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El escudo olvidado; el logo plagiado



Se llama Israel Hernández y venció a Carlos V. Con  dos clips cruzados, sobrepasó al hombre en cuyos dominios el sol jamás dormía.

Se birló un simplón logotipo de rockeros y se burló de los “expertos” más sabios de cuántos se conozcan en el medio del diseño gráfico, tanto como para no detectar un “cachirul”, un robo o un “fusil”.

Como ya no estamos en tiempos monárquicos ni para rendir homenaje a reyes o emperadores, la Ciudad de México ahora tiene un “logotipo” —al menos para su gobierno—, donde antes tuvo un escudo, en cuyos campos se carga una tradición de 500 años.

En lugar de aquello de la nobleza y lealtad de la urbe, ahora nos conformaremos con cuatro puntitos, una “X” formada por dos “clips” de oficina y un rollo de Claudia Sheinbaum.

Hace unos días, con un archivo notable (ahora están de moda los archivos históricos y los consejos conyugales para tal fin), Héctor de Mauleón nos ofreció un relato cronológico de cómo han cambiado los símbolos oficiales hasta antes de caer en esta incomprensible mezcolanza de logotipos, marcas registradas y etiquetas de equipaje aeroportuario.

Pero las cosas no son nada más incomprensibles.

En la Cuarta Transformación —al menos en su expresión urbana— resultan a veces absurdas y en otras ridículas.

Convocar a un concurso, designar un jurado multidisciplinario (¿cómo, si todos son diseñadores?)  y por lo visto miope, y no advertir la burda engañifa de un plagio de otro diseño igual de sencillo (pero sin pretensiones),  es demostrar poca inteligencia o querer burlarse de la inteligencia de los demás.

La decisión de otorgarle el premio a un diseño tan básico como para no aprobar un examen de primer semestre, simplón —dos clips entrelazados en forma de verde “X”, cuyo esmeralda invoca una ecología destruida, con cuatro circulitos evocativos de los barrios originales de la Gran Tenochtitlán—, no exalta  ni prestigia la concurrencia de expertos, quienes han demostrado cómo sus altos conocimientos en materia de diseño nada más les sirvieron para llevarlos a bailar el oso.

Dijo Sheinbaum:

“Sobre el concurso de la Imagen Institucional el resultado fue una decisión del jurado multidisciplinario de expertos. Consultaremos al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial para evitar controversias antes del 5 de diciembre”, tuiteó Claudia Sheinbaum.

Pero conozcamos a quiénes fueron llevados de la mano a este fallo, porque ya hay quien ha descubierto otro mensaje (quizá subliminal) en el célebre logotipo: si se destraban los clips, uno es una larga “C” y el otro, rotado sobre su eje, forma una “S” vertical; o sea, las iniciales de la nueva gobernante de la ciudad de México.

El jurado estuvo compuesto (o descompuesto), por Xavier Bermúdez, actual director de la Bienal Internacional del Cartel en México y coordinador de diseño en la Universidad Veracruzana; Anahí Campos Dueñas, fundadora y directora de Leonora, Buró Creativo Agencia de Diseño.

Y también:

“Cristóbal Henestrosa, maestro de diseño tipográfico por el Centro de Estudios Gestalt y miembro de la Association Typographique International; Rafael López Castro, diseñador del logo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y TV UNAM; Iván Mayorquín, fundador del estudio de ilustración y diseño contemporáneo Buque en Sinaloa, y Germán Montalvo, miembro de la Alianza Gráfica Internacional.

Pues con todos esos laureles, les metieron dos goles, uno por el chafísimo contenido gráfico del pueril logotipo de los clips, y el otro por el plagio.

Pero como para todo hay una salida, ya se anuncia una visita al IMPI:

“Sobre el concurso de la Imagen Institucional el resultado fue una decisión del jurado multidisciplinario de expertos. Consultaremos al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial para evitar controversias antes del 5 de diciembre”.

Y aquí se le podría hacer una pregunta a Claudia Sheinbaum cuyo tuit está líneas arriba: ¿la consulta al IMPI es para saber si hay registro del logotipo de los músicos de Neural FX o para preguntar cómo se registra una obra, porque esto es un caso de propiedad intelectual.

Y por su parte los chavos de la banda (sin alusión  alguna a Mart Crowley), han posteado estos mensajes inequívocos:

“Gracias a toda la gente que el día de hoy nos informa sobre el gran parecido del nuevo símbolo de #CDMX al nuestro, el cual hemos utilizado oficialmente desde 2009. Gracias a todos por sus menciones y apoyo, y de ser necesario se tomarán cartas en el asunto. #NeuralFX”.

Pues sobre el asunto se tomará cualquier cosa menos cartas, si por eso se diera a entender un pleito contra la jefatura de Gobierno de la ciudad de México. Ni lo van a hacer ni podrían vencer.

Pero ahí  queda una muestra más…

 


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