Regreso del Pri
Ante la cercanía de las elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados Federal, nueve gubernaturas y algunas Presidencias Municipales y diputaciones locales, en las entregas anteriores hemos comentado la participación del PRD y del PAN. Toca ahora el turno al Partido Revolucionario Institucional, que después de dos sexenios regresó con el triunfo electoral de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.
En la actualidad el PRI gobierna en 20 estados de la República: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Tlaxcala, Nayarit, San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Colima, México, Aguascalientes, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, y en alianza con PVEM y Panal el estado de Chiapas. Es la primera fuerza política en el Congreso de la Unión. Cuenta con 164 diputados electos y 49 plurinominales y con 41 senadores electos y 11 plurinominales.
SU FUNDACIÓN
A lo largo de su historia éste ha tenido tres nombres, Partido Nacional Revolucionario de 1929 hasta 1938. Partido de la Revolución Mexicana denominación que mantuvo hasta 1946 y Partido Revolucionario Institucional.
Su fundación como Partido Nacional Revolucionario se concretó el 4 de marzo de 1929, con el objetivo de mantener “una disciplina de sostén al orden legal” mediante la “unificación de los elementos revolucionarios del país”, según señalaban sus estatutos originales.
El principal impulsor fue Plutarco Elías Calles, presidente de México de 1924 a 1928. Fue creado para agrupar a diversos políticos nacionales, regionales y organizaciones políticas surgidas en el contexto de la Revolución Mexicana con tres sectores principales: el obrero, el campesino y el popular, había un cuarto, el militar; sin embargo, en la década de los 40, se eliminó. Se decía que era un partido de corrientes, de fuerzas políticas distintas pero afines, provenientes del movimiento de 1910. El primer abanderado a la Presidencia de México del PNR fue Pascual Ortiz Rubio, quien superó en las urnas a José Vasconcelos del Partido Nacional Anti reeleccionista. Dos han sido los presidentes del CEN priista y también presidentes de México: Emilio Portes Gil y Lázaro
Cárdenas del Río.
El PRI y sus antecesores gobernaron México de manera ininterrumpida durante 70 años, hasta el año 2000, cuando gobernó el Partido Acción Nacional hasta el año 2012, última elección presidencial, en la que el PRI logró recuperar la Presidencia de México con Enrique Peña Nieto, consiguiendo 19.226.784 votos, con el 38.21% de la votación, fue el candidato presidencial más votado en la historia del PRI y en la de todas las elecciones.
DISCIPLINA Y ESTRUCTURA
En la elección del primer domingo del próximo mes de junio, el Partido Revolucionario Institucional recurrirá a dos fortalezas tradicionales: la disciplina y la estructura territorial. Ante la caída de los niveles de aceptación del gobierno federal que se advierte en los sondeos de opinión, la opción de recurrir a la imagen del Ejecutivo y sus reformas estructurales como eje central del trabajo de proselitismo bajó un escalón. No desaparece, claro, y es seguro que escucharemos en los spots el tema de las reformas, pero la eventual victoria del tricolor dependerá de la fama pública de sus candidatos y los dos factores señalados.
La disciplina ha quedado demostrado, sin espacio para la duda, en la primera ronda de “destapes” de aspirantes a gobernador. El fruto virtuoso de la disciplina es la unidad, que suele hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso. A pesar de la efervescencia evidente en varias plazas, una vez que se conoció la decisión del Comité Ejecutivo Nacional, que preside el abogado mexiquense César Camacho, que por supuesto escuchó con atención la opinión del que suele llamarse primer priista del país, esto es el presidente de la República, el también mexiquense Enrique Peña, las aguas se calmaron. Los aspirantes rechazados apretaron los dientes e intentaron una sonrisa al tiempo que levantaban la mano al ungido. La disciplina tiene una virtud encomiable en el arrancadero de una campaña política: ahorra energía y permite al partido concentrarse en la competencia. Es claro que la disciplina es factible cuando nadie se siente completamente excluido de la repartición de premios. No toca la candidatura pero habrá otras puertas abiertas. No se pierde todo y esa es la clave.
SIN MUCHOS LOGROS
Con respecto a la estructura territorial puede decirse que es clave en la persistencia del PRI a lo largo de varias décadas. Incluso durante las horas bajas de los sexenios panistas, del año 2000 al 2012, cuando varios analistas auguraron el fin del partido, la estructura lo mantuvo en la jugada mientras sus dirigentes se destrozaban entre ellos, como en el caso de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, cuando intentaron el regreso a la senda del triunfo de su partido.
