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2018. Un nuevo mapa político



CORRUPCIÓN, IMPUNIDAD E INSEGURIDAD

El año 2017 que arrancó con malos augurios, algunos se cumplieron, pero por fortuna los más graves, no. Habrá que reconocer avances y logros que se regatean, especialmente en un momento en que nuestra sociedad ha incrementado su sentido crítico hasta llegar incluso al exceso de achacar todos los males al gobierno.

Desde luego que existen razones para la insatisfacción; el incremento de la corrupción que no solamente es reprochable, sino que ha sido tan visible que ha llegado al cinismo, especialmente entre los gobernantes estatales que incluso se encuentran procesados. La impunidad que se mantiene como un mal endémico y vigente sin aparente avance para su solución en el que los más comprometidos son los legisladores, jueces y en general la clase política.

La inseguridad dando pie a la insatisfacción social y donde los actos delincuenciales crecen con rapidez. Según cifras oficiales, el año que está por terminar es el que tiene más registros de asesinatos dolosos en toda la historia del país. Otros delitos de alto impacto en la sociedad como el robo en sus diversas modalidades también han golpeado a la sociedad. Lo anterior nos conduce al viejo asunto del déficit de cuerpos policiacos eficaces y honestos a lo largo y ancho del país. Este asunto, el de los policías, también apareció en el contexto de la aprobación de la Ley de Seguridad Interior que busca normar el despliegue de las fuerzas armadas en las calles, en contacto con la población civil, como parte de la lucha del Estado mexicano contra las bandas criminales.

Soldados, marinos y policías federales han tenido que hacer, y lo seguirán haciendo varios años más, trabajos que competen en teoría a la policía, que en la realidad simplemente no existe, es insuficiente e ineficaz o está a las órdenes del crimen organizado. La cuestión de la inseguridad es relevante porque puede afectar las expectativas económicas para los años siguientes, pues la violencia ahuyenta las inversiones que son el único medio conocido para crear empleos.

En este tema la participación de los presidentes municipales, de los gobernadores es de suma importancia, el trabajo de coordinación es de la Federación, pero el de capacitación y depuración de las policías y las estrategias locales de seguridad corresponden a todos los ordenes de gobierno. Tal parece que la mayoría de los gobernadores han querido esquivar el tema y esperar la solución o el apoyo de la autoridad federal desviando su responsabilidad.

RECONOCER LOGROS

En 2017 sin embargo, la gestión gubernamental ha tenido logros y resultados y con objetividad debemos reconocer los avances.

Entre los rubros que se han distinguido por entregar buenas cuentas destacan este año tanto la producción de alimentos como el turismo, que en cada corte aportan cifras estimulantes que han permitido a millones de familias mexicanas tener un ingreso para sacar adelante a sus familias.

Hay crecimiento económico, discreto, pues ronda por el dos por ciento, pero lo hay. El empleo ha crecido y se ha mantenido en aumento. La recaudación fiscal ascendió a 2.7 billones de pesos con un padrón de contribuyentes en aumento llegando a 60.4 millones lo que permite tener finanzas sanas.

En el 2017 sobresale las acciones de protección civil tanto en la prevención de huracanes, como en el auxilio a damnificados en los que de manera solidaria participaron ejército, marina, policía, protección civil y cientos de jóvenes voluntarios en acciones de auxilio y apoyo a la población afectada.

El combate a la pobreza también avanzó, aunque se reconoce que falta mucho por hacer todavía; sin embargo, según las mediciones de Coneval las carencias sociales están en su mínimo histórico.

Las reformas estructurales continúan fortaleciendo el sistema institucional y la educativa, quizá la más urgente y trascendente, sigue adelante.

Es cierto que en un sistema democrático no existe unanimidad, existe pluralidad y se pretende la inclusión de todos, pero para lograr un avance solido es necesaria la unidad ciudadana, ajustarse a las reglas de la democracia, respetar, cumplir y consolidar el Estado de derecho y especialmente anteponer el individualismo en favor de una sociedad más igualitaria y con mayores oportunidades de desarrollo para todos. Por ello, pensamos que la educación, la seguridad y la honestidad deberán ser objetivos para el 2018.

EL AMAGO DE TRUMP

En lo internacional al inicio del año 2017, la preocupación central era el anti mexicanismo del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que puso a México en la mira desde su campaña electoral y había inquietud generalizada de que emprendiera una ofensiva fulminante en contra de nuestro país. Terminó el año y el TLC sigue vigente, el muro fronterizo avanza lento en su construcción y no se ha registrado una avalancha de migrantes regresando a casa. No es que esos demonios se hayan exorcizado pero siguen en calidad de amenazas. El gobierno mexicano a través de la cancillería ha logrado instrumentar, con mucha paciencia, una política de contención de los arrebatos de Trump.

Las decisiones y arranques del ocupante de la Casa Blanca, nos obliga a mantener la guardia arriba todo el tiempo y se establecen como un reto permanente para el 2018.

TRES ALIANZAS CINCO CANDIDATOS

El año 2017 fue pródigo en notas políticas relevantes. Los partidos llegan a fin de año prácticamente listos para contender en la elección más grande de la historia del país. Más de tres mil cargos de elección popular estarán en disputa lo que sin duda diseñará un nuevo mapa político en México. Uno acaso inusitado. Se han conformado tres bloques cada uno por tres partidos. El PRI con el Partido Verde y Nueva Alianza; PAN y PRD juntos con el MC; Morena tiene al PT y en una decisión muy controvertida al PES. Ya hay varios nombres listos para la boleta presidencial: José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, que van solos en las precampañas.

A los que podrían añadirse los de Jaime Rodríguez “El Bronco” y Margarita Zavala, que como aspirantes a candidatos independientes han hecho la proeza de recopilar miles y miles de apoyos ciudadanos, un mérito que no se les debe regatear, para hacer una quinteta de opciones para el electorado. Hay desde ahora una enorme presión sobre los organismos electorales, tanto el INE como el TEPJF serán protagonistas centrales del 2018 y tendrán que demostrar su objetividad y eficiencia para darle confianza a la elección del próximo año.

NADA PARA NADIE

La pluralidad es rasgo distintivo de la democracia. La idea es precisamente que no haya ganadores de antemano y que la competencia haga la diferencia. La verdad es que, en el último día del año 2017, puede afirmarse que no hay nada para nadie y que aplica la frase de cualquier cosa puede pasar. Las encuestas conocidas se han ido apretando y es muy probable que arranque el año con las tres alianzas muy cerca en las preferencias. Lo más importante, más que de nombres y apellidos de los contendientes, es que la votación refleje de manera nítida la voluntad ciudadana. Que los sufragios formen los gobiernos es, al final del día, lo que se busca con el titánico esfuerzo de organizar una elección de tal magnitud. La ciudadanía quiere participar, ya veremos si los políticos y sus partidos están a la altura de las circunstancias y las mayorías no se equivocan.

México y los mexicanos se merecen un buen futuro, tenemos recursos naturales, talentos de hombres, mujeres y jóvenes que sobresalen a nivel internacional y una sociedad que en las buenas causas sabe ser solidaria.

 

Feliz y próspero 2018.

 

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