Está bien, es cierto.
Muchos deberíamos seguir aquella vieja frase de José Alvarado cuando nadie pensaba ni actuaba ni soñaba en algo distinto del futbol en el México de 1970, cuando Pelé y una parvada de ángeles con tachones tejían el sueño de la euritmia en el césped para darle a Brasil la más dorada de las copas mundiales, por encima de la pérfida Albión, la macarrónica Italia o la belicosa Alemania.
“Nunca pedestre afán distrajo mis vigilias”, dijo Pepe, mientras Seyde escribía en los “Temas del día”, el evangelio según San Manuel.
No conozco a todos los doctores Honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero uno de ellos, con quien si me une una poco frecuente relación de muchos años, ha escrito una carta pública en relación con un grave conflicto en Cataluña.
No, no ha escrito este doctor y músico y cantante y vate de los de antes; trovador y juglar, nada en torno de los problemas de Puigdemont y su fleco de romano decadente, ni mucho menos de la represiva actitud derivada del orden constitucional de la Monarquía Hispana. No.
Joan (con o, por favor) Manuel Serrat se ha tirado una larga carta dirigida al Club Barcelona de Futbol para sostener a Leo Messi (el más grande de todos los tiempos, dijo do Nascimento) en el equipo. La carta es encantadora y no me resisto, por las razones ya dichas o al menos sugeridas en la importancia del tema, a repetirla casi completa.
“Estimado señor Josep María Bartomeu, presidente del Fútbol Club Barcelona:
“Respetuosamente quiero hacerte llegar esta carta preocupado como estoy por un tema que desde hace demasiado tiempo mantiene confusos y desasosegados a socios y simpatizantes de nuestra entidad, incluso tal vez a usted también y que estamos deseando rematar de una vez por todas con un final feliz.
“Culés del mundo: Leo Messi puede negociar a partir del 1 de enero con quien quiera y por lo que quiera.
Pido disculpas a los lectores de este prestigioso diario especialmente a aquellos a los que el fútbol les tiene sin cuidado, por atreverme a aparcar por un breve rato el tema del “prucés” que en todas sus posibles formas y modalidades ha ocupado nuestros periódicos, tertulias, telediarios e inclusive programas del corazón.
“Si me atrevo a hacerlo es porque en el escaso plazo de un mes y medio, es decir en apenas 45 días el enigma Messi ha de resolverse, si no está ya resuelto de manera definitiva.
“Usted debería de saberlo mejor que nadie, señor presidente. Son 45 efímeros días, que podrían parecerse mucho a un Vía Crucis, si recordamos los dimes y diretes que precedieron a la salida de Neymar del FCB sin que los aficionados —que no tenemos acceso a información privilegiada— pudiésemos adquirir conciencia oportuna, clara y veraz de lo que estaba ocurriendo…
“…Digámoslo claro. Culés del mundo: Leo Messi puede negociar a partir del 1 de enero con quien quiera y por lo que quiera.
“No va a ocurrir porque la Moreneta, que ocupa la tercera gradería Sur, no lo va a permitir, pero no puedo evitar estar preocupado. Intranquilo, desasosegado.
“Si este hombre veloz, chiquito y gambeteador se va de esta institución que uno sigue pensando que es la nuestra, señor Bartomeu no le arriendo a usted las ganancias...
“…Nadie es por si solo un equipo. Hacen falta cómplices en cada línea. Para acompañar al maestro. Tal vez necesitamos a alguien más que Piqué, Busquets, Iniesta, Suárez, para completar esa compañía fiable que permita a La pulga regresar a los títulos y a los premios individuales que últimamente ha tenido que ver desde el asiento del lado.
“No quisiera que vistieras otra remera que no fuera la blaugrana.
Sr. Bartomeu & Cía, repasen esta parte del temario…
“…Tanto les cuesta, señor presidente, hacer un esfuerzo y contarnos que está pasando. Es verdad que los socios de la entidad solo representamos un 3% de los ingresos totales del Barça pero aún somos el 100 % de la sociedad.
“Busco otros secretos. Persigo otras razones que expliquen esta demora…
“…Querido Leo. Te he visto crecer como futbolista en nuestras divisiones inferiores y llenar nuestras vitrinas con trofeos que nos han llenado de orgullo. Será muy difícil que este club disfrute de otro jugador como tú y la gratitud de los aficionados del FC Barcelona a ti, a pesar de lo efímeros que somos, será eterna.
“No quisiera que vistieras otra remera que no fuera la blaugrana pero si en algún momento como en alguna ocasión has dicho, decidieras, terminar tus días deportivos en Newell’s, te juro en el nombre del Negro Fontanarrosa que si mi corazón canalla aún palpita, te acompañará hasta el Parque Independencia vestido de leproso para darte las gracias por tanto, tanto y tanto fútbol.
“Blaugrana al vent”.
Total, una espera angustiosa, casi como el nombre del candidato del PRI…