Hace aproximadamente tres años tuve oportunidad de conocer a uno de los tipos más pesados de mi vida. Se llama Mariano Rajoy y hasta hace unos días lucía el cargo de jefe de Gobierno, como si fuera el armiño de Carlos V.
Yo había ido a una reunión internacional de Turismo y en paralelo hubo una conferencia en la cual Rajoy abordo el asunto del independentismo catalán. Eran los tiempos sulfurosos de Mas y Puigdemont estaba en la segunda fila.
Los argumentos constitucionales de Rajoy para negarse a la separación catalana son tan viejos y repetitivos como para no insistir en ellos. A fin de cuentas añejos o no, son principios legales y como tales se deben esgrimir y respetar. También hacer cumplir, pues para eso se es gobierno.
Pero lo más hartante era esa forma como el gallego hoy defenestrado por el camino de la vergüenza y los señalamientos sobre su escasa honestidad, personalizaba las cosas. El Estado soy yo, le quedaba chico.
En un momento estelar de su discurso, dijo a voz en cuello:
–No habrá independencia de Cataluña mientras yo esté para impedirlo.
Y claro, esa forma de accionar y reaccionar; en un descendiente político directo de Fraga, el ministro de propaganda del caudillo, no debería sorprender a nadie. Toda la derecha española está teñida por esa actitud. Lo mismo era con Aznar.
A mí la suerte de este individuo ni me va ni me viene, pero cuando uno mira a los soberbios con los belfos en el suelo, se siente un gozo íntimo. La verdad. Tío más insoportable; insuflado y con ínfulas papales hoy da risa verlo con los temblores de cara en el momento de la despedida, forzado a elaborar su más rotunda frase: entrego España mejor de cómo la recibí y ojalá mi sucesor pueda decir lo mismo. Para lograr inspiración se fue a esconder aun reservado toda la tarde, con Chinchón y tabaco.
Hoy España va por un camino absolutamente incierto. Si al recientemente echado caballero Rajoy le costó más de un año formar un gobierno, la melcocha de intereses en convergencia coyuntural, no auspicia nada estable para la democracia monárquica española ni para Pedro Sánchez.
El diario El País advierte:
“Solo media hora después de que Pedro Sánchez tomara ayer posesión de su cargo como Presidente del Gobierno lo hacía el Ejecutivo del presidente catalán Quim Torra.
“Los consejeros de la Generalitat evitaron prometer la Constitución y sólo se comprometieron a guardar lealtad al presidente.
“Tampoco hubo menciones al Rey.
“Además, el acto en sí fue un homenaje a los dirigentes independentistas presos y huidos.
“De esta forma, se escenificó de manera clara el que será el primer problema político del nuevo Gobierno de Sánchez, su primer reto: la Cataluña de Quim Torra, ya sin el control del artículo 155 de la Constitución.
“Los dos Ejecutivos, pues, comenzaron su andadura a la vez con una agenda radicalmente opuesta en los objetivos pero con intereses comunes que les obligarán a hablar.
“Nadie, ni en Cataluña ni en Madrid, espera una revolución en lo que a política territorial se refiere. Pero la apertura de vías de diálogo tras dos años de bloqueo entre Madrid y Barcelona ofrece una perspectiva que puede contribuir a rebajar la tensión.
“Los exconsejeros en prisión preventiva y los dirigentes que han huido de la justicia española fueron ayer los protagonistas de la toma de posesión del Govern de Quim Torra.
“El entorno del president volvió a echar mano del simbolismo en una ceremonia perfectamente coreografiada y cuyo espíritu resumió el propio Torra en su intervención:
“El ejemplo (de los presos y huidos) es nuestra fuerza y su retorno nuestro objetivo vital”. La toma de posesión marca el límite fijado por el Senado en la aplicación del artículo 155 de la Constitución”.
Como se sabe el artículo 155 de la Constitución otorga facultades de intervención, por la fuerza, al gobierno central en todas las autonomías.
Pero ya no hay un soberbio para decir, “no mientras yo esté aquí”. Ya no está.
CORRUPCIÓN
Mientras son peras o son manzanas, se sigue desgranando la mazorca de los nombramientos de Andrés Manuel en su gobierno, del cual ya se siente seguro.
No se sabe si prosperen sus maniobras, pero una buena parte de Morena ya impulsa la propuesta de René Bejarano como Fiscal Anticorrupción y Napoleón Gómez Urrutia como Fiscal Nacional Autónomo.
Otros ya proponen a Nestora Salgado para encabezar, previa licencia legislativa, la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional o, como Michelle Bachelet en Chile, la secretaría de la Defensa Nacional.
La Marina no porque nunca aprendió a nadar. Ni cuando se fue de “mojada”.
PERIODISTAS
Hace unos días uno de los muchos periodistas preocupados por la violencia contra otros periodistas, le propuso al auditorio de Radio Fórmula varias acciones, una de ellas de mejoramiento profesional del gremio. De veras, lo dijo en serio.
Desde la enana altura de su insignificante membrete dijo: “…necesitamos acciones que forcen al gobierno”.
Mejor que lo fuercen a alfabetizar a estos farsantes e iletrados “defensores” del pobre gremio.