NACIMIENTO DE LA IZQUIERDA
Como se sabe, al triunfo de la Revolución Francesa, los jacobinos fueron el grupo más radical y se ubicó del lado izquierdo dentro del parlamento francés, de ahí surge la denominación política “izquierda”, que se caracteriza por defender los intereses populares. Posteriormente aparece el marxismo como doctrina de defensa y reivindicación de la clase trabajadora. En México la izquierda surge en los años 30, con el Partido Comunista Mexicano y organizaciones socialistas que actúan en la clandestinidad, hasta la reforma política impulsada en 1977 por Jesús Reyes Heroles, que permite la participación legal de partidos de izquierda en la lucha electoral, que por años habían visto cancelados sus derechos políticos. La izquierda, entonces, pasó de la clandestinidad a la legalidad.
EL AGANDALLE DE IZQUIERDA
La izquierda ya gobierna varias entidades federativas y su participación es importante tanto en las cámaras de diputados locales y federal, como en la Cámara de Senadores. De manera notable en el Distrito Federal, su Asamblea Legislativa y las delegaciones políticas.
Hace algunos años, la lucha era por el agandalle de las autoridades en los procesos electorales, el uso de recursos oficiales en beneficio de los candidatos, el robo de urnas, la falta de oportunidades para la participación política, la imposición de candidatos; la única diferencia es que entonces era contra el PRI y hoy es contra los partidos llamados de izquierda, que se distinguen por su asambleísmo y la utilización de todas las prácticas que durante años combatieron.
MORENA vs PRD
En la actualidad la irrupción del Movimiento de Regeneración Nacional es el dato más relevante del quehacer político en la ciudad de México, en tres lustros. El desafío de MORENA abre la posibilidad de quebrar la hegemonía del Partido de la Revolución Democrática, que ha gobernado al Distrito Federal con una mayoría abrumadora, desde que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, que había sido gobernador de Michoacán, asumió la jefatura de Gobierno, en 1997.
Se abrió entonces, una secuencia de triunfos del sol azteca, que llegó a ganar casi todas las delegaciones políticas y obtuvo, elección tras elección, una mayoría cómoda en la Asamblea Legislativa. Cárdenas participó como candidato presidencial en 1994, en la elección que ganó Ernesto Zedillo, y también compitió en la elección del año 2000, cuando se registró la alternancia y el empresario Vicente Fox, como abanderado del PAN, terminó con la era del Partido Revolucionario Institucional.
LOS CAMBIOS
Por lanzarse a la campaña del año 2000, Cárdenas dejó como interina al frente del gobierno capitalino a Rosario Robles, ex dirigente sindical universitaria, que además llegó a ser dirigente nacional del partido del sol azteca, partido con el que rompió de manera estruendosa como resultado de los escándalos protagonizados por el empresario argentino Carlos Ahumada, que un tiempo fue su pareja sentimental. Vueltas que da la vida política, hoy Rosario ocupa una de las carteras más importantes del gabinete presidencial del mexiquense Enrique Peña Nieto, ya es secretaria de Desarrollo Social.
LA ALTERNANCIA
Hay que recordar aquí que Cárdenas ya renunció al PRD, partido del que fue principal fundador. En el año 2000, coincidiendo con la alternancia en la presidencia, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador asumió la jefatura del Gobierno capitalino. Como resultado de su activismo, de una política social bien dirigida para obtener respaldo político de los grupos beneficiados, de una agresiva estrategia de comunicación, con el ingrediente de las conferencias de prensa “mañaneras”, que impuso por años la agenda informativa, que por cierto, se dice, fue una buena idea de un asesor extranjero.
CANDIDATURA PRESIDENCIAL
Siguiendo el ejemplo de Cárdenas, López Obrador utilizó la plataforma del Palacio del Ayuntamiento para buscar la candidatura presidencial por los partidos de izquierda. Su primera participación fue en el 2006, cuando compitió contra Felipe Calderón. Como se recordará, la diferencia de votos fue de medio punto porcentual. Las huestes del tabasqueño exigieron de manera destemplada la revisión “voto por voto”, “casilla por casilla” para corregir el resultado de un supuesto fraude. Para competir en la campaña del 2006, Obrador dejó como interino en el gobierno capitalino a Alejandro Encinas, que por cierto decidió, hace pocos días, presentar su renuncia al PRD.
CHAPULINISMO
El siguiente jefe de Gobierno fue Marcelo Ebrard, antiguo colaborador de Manuel Camacho Solís, tanto en el Colegio de México como en el gobierno de la República en tiempos de los ex presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas. Cuando Camacho rompió con el régimen, Ebrard lo siguió y juntos fundaron un llamado Partido del Centro Democrático. También tuvo una escala en el Partido Verde. Cuatro partidos y contando, porque ya es candidato a diputado por el Partido Movimiento Ciudadano.
