Un general en la prepa 5
¡Oye, entró a la prepa un general, un tal Clark Flores! Ese fue el aviso que un compañero me transmitió un día del mes de mayo de 1961. Estábamos en los pasillos de la preparatoria 5, la de Coapa. Ante el misterio de que un general del ejército anduviera en nuestra escuela, situación no solo extraña, sino poco común, presuroso reuní de inmediato a los principales miembros de la Sociedad de Alumnos que yo presidía para enfrentar al visitante y averiguar el porqué de la intromisión en nuestra escuela.
El personaje se encontraba en los campos deportivos. Allá nos dirigimos a paso veloz. Nos topamos con un hombre erguido, calvo y robusto. De inmediato lo abordamos. Con una amplia sonrisa el general respondió: “No se alarmen, vengo solo, sin acompañantes, porque deseaba conocer las instalaciones deportivas de su escuela, ¿me las pueden mostrar?”.
Un poco asombrados aceptamos. Le preguntamos cuál era su interés y, en un tono amable, nos explicó con lujo de detalles que él era el Presidente del Comité Olímpico Mexicano y de la Confederación Deportiva Mexicana y que nuestro país buscaría obtener la sede para la celebración de los Juegos Olímpicos de 1968 y que los deportistas que podían representar a México estaban en la Universidad. Conforme avanzaba la conversación creció el número de escuchas que poco a poco se iban interesando en la plática de aquel personaje que con gran emoción hablaba de la importancia que para el desarrollo del deporte mexicano significaba que México celebrara unos juegos Olímpicos.
UNIVERSITARIOS EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Finalmente nuestro encuentro fue una grata experiencia. Decidimos reunir a los principales dirigentes de otras escuelas universitarias con este hombre singular, que nos había convencido de que los universitarios debíamos participar de manera activa en la organización de un evento de relevancia mundial. Era una oportunidad para que los deportistas universitarios se prepararan para ser parte de una justa deportiva del más alto nivel.
La reunión con más de 30 dirigentes estudiantiles se celebró con éxito. El general José de Jesús Clark Flores invitó a diez de nosotros a trabajar en la organización deportiva. De esta manera ingresé a la Confederación Deportiva Mexicana y al Comité Olímpico. Posteriormente fui parte de la organización de los Juegos Olímpicos. Esta actividad me permitió conocer la estructura deportiva, sus problemas de desarrollo y, desde luego, a todos los personajes, tanto directivos como atletas de la época. Vivir de cerca la llamada política del deporte fue una experiencia trascendente, por ello si el lector me lo permite hoy quisiera comentar a propósito de las diferencias que se han presentado entre la Conade y las Federaciones deportivas.
PARTE DE LA HISTORIA
Desde la década de los años veinte del siglo pasado se realizaron intentos para establecer una forma de organización que permitiera a los deportistas mexicanos participar en eventos internacionales y proporcionar a los niños programas de educación física e iniciación deportiva.
Durante la Presidencia del general Abelardo L. Rodríguez se crea el Consejo Nacional de Cultura Física y Deportes presidido por el Ing. Juan de Dios Bojórquez, con el objeto de armonizar los esfuerzos de instituciones gubernamentales y privadas en un programa de desarrollo integral a nivel Nacional. Nace, el 22 de Julio de 1933, la Confederación Deportiva Mexicana, que agrupa a las asociaciones deportivas particulares.
Como se sabe, los equipos o grupos deportivos se integran en clubes y ligas. A su vez éstas se congregan en Asociaciones estatales y todas en Federaciones Nacionales, que en su mayoría se afilian a las Internacionales, que establecen las reglas de las diferentes especialidades deportivas. Son éstas quienes organizan los campeonatos nacionales e internacionales. Gran relevancia tienen las del deporte profesional como el futbol, el boxeo y el béisbol, entre otros. Para el caso de México están organizadas de manera independiente.
LA ORGANIZACIÓN
La Confederación Deportiva desde sus inicios estableció la obligación para sus afiliados de registrarse como asociación civil. En un inicio sobrevivían con cuotas de los clubes o ligas y para la celebración de eventos de carácter nacional o internacional, solicitaban apoyo del gobierno federal, circunstancia que con los años se trató de modificar. Se creó un Fideicomiso del Deporte. Se buscaron marcas para patrocinios y otras alternativas de obtención de recursos. Hasta la fecha nada de esto ha sido una solución definitiva.
Por su parte, el gobierno federal ha intentado establecer programas de Educación Física en el sector escolar. Esta asignatura ha padecido muchísimas dificultades: pocos maestros, falta de instalaciones, programas ineficientes, falta de preparación de los profesores y en alguna época un desconocimiento total de los reglamentos y principios básicos de los deportes.
