Quizá la fecha inicial no le diga nada a los muchos profetas del teclado de los tiempos actuales, en cuya irrupción se ha borrado el texto y se ha inscrito el tam-tam de los mensajes telefónicos.
¿Significan algo ahora el exilio de los españoles y el asilo y la espera y la asimilación y el otro mestizaje, de los ibéricos; la Segunda Guerra Mundial y otras efemérides de entonces?
Nada, pues.
¿La Guerra Civil con piel de toro y sangre humana?
Nada, pues.
“…Consumada la tragedia que ha padecido el pueblo español, aventados por el mundo sus defensores…*”
Nada pues.
Sin embargo hoy, cuando el asilo deja de ser la piedad generosa, con ventanas al puerto, y se vuelve una moneda de cambio para poner o quitar aranceles en el mercado de aguacates o automóviles con Estados Unidos, una estrategia, pues; los españoles de México —y muchos más con ellos—, recuerdan aquellos años, cuya cifra inicial y simbólica fue el arribo del buque Sinaia a Veracruz, en un día como el de mañana: 14 de junio, conmemoración empañada por el esperpento ignorante de un reclamo a la actual monarquía, por los hechos ocurridos hace más de 500 años y de los cuales ya no tienen culpa —tampoco disculpa— ni los hijos de la bruma, ni los nietos del exilio, ni la tinta de la historia.
“…Pan, trabajo y hogar, tú me lo has dado, sí, pero te has llevado mi corazón entero de mordida”, decía Enrique Díez Canedo, cuando México no aspiraba a ser Tercer País Seguro (o un país seguro de tercera), sino simplemente una nación con derecho propio para abrir o cerrar la puerta de la casa.
Y a otra cosa.
PUENTE
Algunos se van por la puerta grande, pero pocos lo hacen por el puente grande, como el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, quien entregó el puente de la Unidad, una obra urgente cuya urgencia no impidió la demora de tantos años, los cuales concluyeron cuando Alito asumió el gobierno y el compromiso.
“Este gran puente es palabra cumplida; a Carmen y a Campeche se les cumple, ¡porque se les cumple!”, dijo AMC al develar la placa inaugural de la obra en cuyos extremos están CC y la capital.
Dijo el gobernador:
“…las aves de mal agüero una vez más se volvieron a equivocar, Decían que se iba a caer el viejo puente antes de concluir el nuevo: nosotros no íbamos a permitir que el puente se colapsara, ya la historia nos dejó un profundo dolor con la tragedia del ‘pangazo’, ocurrida en 1980”.
Durante 12 años Campeche estuvo sin respaldo del Gobierno de la República para construir la magna obra. La actual administración —desde el primer día de su gestión, dice la información oficial—, se propuso realizarla a como diera lugar y edificarla con celeridad: la terminó en 24 meses y 19 días, para lo cual contó con el apoyo del expresidente Enrique Peña Nieto para iniciarla y del actual titular del Poder Ejecutivo federal. El puente unió, además de dos ciudades, dos sexenios.
Como todos sabemos, Moreno Cárdenas se propone presidir el PRI nacional.
Antes de pedir licencia, MC, remarcó los datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), el cual considera hoy a Campeche como el estado número uno en los rubros del sistema político, estable y funcional, y del sistema jurídico más objetivo y confiable del país; mientras el Sistema Nacional de Seguridad Pública lo coloca como el estado con la menor incidencia delictiva, es decir el más seguro de México, condición sostenida en los 45 meses de la actual administración.
Además, de acuerdo con el Índice Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), Campeche registra un crecimiento económico del 4.8 por ciento, uno de los mayores en el país.
“Campeche es el tercer estado en la creación de empleos formales registrados ante el IMSS, cuatro mil 160 nuevos empleos en cuatro meses.
El puente de “La Unidad” tiene garantizados 50 años de utilidad, mide 3.2 kilómetros y tiene un ancho de corona de 14 metros con dos carriles de circulación para cinco mil vehículos diariamente a 60km/h.
A casi 37 años de inaugurado, el viejo puente ya cumplió con el propósito para el cual fue construido.
NEGOCIO
Si usted no tiene empleo, servicios de salud, vivienda o educación para sus hijos, fácil: preséntese famélico en Tapachula y dígase hondureño. Todo resuelto.
