Para Jorge Kahwagi Gastine, con nuestro reconocimiento
“Soy producto de la Educación Pública”, afirmó el maestro y brillante investigador científico mexicano Pablo Rudomin al recibir el Premio Crónica 2016 en la categoría de Ciencia y Tecnología. Estas palabras confirman que la educación superior en México está al nivel de las mejores del mundo, pero en especial la llamada educación pública, aquella que subvenciona el gobierno mexicano, a pesar de la estrechez presupuestal. ¡Querer es poder!
Los seleccionados por el Comité Editorial de Crónica para recibir el Premio Crónica 2016, coincidieron en reconocer a nuestro diario por su trabajo a favor de la divulgación de la cultura y la ciencia, lo que me hizo recordar cómo surgió la decisión de que Crónica se ocupara de difundir la información positiva que todos los días se genera en nuestras Universidades, laboratorios, centros de trabajo y estudio.
Hace algunos años, en una de las frecuentes conversaciones de análisis sobre nuestra realidad y al comentar la tendencia creciente en la mayoría de los medios de comunicación de privilegiar la información negativa o escandalosa, Jorge Kahwagi Gastine —quien además de haber sido un dirigente estudiantil en su paso por la Facultad de Derecho de la UNAM, se ha distinguido por su interés por la educación en México y es miembro del Patronato del Cinvestav y decano del patronato de Conalep—, propuso en su calidad de Presidente y Director General de este diario, ofrecer un espacio semanal a la Academia Mexicana de Ciencias para que sus integrantes, todos ellos de grandes méritos en la investigación y la enseñanza, tuvieran un foro público que permitiera a nuestros lectores contar con información valiosa y constructiva. Publicaciones que ininterrumpidamente por más de una década se han venido dando puntualmente. Asimismo, dispuso hacer crecer de manera paulatina las secciones de Cultura y Academia.
Esta decisión fue cuestionada por aquellos que piensan que el periodismo sólo debe ocuparse de las malas noticias, las escandalosas, las que “venden”; sin embargo, la instrucción fue firme y los resultados han sido muy satisfactorios, por lo que cada semana contamos con articulistas que con su comentario interesan a un número creciente de lectores, dándole a nuestro diario una diferencia positiva.
Posteriormente y ante la aceptación por estos temas, nuevamente por iniciativa de Jorge Kahwagi, se decidió facilitar el acceso a Crónica a maestros, investigadores, alumnos y ex alumnos de las escuelas de Educación Superior de la Ciudad de México, ofreciendo para ellos, con sólo solicitarlo, seis meses de suscripción gratuita a nuestro diario. Esta acción de distribución innovadora propició el nacimiento del Club de Suscriptores Universitarios, con un importante número de lectores que cada día se interesan más en nuestros temas de Academia y Cultura.
A este esfuerzo se agrega la participación de valiosos articulistas de prestigio académico y periodístico como René Avilés Fabila, escritor, periodista y maestro universitario, conocido por su obra y reconocido por su talento, lo que lo ha hecho merecedor de múltiples premios. De Raúl Trejo Delarbre, maestro universitario y reconocido Investigador en temas de ciencias sociales, comentarista político y comprometido con el derecho a la información. Rafael Cardona Sandoval, periodista que se formó en las redacciones y quien sostiene que “El principal enemigo del periodismo mexicano es la incultura”, agudo y talentoso analista del quehacer nacional, ganador en varias ocasiones del Premio Nacional de periodismo. Sumado al trabajo de un importante número de colaboradores que, cotidianamente, con su participación, dan vigencia de Crónica.
Crónica entonces, fue delineando su propia personalidad, un periódico comprometido con México, con las cosas positivas que suceden a diario, y con los hombres y mujeres que las hacen posibles, sin dejar de lado la reseña de la información cotidiana, que no siempre es tan gratificante. Con espacios de opinión inteligentes y de análisis crítico y plural abriendo sitio incluso para los representantes de las diversas fuerzas políticas del País, con la intención siempre de reconocer que nuestro México es mucho más grande y fuerte que nuestros problemas.
Con este nuevo rumbo Jorge Kahwagi insistía en que debíamos, como medio de comunicación, refirmar nuestra personalidad y buscar una mejor manera de reconocer a mexicanos de excelencia que, muchas veces por su modestia, pasan desapercibidos en el caudal informativo. “Porque creemos en los valores, porque creemos en México”, dijo.
Se pensó entonces en establecer el Premio Crónica en cuatro categorías: Ciencia y Tecnología, Academia y Cultura, Promoción de valores y Responsabilidad social y Comunicación Pública y es así como desde 2010 celebramos anualmente esta fiesta para destacar a hombres y mujeres que aportan sus capacidades y conocimientos en favor de México.
Los integrantes de la generación 2016 del Premio Crónica se unen a un selecto grupo de mexicanos que lo han ganado en años interiores. Mujeres y hombres de la ciencia, la academia, la empresa y la comunicación que comparten la característica de haber hecho aportaciones relevantes al país. Recuerdo algunos de los personajes que lo han recibido, no a todos como sería lo justo, pero el espacio disponible no permite extenderme.
