Con la entrega, el próximo martes primero de septiembre, del Tercer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto arranca de manera formal la segunda mitad del sexenio.
Todas las fuerzas políticas aprovecharon el receso de medio tiempo, que va de la elección de junio al primero de septiembre, para hacer ajustes que les permitan enfrentar, en mejores condiciones, los formidables desafíos que tocan a la puerta en materia económica, de seguridad, retos sociales y electorales, pues el año que entra habrá elecciones para gobernador en doce entidades federativas.
Con el inicio de la segunda mitad comienzan también los movimientos de cara al relevo presidencial del 2018. Aunque el partido en el gobierno será mayoría en el Congreso, es un espejismo suponer que tiene ganada la próxima elección presidencial. Nada de eso. Las condiciones volátiles en todos los frentes hacen casi imposible un vaticinio. Si el PRI quiere refrendar su triunfo tendrá que sudar la camiseta. Si en todos los partidos hay novedades el gobierno federal no se queda atrás. Enrique Peña, días antes de su Informe, decidió darle una fuerte sacudida al árbol de su gabinete. Se llevaron a cabo diez cambios, que son muchísimos, y que incluyen reacomodos de cara a la sucesión del 2018 con la incorporación de nuevas opciones en el menú de presidenciables.
Experiencia tricolor
El Partido Revolucionario Institucional asume la dimensión del reto y va con lo mejor que tiene para la segunda mitad del sexenio. Ya se ha comentado en los espacios de opinión con detalle la elección del sonorense Manlio Fabio Beltrones como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, que supone un premio a la militancia y a la eficacia. El coordinador en el Senado seguirá siendo Emilio Gamboa Patrón que está en las grandes ligas desde el sexenio de Miguel de la Madrid en la década de los años 80 y que tiene un liderazgo indiscutible entre los senadores de su partido. En la Cámara de Diputados los trabajos serán coordinados por el mexiquense César Camacho que tiene a su lado gente de colmillo retorcido como Enrique Jackson, Jorge Carlos Ramírez e Ivonne Ortega, entre otros diputados que conformarán una bancada por demás sólida, que tendrá una alianza con el Partido Verde.
Novedades en el blanquiazul
Ricardo Anaya, nuevo dirigente nacional del blanquiazul, sabe que para consolidar su liderazgo es necesario deshacerse de la cruz de que es alfil de Gustavo Madero. Tal parece que no quiere perder tiempo y en la designación de los coordinadores parlamentarios se nota que comienzan a soplar vientos de cambio en el partido, que sea para bien, que lo lleven a mejor puerto, está por verse, pero ya hay otra baraja. Ahí está, por ejemplo, la sorpresa de Marko
Cortés como coordinador en San Lázaro. Casi nadie lo vio venir, pues se llegó a pensar que era una posición escriturada para Madero, quien la usaría de trampolín para la grande. Del joven Marko se sabe que su incipiente carrera política ha tenido ciertos logros en Michoacán, aunque nada para presumir a casa. Las razones de su nombramiento no están claras. Mantener bajo control a la bancada de PAN no será sencillo, pues hay resabios de la tremenda ruptura que presenta el partido a nivel nacional.
Otro nombramiento que llamó mucho la atención fue el de Roberto Gil como coordinador de los senadores y presidente del Senado. La carrera del chiapaneco Gil Zuarth ha sido errática pero fulgurante. No se le conocen lealtades permanentes pues cambia sin sonrojarse de un equipo a otro dentro del PAN. Fue calderonista, inquilino incluso de la casa presidencial como secretario particular de Calderón. Después emprendió una aventura política fallida al lado de Josefina Vázquez Mota. En tiempos recientes parece que respalda las aspiraciones del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pero lo puede pensar mejor y cambiar de ventanilla.
