, pero con una distinta interpretación de acuerdo con los pulsos del momento; presencia infatigable, interminable, ubicua; recorridos por los hospitales, por los pueblos, por las carreteras y las brechas, por selvas, montañas, ciudades, conferencias matutinas, diálogo con los medios —o monólogo ante los medios, como se quiera—, pero la Presidencia de esta República, generadora y sostén de la llamada IV-T, avanza entre el oleaje de una marejada producto del agitado nauta cuyo barco desafía la tempestad.
Ante esta condición gozosa y de orgullo personal, pocas veces se había autodefinido el Señor Presidente en su temperamento, talante y reacción ante la crítica y la protesta como con esta frase casi desconocida de Ponciano Arriaga: “Entre más me golpean más digno me siento”.
Yo la verdad nunca había leído tal frase en la pluma o la oración del potosino Arriaga. Esto sí lo había leído en torno a los debates de la Constitución de 1857:
“…si consultamos con sana intención y limpia conciencia las manifestaciones de ese espíritu que surge de la conciencia nacional, la moralidad y la unión nos harán fuertes, y entonces ¿qué podrá contra la soberanía del pueblo; qué contra la Nación entera, un puñado de hombres, ciegos de ambición personal, engañados por ilegítimas esperanzas, seducidos por el falso brillo de intereses pequeños y bastardos?
Pero otras cosas decía también el ufano prócer liberal. En su famoso “Voto particular sobre la propiedad” dijo algo en cuya literalidad también se adivinan fuentes de inspiración en el pensamiento del Señor Presidente:
“—Mientras que pocos individuos están en posesión de inmensos e incultos terrenos, que podrían dar subsistencia para muchos millones de hombres, un pueblo numeroso, crecida mayoría de ciudadanos, gime en la más horrenda pobreza, sin propiedad, sin hogar, sin industria ni trabajo…
“…Poseedores de tierras hay en la República Mexicana, que en fincas de campo o haciendas rústicas, ocupan (si se puede llamar ocupación lo que es inmaterial y puramente imaginario) una superficie de tierra mayor que la que tienen nuestros Estados soberanos, y aún más dilatada que la que alcanzan alguna o algunas naciones de Europa”.
No se lo decían a él, sino al torero bigotón Ponciano Díaz. ¡Ora, Ponciano!
Eso fue antaño. Veamos hogaño:
“…no se entrega el apoyo a las organizaciones porque no llegaba el apoyo o no llegaba completo, llegaba con moche, con piquete de ojo, y eso ya no va a continuar.
“Ahora el apoyo es directo al productor, directo al beneficiario y con justicia; se le está dando a quienes no se ayudaba, no se les entregaba apoyo a los pobres, el subsidio al campo limitado se entregaba a los de arriba, a los que tenían influencias… a los más pobres no les tocaba nada, si acaso despensas, frijol con gorgojo…
“…Es que era el colmo, se entregaban recursos públicos hasta a las organizaciones llamadas no gubernamentales y se quedaba mucho dinero en la intermediación o por actos de corrupción. Líderes con sus camionetas de lujo, cinto... ¿cómo es el cinturón?, cinto “pitiado”, sombrero texano, camisa de cuadro de marca, líderes nylon, con todo respeto.
“Por eso hay alguna inconformidad, pero tienen que irse acostumbrando, nosotros no vamos a cambiar esto, se acabó el moche, el piquete de ojo. El apoyo va a ser directo, y si hay problema porque existan bloqueos o inconformidades o protestas, no vamos nosotros a ceder en nada.
“No es de que: ‘A ver, te tomamos una carretera y llegamos a un acuerdo siempre y cuando nos entregues tantas toneladas de fertilizante’. Ahórrense el tiempo, ya eso no se acepta”.
Por eso cualquiera de los dos personajes podría haber dicho esta frase. ¿Cuál fue?
“…Cuando se defiende una causa justa, cuando se lucha por la justicia, por la honestidad, la por la libertad, por la democracia tiene uno un escudo protector, resiste uno todo, no pasa nada…
“…Y al final en una democracia —lo dije ayer y lo repito ahora— si la política que estamos aplicando no le gusta al pueblo, va a haber revocación de mandato, no nos vamos a aferrar al cargo… ”.
XEW
Compra Miguel Alemán Magnani la mitad del conglomerado radiofónico de mayor tradición en México; Radiópolis.
Pero la “W” nunca volverá a ser lo mismo. Mientras Prisa tenga la mitad, no será “La voz de la América Latina desde México”. Quizá lo sea de Iberoamérica.
Pero eso no ha ocurrido hasta hoy.