José Narro Robles, Premio Crónica en Academia y Cultura 2011, actual secretario de Salud del gobierno federal. Accedió a este cargo poco después de concluir un doble periodo como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, posición que lo convirtió en una figura nacional respetada por todos. En un personaje vinculado de manera estrecha con el Premio Crónica, pues nos ha acompañado en cada una de las siete ediciones, una de ellas para recibirlo, las demás para entregarlo y siempre para dejar un mensaje iluminador que suele girar en torno a la tesis de que no debemos caer en el hoyo negro de que todo está mal en el país. Flagelarnos con que no tenemos remedio es indigno de todas las generaciones de mexicanos que nos antecedieron y que mostraron que el país es siempre más grande que sus problemas. José Narro es un político de altura que está en plena forma.
Jacobo Zabludovsky, Premio Crónica a la Comunicación Pública. Fue un hombre leyenda. El comunicador más conocido del país se convirtió en una leyenda viviente por ser pionero y figura principal de las noticias por televisión en México. Hombre culto, periodista de lujo, no permitió que su salida de Televisa terminara con su carrera. Al contrario, una vez fuera del consorcio, sin las ataduras que impone una corporación gigantesca, Jacobo pudo desplegar su talento. Cuando recibió el Premio Crónica era ya conductor de uno de los noticiarios radiofónicos más escuchados: De una a tres. Su discurso de aceptación es uno de los más recordados y al pensar en él sólo queda agradecerle su ejemplo de profesionalismo y calidad.
Lorenzo Servitje, Premio Crónica en la Promoción de Valores 2010, es uno de los empresarios más exitosos, respetados y reconocidos del país. Fundador de la empresa líder mundial en venta de pan, Bimbo, es también un hombre con muchas inquietudes sociales que expresa en el área pública defendiendo sus puntos de vista sobre la sociedad y la familia. Auténtico promotor de los valores sociales y la ética empresarial, su vitalidad y lucidez son envidiables. Es un empresario acaudalado con valores concretos. La conciencia del sector privado, interesado siempre en la vida pública, incluso en el quehacer político pero siempre poniendo por delante el interés de México.
Alfredo Harp Helú, Premio Crónica por la Responsabilidad Social. Un líder empresarial y exitoso hombre de negocios que se hizo un gran filántropo, cuya voz es escuchada por todos con respeto, sobre todo cuando trata los problemas agudos de su querido estado nativo de Oaxaca a cuya historia moderna está muy vinculado. La Fundación que lleva su nombre es ejemplo de eficacia en la ayuda a los más vulnerables. Llegó a ser uno de los principales socios de Banamex antes de su venta al Citigroup.
Miguel Alemán Velasco, Premio Crónica a la Responsabilidad Social. Es ante todo un caballero. Hijo del ex presidente Miguel Alemán Valdés, luchó para hacerse un nombre fuera de la pesada carga de ser hijo de un personaje de las dimensiones de su padre. Le costó trabajo, como lo ha revelado él mismo, pero lo consiguió con creces. Se ganó a pulso en lugar en el mundo de la comunicación, actividad en la que se convirtió en un experto nacional, y también tuvo una brillante carrera política, llegando a ser un recordado gobernador de su estado, Veracruz. Lo mejor de su aportación al país vendría después como empresario del mundo de la aviación y cabeza de la México Cumbre de Negocios, el espacio de deliberación de más alto nivel en Hispanoamérica, que año con año se realiza con gran éxito en el país. Es escritor, político y empresario.
Miguel León Portilla, Premio Crónica en Academia y la Cultura. Es uno de los historiadores más prestigiados y queridos del país .Especialista en las culturas prehispánicas, sus conocimientos lo han llevado a ser uno de los antropólogos e incluso filólogo más respetados del continente, es parte de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Es autor de libros clásicos como La visión de los vencidos y domina y protege el idioma Náhuatl. De manera por demás justa ha sido acreedor a muchos reconocimientos, entre ellos el Premio Crónica. Es creador de la casa de los escritores en lenguas indígenas, lo que ha posibilitado el rescate y preservación de lenguas, es sin duda uno de los mexicanos más ilustres.
Juan Villoro, Premio Crónica a la Cultura 2015. Causó revuelo a su llegada al auditorio Jaime Torres Bodet para recibir su Premio Crónica. No es para menos. Es un narrador y dramaturgo que ha tenido éxito comercial pero también de crítica. Es integrante de El Colegio Nacional y sus crónicas y artículos periodísticos hacen la delicia de sus cientos de miles de fans en México pero también a nivel internacional. Agudo crítico, observador ingenioso, conocer de la cultura popular de nuestros días, Villoro escribió un bello texto que leyó el día que fue premiado. Los lectores jóvenes lo siguen con lealtad, muchos de ellos le agradecen a Villoro haber sido su puerta de entrada a la literatura.
Porque creemos en México.