Elección ciudadana
El proceso electoral más grande en la historia del país avanza en todos los frentes, 3 mil 406 cargos en disputa: tres elecciones federales, Presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados. 30 elecciones en las entidades federativas, nueve gobernadores y 2 mil 768 cargos locales, diputados locales, ayuntamientos, juntas municipales, alcaldías y concejales.
La lista de electores asciende a 87 millones 895 mil 313 ciudadanos y las casillas que se instalarán serán 156 mil 099.
La participación ciudadana en la organización de la elección será la más numerosa de las celebradas hasta ahora, ya que más de un millón y medio de personas deberá ser seleccionado por sorteo, para participar como funcionario en las casillas donde se recibirán los votos. Este dato, por cierto, es poco mencionado en las discusiones postelectorales, pero, sin duda, es uno de los ingredientes que le dan a la elección certeza y transparencia ya que son los propios ciudadanos quienes cuidan de la elección y cuentan los votos, sin olvidar desde luego que en cada casilla podrá haber un representante de los partidos contendientes, que adicionalmente vigile que el proceso se desarrolle legalmente.
Habrá que recordar que el INE ha desarrollado un sistema claro de confianza, al contar con un padrón electoral actualizado y seguro, con funcionarios de casilla independientes, con una vigilancia ciudadana en todas sus etapas y con todos los elementos de equidad que permitan que el proceso de votación sea transparente y que los votantes tengan la seguridad de que su voto cuenta y se cuenta.
Por lo tanto, el proceso de votación no debe ser motivo de desconfianza a pesar de que la sociedad mexicana en su conjunto atraviesa por momentos de irritación e incluso de rechazo al sistema político.
La responsabilidad para recobrar la confianza recae también en los candidatos, los partidos políticos y en sus representantes, quienes deberán actuar con altura de miras, evitando las denostaciones y apoyando a uno de los pocos organismos en que la gente aún confía: el INE, como organizador y árbitro electoral.
Es deseable que se consolide la confianza en las instituciones y en los organismos que permiten que nuestro sistema democrático avance, tomando en cuenta que, según los últimos estudios de opinión pública señalan, que de cada 10 mexicanos, sólo cuatro se interesan mucho o algo en la política. Que el 52% entre los 18 a 29 años, no se identifica con ningún partido político y que sólo el 48 % está de acuerdo en que la democracia es preferible a cualquier otra forma de Gobierno. La responsabilidad de mejorar la percepción es de todos y la elección del 2018 es una gran oportunidad para lograrlo.
Por lo pronto las precampañas arrancaron de manera formal y cada partido lo hizo a su manera.
Candidato ciudadano
El primer acto de precampaña del candidato del PRI, Verde y Nueva Alianza se realizó en uno de sus bastiones históricos, San Juan Chamula, en Chiapas. José Antonio Meade arrancó con el acelerador a fondo. Los actos han sido nutridos, confirmando que el tricolor tiene una eficaz maquinaria de movilización. Por cierto, la coalición que lo respalda, conformada por el PRI, Partido Verde y Nueva Alianza terminó llamándose Meade Ciudadano por México.
Asistió al registro formal de la candidatura de Mikel Arriola en la Ciudad de México, confirmando que la elección capitalina es considerada clave en las aspiraciones del tricolor y sus aliados por conservar el poder federal. Todavía es temprano para saber si la candidatura de Arriola puede crecer hasta ser competitiva. Lo primero es darse a conocer entre la ciudadanía, lo que implica un gran operativo comunicacional, pero la verdad es que la lucha fratricida entre Morena y PRD, le abre una rendija de oportunidad. Se registraron críticas a la dirigencia tricolor por no haber podido concretar una alianza con el Partido Encuentro Social, que terminó formado en la ventanilla de Morena.
En este corto tiempo, Meade ha demostrado su conocimiento amplio de los problemas que más interesan a la ciudadanía; sin embargo, los expertos señalan que le falta trasmitir emociones y que sin duda su sencillez será uno de sus más visibles atributos.
Anaya, solo
La coalición Por México al Frente, conformada por PAN, PRD y MC arrancó en Querétaro, con Ricardo Anaya, curiosamente, en una serie de eventos de bajo impacto con poco público y poco impacto en la prensa. Se trata al parecer de una estrategia para privilegiar actos pequeños, con mayor control; algunos observadores trajeron a la palestra aquel acto malogrado de Josefina Vázquez Mota en el Estadio Azul semivacío en la campaña 2012, que marcó para mal aquella contienda. No se descarta la posibilidad de que sea una estrategia, pero ya comenzaron a salir voces de que Anaya es víctima de un vacío dentro de sus propias filas y también entre los contingentes de los partidos que supuestamente lo apoyan. Anaya ha sido cuidadoso de no mencionar aún los temas de confrontación con sus aliados y se piensa que ellos participarán hasta que sea declarado el candidato oficial de la coalición, mientras tanto sus actividades son a medio gas y con precaución. Al inicio declaró: “Vamos a hacer una campaña austera no son tiempos de despilfarro, no está el país para que se gasten cantidades millonarias en campañas, haremos una campaña sencilla, quiero hacer una campaña que más que hablar quiero escuchar”. Como se trata de una precampaña todavía no es tiempo de gastarse las municiones, pues de todas formas su candidatura está amarrada. Sólo que sea por eso.
Morena, polémica
En las filas de Morena la polémica sigue los pasos de Andrés Manuel López Obrador. Su decisión de atraer a su coalición al Partido Encuentro Social, con una ideología muy conservadora, afín a los grupos cristianos que lo conforman, sigue generando malestar entre simpatizantes. Dos figuras conocidas, como lo son la escritora Elena Poniatovska y la actriz Jesusa Rodríguez, que tienen influencia al interior del partido, ya hicieron manifiesta su inconformidad.
Su primer acto formal de precampaña fue presentar a los integrantes de lo que será el gabinete presidencial en caso de ganar la elección de julio del año que entra. Lo hizo en las dos oportunidades previas en las que quiso ser presidente.
Se trata de un grupo interesante, con algunas gentes valiosas y destacadas; sin embargo, otras también con poca o nula experiencia en los cargos que piensan ocupar, como la exmagistrada Olga Sánchez Cordero, propuesta para ser secretaria de Gobernación.
En la Ciudad de México, López Obrador encabezó eventos en las delegaciones Tlalpan y Coyoacán. En esta última se registró un zipizape en pleno centro de la demarcación entre simpatizantes de Morena y del PRD. Se dieron con todo, provocando varios heridos leves. La gente de Morena quería hacer un mitin en una plaza que ya estaba ocupado para otra actividad cultural promovida por el delegado perredista. El resultado es que los dos contingentes se encontraron y se golpearon. Varios reporteros resultaron lesionados. Se muestra así la tensión que existe entre esos dos partidos, hoy separados, pero que hasta hace poco eran uno solo. Es una lucha permanente y el episodio de violencia puede repetirse en cualquier otro lugar.
Seguramente habrá una pausa navideña y pronto empezaremos a conocer a los candidatos para los otros cargos de representación en disputa. Los nombres de asesores de campañas políticas empiezan a filtrarse, aparecen los expertos en guerra sucia, las encuestadoras preparan sus estrategias y todos estaremos listos para presenciar la elección más numerosa de nuestra historia. ¡Que sea para bien!