La disputa presidencial en contra de los ministros de la Corte (en especial, supongo, Alberto Pérez Dayán quien suspendió la aplicación de la Ley de Remuneraciones), tiene un aspecto jurídico, otro simbólico y uno más, político.
Del jurídico no tiene sentido ocuparse: las tesis, laudos y decisiones de la Corte son obligatorias, no acomodaticias. Se deben cumplir o se incurre en desacato y éste genera consecuencias extremas. Eso lo sabe cualquiera.
Por eso el Presidente ha dicho: una cosa es admitir y otra quedarse callado. Y entre sus muchas virtudes, no está el silencio. Pero todo lo demás, es realmente significativo por el encadenamiento de los argumentos.
Veamos.
La Ley de Remuneraciones tiene un sustento moral, no jurídico ( y la necesidad política invoca a la moral). Se trata de frenar la codicia salarial, cuyos montos excesivos en un país de miserables, son en sí mismos una inmoralidad. Los altos salarios deben desaparecer como también se deben esfumar los privilegios. Es la base de una oferta política.
Obligar a la austeridad por decreto y hacerla una conducta profesional y una forma de administración, es un acto político. Y cuando un freno jurídico lo impide, la decisión se traslada a una arena de disputa. Es una rivalidad. Por eso el discurso contra los ministros a quienes se ha acusado de “deshonestidad” porque conservan salarios de hasta 600 mil pesos mensuales.
Les ha adjudicado además la miopía de no comprender el momento actual.
Y como la base histórica y el ejemplo republicano de la reducción de los salarios es la medianía juarista, quien no se pliegue a ella traiciona la memoria y las enseñanzas patrióticas del benemérito y no merece ni los privilegios de la iconografía tutelar y mancilla hasta su imagen, por eso se debería retirar del Pleno de la Corte hasta la vera efigie del restaurador de la República.
“Yo creo que se equivocaron, porque no están entendiendo la nueva realidad; no puede haber gobierno rico con pueblo pobre y se olvidan de Juárez… deberían de quitar el retrato del Presidente Juárez de la Suprema Corte de Justicia, porque Juárez decía que el funcionario tenía que aprender a vivir en la justa medianía, ¿entonces para qué tienen a Juárez ahí?”.
Quizá los ministros tengan la imagen de Juárez en el altar de la justicia, porque don Benito fue presidente de ese cuerpo judicial. Posiblemente le más ilustre de todos ellos. A lo mejor.
Pero ahora, cuando todos somos juaristas hasta por el oportunista cambio de los billetes de 500 pesos, vale la pena reflexionar en estas ideas del señor benemérito:
“…Sacrificar el orden y las leyes libremente adoptadas, a los planes más o menos ilusorios de un hombre, por muy ameritado que se le suponga, sería hundirnos en una anarquía sin término, arruinar por completo los elementos de prosperidad en el país, destruir quizá para siempre nuestra reputación en el mundo y comprometer en lo futuro nuestra misma independencia…” Esto lo dijo el patricio en un mes como este, en 1871.
Pero así como el presidente ha entrado en colisión contra la Suprema Corte de Justicia, ha sostenido también tensiones con los gobiernos estatales, lo cual nos lleva a la memoria de otros discursos Don Benito, como por ejemplo este, del mismo periodo:
“…La leal observancia del pacto fundamental, por los funcionarios federales y delos Estados será el medio más eficaz para consumar la reorganización de la República. Se alcanzará tan importante objeto, siempre que, conforme a la Constitución, el Poder Federal respete los derechos de los Estados, y ellos respeten los derechos de la Unión…”
Y en cuanto al servicio público, leamos algo más,
“…Para la provisión de los empleos, el gobierno atenderá, sobre todo, a la aptitud y honradez, y no al favor o al ciego espíritu de partido, que tan funestos han sido y serán siempre en la administración de las rentas públicas…”
En esta actitud hay un pensamiento íntimo: el único y verdadero intérprete del pensamiento juarista, a través de su aplicación y el humilde respeto de su legado, soy yo.
PUEBLA
El julio de este año, entre la euforia del triunfo y todo lo demás, el Presidente AM, dijo (esta vez sin citar a Juárez):
“Quiero destacar que para nosotros el gobernador electo de puebla es Miguel Barbosa… En este sentido (SDP) , subrayó que impulsa el procedimiento para que se limpie la elección “y se le den los votos a Miguel Barbosa”.
El fin de semana el tribunal electoral confirmó la derrota de Barbosa.