Experimentos perredistas
Las tribus perredistas se pusieron de acuerdo en que no se pueden poner de acuerdo. De manera que buscaron fuera de casa lo que no pudieron encontrar al interior. Todos en bola fueron tocando varias puertas que no se abrieron, hasta que se les abrieron las puertas del cubículo del doctor Agustín Basave Benítez, un académico con muchos entorchados y con apariciones repetidas como analista en la prensa nacional. Basave adquirió cierta relevancia al lado del priista Luis Donaldo Colosio. Después de que rompió con el tricolor dio conversión a la izquierda. Su nombre salió a relucir en ocasión de la emboscada a Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana. Basave es la apuesta de las tribus, aunque todavía falta que desplace de su camino a Armando Ríos Piter, a quien le dicen el Jaguar, y que quiere el mismo puesto. Los Chuchos siguen siendo la tribu dominante y con seguridad alguno de ellos será el verdadero poder tras el trono. Podría ser Jesús Zambrano que arrancará el mes como presidente de la Cámara de Diputados, que es un puesto de relumbrón.
La apuesta de Morena
¿Ha escuchado usted el nombre de Norma Rocío Nahle García? Pues se trata de la coordinadora de la primera bancada de Morena en San Lázaro. Es una ingeniera química experta en cuestiones energéticas, y contraria a los recientes cambios constitucionales en la materia. Sus destrezas políticas son hasta el momento desconocidas, pero su responsabilidad será enorme ya que Morena tiene la misión de diferenciarse de todos, sobre todo de los otros partidos de izquierda. En el bastión de Morena, que es el Distrito Federal, César Cravioto Romero, periodista de formación, será el coordinador de la bancada. Cravioto es gente cercana a Martí Batres con quien trabajó en la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino.
Los diez cambios
Al presentar los cambios en su gabinete, el presidente Peña Nieto recordó que tiene el compromiso de transformar a México, moverlo positivamente. Frente a las nuevas circunstancias y desafíos del país resolvió hacer cambios en la alineación del gabinete presidencial. Pidió a los nuevos funcionarios que se desempeñen con honestidad, con absoluta entrega, eficientes, eficaces y transparentes en el ejercicio de su responsabilidad pública.
Para los observadores del quehacer político, los cambios tuvieron como efecto inmediato rediseñar el escenario de la sucesión presidencial del 2018 con la incorporación de dos nuevos aspirantes: Meade y Nuño. Para nadie es un secreto que el gobierno atraviesa por horas bajas, por lo que la demanda de cambios se extendía en diversos sectores sociales como una forma de inyectar vitalidad a un gobierno al que le urgen buenas noticias.
Entre los cambios sobresale en primer término la designación de José Antonio Meade como secretario de Desarrollo Social. Tiene dos carreras, es economista y abogado con estudios de posgrado en Yale, que no es poco. Pero no sólo tiene una formación académica envidiable sino que el sexenio pasado, el del panista Felipe Calderón, ya fue secretario de Energía y Hacienda y en éste ya fue canciller y ahora titular de la Sedesol. Es de entrada un precandidato natural.
Lo acompaña en la aspiración
Aurelio Nuño, hombre fuerte de Los Pinos por varios años y que ya es el secretario de Educación. Ambos tendrán reflectores de sobra para informar de sus logros y demostrar sus talentos.
Otra que puede ser mencionado, aunque sea por el necesario equilibrio de cuestión del género, es Claudia Ruiz Massieu -sobrina del ex presidente Carlos Salinas e hija de José Francisco Ruiz Massieu- quien ocupará la cartera de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Su lugar en Turismo fue para Enrique de la Madrid, hijo del ex presidente Miguel de la Madrid y un servidor público muy esmerado, eficiente y alejado de cualquier escándalo.
Un nombramiento que merece un comentario especial es el de Renato Sales Heredia, como nuevo Comisionado Nacional de Seguridad, un puesto clave y complejo en el que nadie suele hacer huesos viejos. Sales dejó la Coordinación Nacional Anti Secuestros, en la que venía realizando un trabajo encomiable para reducir el delito que más lastima a las familias mexicanas.
Jesús Reyes Baeza, nuevo director del ISSSTE y José Calzada, de Sagarpa, son nombres que se suman a la lista de ex gobernadores que han sido integrantes del gabinete de Peña, como Osorio, Murillo, Chuayffet, Enrique Martínez, Rosario Robles, Joaquín Coldwell.