Hasta hace algunos meses, antes de la noche triste del 26 de septiembre, la lógica dictaba que la campaña giraría en torno al Presidente como líder de una generación que se atrevió al cambio y empujó un ambicioso paquete de reformas que nos pusieron al inicio de una etapa dorada de crecimiento económico. La realidad no encajó en este proyecto. A los hechos de Iguala y Cocula, cuyos detalles de horror se están conociendo en estos días, se debe añadir un hecho devastador: la caída de los precios internacionales del crudo del petróleo a niveles que ni los analistas más pesimistas se atrevieron a prever, lo que ha dado lugar a una crisis de expectativas en el ámbito económico y fue una cubetada de agua helada para la instrumentación de las reformas. Hay algunos resultados positivos pero son tan raquíticos que no sirven para presumirlos en las campañas.
CAMPAÑA RUDA
A cinco meses de la jornada electoral el PRI sigue apareciendo en los sondeos como favorito para ganar, pero su ventaja, se redujo y sus opositores, sobre todo el PAN, le pisan los talones en varias plazas. No hay que olvidar que la elección será un circo de cuatro pistas: las gubernaturas en juego, que son 9; la Cámara de Diputados Federal; la competencia por el Distrito Federal y las Presidencias Municipales y diputaciones locales. Ninguna se puede dar por ganada. Cada caso es distinto. Veamos: en Nuevo León el PRI seleccionó como candidata a Ivonne Álvarez, senadora con licencia, ex alcaldesa del municipio de Guadalupe, ex conductora de televisión, quien a pesar de su relativa juventud, 36 años, tiene experiencia y altos niveles de aceptación. Pero la campaña no ha empezado y será muy ruda.
FOCO ROJO
En Michoacán uno de los focos rojos de la próxima jornada electoral se siguió una lógica diferente. No se dio tanto peso a las encuestas sino que se pensó en un cuadro que pudiera con el paquete: con experiencia en la administración pública local, en la política nacional y con carácter rudo: el también senador Chon Orihuela que anda en esto desde los años 80 del siglo pasado. Para pavimentarle el camino el gobierno federal decidió terminar la comisión de Alfredo Castillo, sacarlo del estado, para permitir que los reflectores se concentren en Orihuela que puede ganar a pesar de que Fausto Vallejo y Reyna pusieron al partido contra las cuerdas. La elección en Michoacán está lejos de decidirse. Se habla de una repartición del voto en tres partes iguales. Sus contendientes serán la hermana de Felipe Calderón, también Senadora del PAN y seguramente el diputado perredista Jesús Aureoles.
DEFENDER LA PLAZA
La campaña hará la diferencia en San Luis Potosí, no se privilegiaron ni las encuestas ni el carácter, se optó por una solución local de un cuadro con prestigio en la entidad, el doctor Juan Manuel Carreras, quien tal vez no arrastre multitudes pero tampoco tiene negativos. En estos primeros tres casos el PRI es gobierno, de manera que saldrá a defender la plaza. Caso contrario en Baja California Sur donde su intención es recuperar una plaza que es del PAN y antes del PRD. Se eligió alguien con la energía para emprender un cuesta arriba: Ricardo Barroso que tiene una oportunidad real aunque el control del estado está en manos de otros partidos.
Cada uno de los candidatos que han sido destapados hizo encomio decidido de la disciplina y la unidad como valores superiores. Nadie ha hablado de las reformas ni de la prosperidad. Se espera que la semana que entra, conforme se conozcan nuevos nombres la tendencia será la misma: disciplina y unidad para contrarrestar a los partidos donde imperan las divisiones. El reto del PRI es mantener el apoyo mayoritario de la población a pesar de que se pospongan para tiempos mejores las expectativas.
DF, EL GRAN RETO
En el caso de la elección para diputados federales nadie duda que el PRI será la fracción más grande, con un detalle, la ayuda del Partido Verde que será esta vez más importante. Que el PRI gane no supone que tenga mayoría, de manera que la dinámica de las decisiones en San Lázaro no cambiará. La tercera pista es el Distrito Federal donde al PRI le urge aumentar su presencia. Pareció por un momento que lo podría conseguir, pero los escándalos de su anterior dirigente local y el peso de la antipatía de los capitalinos es evidente. No será sencillo convencer a los votantes chilangos de que crucen el emblema del PRI en la boleta. La elección del Distrito Federal sigue siendo un asunto de las fuerzas de izquierda: lo que queda del PRD y el surgimiento de Morena con sus mesías, dinosaurios y expertos en portafolios.