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Seguridad y guardia nacional



En cumplimiento no tanto de una real necesidad consultiva, sino de un rito de escenografía, bajo cuyo manto se quiere hacer creer en esa consulta de expertos y especialistas, se despliegan ahora los foros sobre la creación de una Guardia Nacional en marcha, acto legislativo y político cuyo destino está marcado por las instrucciones del Presidente de la República.

Muy difícil resulta creer en la soberanía del Poder Legislativo cuando sus sesiones comienzan con el grito partidario y la alegre confesión del honor de estar con Obrador.

Cambiarán algunos detalles de ornamento en la ya célebre Guardia Nacional, cuya fama antecede a su existencia, lo cual es algo milagroso y absurdo, como tantas cosas en este surrealista país, gracias a los dislates constitutivos y sus malas apreciaciones sobre inviabilidad y formalidad.

La primera guarda relación con sus elementos humanos; la segunda, con su condición castrense a la cual se le quiere ahora agregar una hibridez entre lo civil y lo militar sin atender la realidad, son mundos incompatibles, con su etiología y finalidades diferentes e incompatibles en el ejercicio de la acción de fuerza.

Pero a los foros acuden los gobernadores y reclaman, como ha sido el caso del campechano Alejandro Moreno, la entrega del mando a los civiles, lo cual es petición generalizada cuya voz nadie va a atender: Las cosas ya están decididas por el artículo primero de la constitución no escrita de la Cuarta Transformación, el cual a la letra dice: me canso ganso.

Pero mientras el palmípedo mayor se fatiga o reposa, la pasarela continúa con un intolerable tufo de farsa mayor, una noticia llega de Tamaulipas, ahí donde hace unos cuantos días el Presidente de la República abogó por las virtudes de su sistema de estímulos fiscales para abatir la inseguridad y terminar con los crímenes en serie. Y los criminales contestan en serio:

“Miguel Alemán, Tamps., (mañana).- Bandas antagónicas del crimen organizado combatieron ayer a campo abierto en una brecha del municipio de Miguel Alemán, en una sangrienta batalla que dejó como saldo 21 pistoleros muertos, 19 de ellos calcinados, así como seis camionetas carbonizadas.

“El enfrentamiento masivo se registró en el rancho Refugio Hinojosa y el descubrimiento de los cuerpos fue posible luego de que una ciudadana de Miguel Alemán, identificada en el parte militar como Dulce García, se presentó al mediodía de este miércoles ante la Unidad General de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado para denunciar que su esposo no se había presentado en su domicilio desde el martes y que personas conocidas le habían informado que su cuerpo estaba en una brecha donde presuntamente hubo un enfrentamiento.

“De inmediato, el personal ministerial y pericial de la Procuraduría solicitaron el apoyo de elementos de la Defensa Nacional y al mando del capitán segundo de Infantería Marco Antonio Jarquín Rodríguez, se desplazaron hacia el lugar señalado por la mujer y conocido como brecha  Los tres portones.

“Al llegar al lugar a las 16:45 horas, las fuerzas castrenses se percataron que había una camioneta con un cuerpo carbonizado en su interior y al adentrarse en la brecha ubicaron cinco camionetas más y alrededor de los vehículos varios cadáveres calcinados y otros semicalcinados, contabilizando 19 cuerpos en total”.

Este macabro relato es una especie de lectura recurrente.

Mientras el gobierno mexicano lleva más de 20 años, por contar nada más los pasados tres sexenios, hundido en discusiones estúpidas y revisando argumentos bizantinos, los trasgresores de la ley no necesitan diálogos macizos ni masturbaciones frecuentes.

Actúan con la fuerza bruta sin hallar frente a ellos ninguna otra violencia para contenerse, ni siquiera la legítima represión de las fuerzas institucionales de seguridad. Quizá por su inexistencia o su ineficacia; su corrupción, su colusión.

Todo se les va por el pico.

“Yo quiero que logremos serenar a Reynosa, serenar a Tamaulipas, serenar al país —había dicho AMLO días antes—, y esto lo vamos a lograr así, con crecimiento económico, con desarrollo, con empleo, con bienestar, atendiendo a los jóvenes, evitando la desintegración de las familias, fortaleciendo valores culturales, morales, espirituales; que no sólo de pan vive el hombre, hay que buscar el bienestar material y hay que buscar también el bienestar del alma”, finalizó.

Quizá los asesinos, y los calcinados, hayan escuchado también esas palabras. Las últimas de la vida.

 

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Twitter: @CardonaRafael

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