Cuando Andrés Manuel López Obrador era presidente electo de este país (septiembre pasado), la Universidad Nacional sufrió una de sus interminables convulsiones, originada en esta ocasión por la furia estudiantil contra un ataque de porros y enmascarados a sus instalaciones de Ciudad Universitaria.
Tras expulsiones y arrestos, además de una visita del rector Enrique Graue a la casa de transición, la calma regresó a la máxima casa de estudios, como llaman a CU. La visita del Rector al Presidente electo fue reportada en tonos de caramelo por la prensa. Éste es un ejemplo:
“...Hay que procurar no caer en ninguna provocación, no aceptar la violencia. Diálogo, diálogo y diálogo. Y si nos cansamos y se rompe el diálogo; diálogo y diálogo. Y tener confianza en las autoridades de nuestra Universidad y van a salir bien las cosas”, dijo (AMLO).
“Acompañado del rector, en sus oficinas de la colonia Roma, resaltó que la responsabilidad y madurez de los jóvenes impedirá que grupos de interés pretendan montarse en el movimiento para desestabilizar. “No tendrían base ni sustento”, indicó.
“Dijo que con el rector habló de “nuestra casa” y, desde luego, el movimiento legítimo de los jóvenes que, refirió, demandan fin a los abusos y la violencia en la UNAM.
“Estamos conscientes de que es una demanda justa y que los jóvenes actúan con mucha responsabilidad”, abundó. Al final Graue dijo una frase feliz, pero ahora, dos meses después, vacía: “Gracias por su comprensión de la Universidad”.
Pero aquel acto comprensivo se parece a las frases habituales de la picaresca burocracia (cuando había de eso): “...si la amistad no se refleja en la nómina, es pura demagogia”. O como decía Francisco Liguori, si el amigo no estimula; no es amigo, es puro “mula”.
Hoy la prensa y las redes, además de los noticiarios de radio y TV, nos hacen ver la molestia y la protesta de la Universidad Nacional ante la merma presupuestaria a la cual, junto con el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana, entre otras instituciones de educación superior, han sometido quienes hicieron el primer presupuesto de la cuarta transformación.
La cimitarra ha cantado y dejó sin bigotes al puma y a la burra, entre otros. Pero el problema no es solamente de pesos y centavos sino de incumplimientos y compromisos. El Presidente les había ofrecido a los universitarios impulsar la investigación científica. Lo hizo durante una reunión en el Palacio de Minería en el pasado mes de Agosto, cuando dijo: “...de modo que tengamos disponibilidad de recursos para que cuenten con apoyos del presupuesto...”.
La reunión citada líneas arriba, cuando la violencia amagaba a la Rectoría y desapareció casi instantáneamente cuando Graue se reunió con López Obrador en la casa de campaña, no fue exclusivamente para tratar ese asunto espinoso. Había sido programada con la finalidad del compromiso presupuestal externado en agosto.
Todo se resume en esta información: “...La sorpresiva e inusitada propuesta de reducir el presupuesto de la UNAM en más de seis por ciento no corresponde a la trascendente e importante labor de la institución de enseñanza superior más grande de América Latina ni al esfuerzo cotidiano que realiza para atender a una comunidad de 350 mil alumnos, además de que pone en riesgo el adecuado cumplimento de sus tareas sustantivas en docencia, investigación y difusión de la cultura.
“Por ello, enfatizó, su ‘respetuoso exhorto’ a los diputados para que analicen y realicen las modificaciones necesarias, ‘a fin de hacerlo consecuente con el deseo de la población de contar cada vez con una educación de mejor calidad’, así como con el compromiso que el Presidente de la República contrajo (para) mantener, al menos, para 2019, el mismo presupuesto del presente año, más el porcentaje de la inflación...…
“...López Obrador había asistido (agosto) al Palacio de Minería a un encuentro con la comunidad científica, académica y empresarial vinculada con el sector de ciencia, tecnología e innovación. De mano del rector Enrique Graue se le entregó (...…) una hoja de ruta sobre el sector, propuesta por expertos de diferentes instituciones de todo el país”.
Ayer, durante su conferencia matutina, el Presidente explicó cómo los recortes a estas universidades no afectan el conjunto del presupuesto para el desarrollo científico y tecnológico.
Y es verdad, nuestro avance científico se puede comprobar con la ceremonia de solicitar la venia de “la Madre Tierra”, para ver si se hace un tren en el sureste.