NEGOCIACION EN LO OSCURITO
Camacho y Ebrard pusieron sus conocimientos, sobre los resortes del poder en el Distrito Federal, a disposición de la izquierda. Se lograron colar al primer círculo de López Obrador. El tabasqueño nombró a Marcelo Ebrard jefe de la policía capitalina y secretario de Desarrollo Social y lo apoyó para que asumiera la jefatura de gobierno en el año 2006. Ebrard, siguiendo el camino de sus antecesores, usó el cargo para perfilarse a la candidatura presidencial del PRD. No pudo obtenerla. Producto de una negociación con López Obrador, resolvieron que el tabasqueño repetiría como candidato presidencial, mientras que le dejaba las manos libres a Ebrard para nombrar a su sucesor al frente del gobierno capitalino.
DESBANDADA EN EL PRD
Ebrard, que apoyó de manera abierta la opción de Mario Delgado, su secretario de Educación, se decidió al final por Miguel Mancera, entonces procurador capitalino que compitió con una característica singular; no era militante del PRD, sino candidato ciudadano. Mancera ganó la elección del 2012 de manera apabullante. Poco tiempo después, en circunstancias que no se han esclarecido, Mancera rompió con Ebrard, que para no variar también se alejó del PRD, conformando así un fenómeno inusitado. Todos los gobernantes perredistas que ha tenido la ciudad están fuera del PRD. Todos: Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard, lo que explica, en parte, la profunda crisis que padece el sol azteca en su bastión principal, que es la ciudad de México.
Al conocer la carta de renuncia de Ebrard, Carlos Navarrete, dirigente nacional del PRD, cuestionó a Marcelo por no renunciar al partido antes, sino esperar hasta que no logró una candidatura plurinominal para la Cámara de Diputados. La salida de Ebrard, desde la perspectiva de Navarrete, es la crónica de una renuncia largamente anunciada. “Muchos anuncios, muchos amagos, pocas razones”.
RESCATAR AL PRD
¿Qué pasa hoy? Aunque de manera formal no es militante perredista, el actual jefe de Gobierno del DF, se hizo sentir en el partido al momento de la repartición de candidaturas, a través de una nueva tribu en ascenso, la denominada Vanguardia Progresista, cuyo líder es Héctor Serrano, quien, de manera por demás causal, es el secretario de Gobierno del Distrito Federal. La misión de Mancera y Serrano es evitar un colapso del PRD en la próxima elección, la de junio.
Es una acción en defensa propia. Está vinculada con el hecho de que el PRD siga siendo una opción viable en el 2018. Si pierde en junio, se descarrilará y en el 2018 no le quedará más remedio que sumarse a las aspiraciones de López Obrador, para su tercera candidatura por la izquierda. La mancuerna Mancera-Serrano está llamada a rescatar lo que queda del PRD. MORENA es y será el rival a vencer. López Obrador sabe que para intimidar a sus competidores tiene que mostrar músculo en la ciudad. Va por todo.
MÁS DE LO MISMO
Lo que se dirime ahora son las candidaturas a delegados políticos. Los nombres conocidos hasta la fecha demuestran la falta alarmante de cuadros nuevos, atractivos, frescos. Se trata simple y llanamente de una repartición de cuotas entre los mismos de siempre. El dato notable es que Vanguardia Progresista logró imponer candidatos: en Cuauhtémoc, José Luis Muñoz, y en Iztapalapa, Dione Anguiano. Se trata de las delegaciones claves para mantener el control de la ciudad. Ahí tendrán enfrente a la desprestigiada Clara Brugada y al demagogo Ricardo Monreal, dos de las cartas más fuertes de Obrador. Por parte del PRI no hay buenas noticias. Su proyecto de recuperar el DF tendrá que seguir esperando.
En la lista del tricolor, para las delegaciones, aparecieron la lideresa de los vendedores ambulantes, Alejandra Barrios, y Cristian Vargas, mejor conocido como el dipuhooligan, por sus violentas maneras de conducirse. Ni cómo ayudarlos.
Por parte del PAN se conoció hace unos días que la ex comisionada nacional para los pueblos indígenas, Xóchitl Gálvez, será la candidata en Miguel Hidalgo.
TRISTE PANORAMA
Ante este triste panorama vale la pena preguntar a los llamados candidatos de las izquierdas ¿De verdad representan a la izquierda? ¿Lucharán por las necesidades populares? ¿Trabajarán para reivindicar a la clase obrera? ¿Tendrán ideales y valores auténticos? ¿Actuarán a favor de las mayorías más necesitadas? O, como parece ser, la izquierda sólo será una buena etiqueta de apariencia.
El PRI, pretende ganar con representantes del comercio informal, ejemplo de corrupción y enriquecimiento ilícito. El PAN con una candidata aficionada al futbol y famosa por su vocabulario florido que, a falta de ideas, lo utiliza para llamar la atención de los ingenuos.
Ya veremos, mientras tanto en la arena electoral de la ciudad de México, se perfila una cerrada contienda de las llamadas izquierdas: Vanguardia Progresista por parte del PRD en contra de MORENA.