La semana anterior, mientras el gobierno —con mesmérica habilidad— transformaba ante los ojos del ingenuo público, una crisis de abasto en una cruzada nacional en favor de la recuperación de la riqueza nacional, mermada por los huachicoleros (de afuera) y los “huachiculeros” (de adentro), los diputados decidieron, con gesto severo y teatral, llamar a cuentas a los responsables de la situación.
El 9 de enero emitieron esta información:
“Los secretarios de Energía y de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rocío Nahle y Carlos Urzúa, respectivamente, comparecerán el próximo lunes 14 ante la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados para explicar el desabasto de hidrocarburos. También lo harán Octavio Romero Oropeza y Ricardo Sheffield, directores de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco)”.
En esa ocasión esta rejega columna, en su versión radiofónica, señaló la inutilidad de tal comparecencia, pues cuando los diputados comienzan sus sesiones con un grito de identidad y sumisión (“...es un honor estar con Obrador...), no tiene sentido simular indagatorias serias (o mucho peor, creer en la simulación), entre empleados obsecuentes y obedientes.
Mucho se han lamentado las buenas conciencias de este país por las lesiones presupuestarias y la limitación del funcionamiento de los órganos autónomos, pero no se han dado cuenta de la peor de las pérdidas de independencia: el Congreso convertido apenas en una oficialía de partes o una secretaría de Asuntos Legislativos, para convalidar decisiones del Ejecutivo. Como se ensayó tantos años en la Ciudad de México.
“Como antes”, dice la señora historia entre la resignación y la nostalgia recuperada. A estas alturas uno no sabe ya si la nostalgia es el disfrute de la memoria o el martirio de los recuerdos.
Y para confirmar la inutilidad de tan superficiales y autojustificantes comparecencias, ayer por la mañana Mario Delgado, líder del rebaño morenista en San Lázaro, confirmó cómo en el asunto de los ductos lo habían mandado por un tubo. Y él se fue gustoso.
“Por un nuevo sabotaje al ducto Tuxpan-Azcapotzalco, que ameritó su atención prioritaria, la secretaria de Energía, Rocío Nahle; y el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, cancelaron súbitamente la reunión de trabajo que tenían acordada con la Tercera Comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para esclarecer (¿?) el abasto de gasolina en el país.
“El coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, informó que una vez que los funcionarios resuelvan esta contingencia (¡Ah!, ya la van a resolver), atenderán las interrogantes que tienen los senadores y diputados respecto a los inventarios de hidrocarburo y la probable reducción de importaciones de crudo ligero y de gasolina (¿pues por fin?).
“ ‘Hay asuntos de urgencia que atender, en estos momentos, derivados de la emergencia en la estrategia de robo al combustible, hay peticiones importantes que atender en materia de abasto en distintos estados; se está atendiendo también la petición de un par de gobernadores de importación de gasolina.
‘No es de ninguna manera un desaire al poder legislativo y no es tampoco de ninguna manera una evasión a su responsabilidad. Nos piden comprensión ante el tamaño de la urgencia’, dijo Delgado”.
Y aquí a alguien se le están desoldando los ductos. Revisemos el archivo:
“(AMLO).- …Hay la hipótesis de que, de todo el robo, sólo el 20 por ciento se da con la ordeña de ductos, que es una especie de pantalla, que la mayor parte tiene que ver con un plan que se opera con la complicidad de autoridades y con una red de distribución. Entonces son huachicoleros de abajo y huachicoleros de arriba...”
Pues son las cosas de la “Cuarta Transformación”. La realidad no es real ni virtual, es verbal. Las cosas son como dice el Presidente y todos marchan con un mismo compás.
Por otra parte, mueve a risa enterarse de la urgente atención de Rocío Nahle, por ejemplo (con una llave de tuercas y Octavio con una autógena), reparando un tubo cuyo sabotaje ya tiene tantas cuentas como un rosario.
¿Y las otras cuatro veces, su presencia no eran necesaria?
Pero ya se nos anuncia la solución:
“...el general secretario de la Defensa Nacional Cresencio Sandoval, y el encargado del operativo contra el robo de combustibles, Arturo Velázquez (Pemex), informaron que por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, cerca de 850 elementos del Ejército, de la Marina-Armada de México y la Policía Federal vigilarán los 311 kilómetros de ese ducto...”, el cual será recorrido en su totalidad por el Presidente López Obrador en fecha próxima.