La responsabilidad sustantiva de un periódico es informar, con veracidad, objetividad y oportunidad. En La Crónica nos esmeramos por hacerlo todos los días de manera profesional, tanto en la versión impresa como en las opciones digitales que se han sumado a nuestro grupo. El objetivo es que ese trabajo obtenga la confianza de los lectores y de los anunciantes.
Hace seis años, en el tramo más cruento de la lucha del Estado mexicano contra el crimen organizado, se generó una verdadera avalancha de notas periodísticas espeluznantes, nuestro grupo editorial, siguiendo la directriz de Jorge Kahwagi Gastine, decidió dar un paso adelante. Se consideraron varias posibilidades con un denominador común: hacer notar a los ciudadanos y a los lectores que México era más, mucho más, que la nota roja. Que no podíamos quedar atrapados en la sensación de que la violencia criminal era una fatalidad ineludible, de que el país se dividía sólo en sicarios y víctimas.
Se planteó entonces la pregunta: ¿Cómo ayudar a ver lo mejor de nosotros mismos? No teníamos que inventar nada, sino proponer una manera diferente de mirarnos. Sin dejar de informar con rigor de los sucesos del momento, decidimos darle más importancia y un espacio en las primeras planas a los mexicanos que todos los días generan buenas noticias, como parte de nuestro compromiso ético, ejerciendo el periodismo con un agregado social, concreto, tangible.
Así como hay seres centrados en la destrucción, existen mexicanos comprometidos con la creación, la educación, la construcción. Son, para nuestra fortuna, muchos más. Están dedicados a la ciencia, la academia, la cultura, la investigación y la comunicación. Encarnan valores en los que creemos, como el amor a México, la familia; la dedicación al trabajo honrado como fuente de riqueza, a la generosidad como la mejor prueba del éxito. Fue así como surgió la idea de entregar los PREMIOS CRÓNICA a mexicanos que han hecho aportaciones extraordinarias al país. Reconocer y valorar a ‘los mejores’ que hoy, día a día, trabajan por el bien social, por el bien común, por el bien de todos.
Es un acto simbólico. Rinde homenaje a los mexicanos que muestran lo mejor de nosotros mismos. Es una fiesta del talento, la disciplina y la generosidad para transmitir con fuerza y nitidez el mensaje de que somos un gran país. Es una fórmula adecuada para hacer a un lado el desaliento y abrir paso a la esperanza de cambiar para bien.
Por otra parte, algunos miembros de la sociedad en la que vivimos, prefieren privilegiar el espectáculo fastuoso del corto plazo, antes que la humilde misión del sembrador de cultura. La necesidad de generar "pan y circo" hace que la labor de un profesor no sea equiparable a la de un futbolista, o la eficacia de un médico no sea comparable a la rentabilidad de un modelo, o la entrega de un investigador, en la sombra de un laboratorio, no se pueda igualar con las luces de gloria que iluminan a la farándula.
Por ello, decidimos exaltar la labor de la gente que se dedica a los demás, que con su vocación y talento son los que construyen la cultural de la época que vivimos, son adalides que marcarán el futuro.
Los acontecimientos que detonaron la aparición en el 2010 del PREMIO CRÓNICA se han reciclado y siguen siendo una amenaza tangible, por eso es más vigente que nunca reforzar los valores humanos y nacionales.
Pues bien, el próximo 14 de Octubre en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología e Historia, orgullo de la ciudad y del país, se llevará a cabo la Sexta Edición de la entrega de los PREMIOS CRÓNICA. Cumplimos así con nuestro compromiso de extender lo que nos gusta describir como una joven tradición humanista de entregar los PREMIOS CRÓNICA, por la sencilla razón de que ¡ CREEMOS EN MÉXICO ¡