En su intento por ordenar y armonizar todas las acciones encaminadas a fomentar el hábito deportivo, durante el sexenio de Luis Echeverría se emitió el decreto que dio origen a una nueva dependencia, el Instituto Nacional del Deporte, llamado posteriormente Comisión Nacional del Deporte, cuya misión era establecer un plan nacional de iniciación, promoción y desarrollo del deporte y la educación física en el país.
Un esfuerzo adicional fue la creación de la Ley de Estímulo y Fomento al Deporte, durante el sexenio del presidente Carlos Salinas, como el instrumento normativo a nivel nacional para todos los organismos, incluyendo los particulares. Este intento posteriormente fue modificado y se convirtió en letra muerta.
LOS DIRIGENTES DEPORTIVOS
Muchos han sido los dirigentes del deporte en México. Militares, profesores, deportistas destacados, entrenadores sobresalientes, empresarios exitosos y, desde luego, políticos. La historia registra permanentes diferencias entre directivos, algunas insalvables y otras superadas. Quienes han ocupado la Presidencia del Comité Olímpico Mexicano, no se han librado de esta constante. Este organismo, habría que decir, fue impulsado y adquirió preponderancia durante la gestión del general Clark Flores que fue el promotor más eficiente para que México ganara la sede de los Juegos Olímpicos.
Sus diferencias fueron especialmente con los directores de Educación Física dependientes de la SEP, quienes desfilaban en su encargo con indiferencia a los programas de desarrollo deportivo y de la formación de entrenadores nacionales. En esta época todavía se recuerda la construcción del Centro Deportivo Olímpico, a semejanza del que existía en Roma, para la preparación de atletas de alto nivel y la contratación que hiciera de importantes entrenadores extranjeros, entre los que destaca Jersy Hausleber considerado el padre de la caminata en México. Propuso con éxito la creación de la lotería deportiva, que con sus ganancias patrocinara las actividades deportivas del sector llamado amateur, así nació Pronósticos Deportivos, pero por decisión de la alta burocracia gubernamental los recursos se destinaron a otro fin.
LAS PUGNAS
La pugna entre Guillermo López Portillo, director del Inde y el Comité Olímpico presidido por Mario Vázquez Raña, quien fue el primer director del nuevo organismo, también es recordada por la impulsiva personalidad del primo del Presidente de la República, que deseaba controlar las representaciones deportivas olímpicas y cuestionaba las funciones de preparación que el organismo olímpico establecía. Quizá una de las críticas más severa que recibió Vázquez Raña fue su larga permanencia al frente del COM y cierto estancamiento deportivo.
El nombramiento del doble campeón olímpico Raúl González, en el sexenio de Carlos Salinas, como presidente de la Confederación Deportiva Mexicana y la Comisión Nacional del Deporte, que absorbió las funciones también del Instituto Nacional de la Juventud Mexicana, imprimió una nueva dinámica en el desarrollo del deporte mexicano. Se abrieron nuevas instalaciones para los deportistas de nivel internacional. Se creó la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte. Fue aprobada la Ley General de Estímulo y Fomento del Deporte y el Sistema Nacional de Registro de deportistas, entre otras innovaciones.
LA COMISIÓN
Sin embargo, los medianos resultados obtenidos por la delegación mexicana en las competencias olímpicas de Barcelona, propiciaron una nueva disputa entre dirigentes del COM y la Conade, a tal grado que el Presidente de República integró una Comisión de Evaluación de los resultados presidida por el Dr. Guillermo Soberón, ex rector de la UNAM, quien presentó un dictamen en el que se evidenciaba duplicidad de funciones entre ambos organismos y múltiples deficiencias en la integración de los equipos representativos de México.
Conforme los años han pasado, los dirigentes de la Comisión Nacional del Deporte han cambiado sexenalmente, cada uno de ellos con su propio programa e idea personal del deporte. Los dirigentes de la Confederación Deportiva Mexicana, también. Una constante se ha presentado en el nivel directivo y son las luchas intestinas por adjudicarse el mérito de los pocos campeones olímpicos mexicanos, logro que tradicionalmente le ha correspondido al Comité Olímpico Mexicano. El deporte llamado federado; es decir las federaciones deportivas y el propio Comité Olímpico se han significado por una inamovible permanencia de sus dirigentes en sus cargos y una irresponsable disponibilidad de recursos económicos del erario nacional.
ORDEN Y ESFUERZO
Los esfuerzos del gobierno federal han sido constantes, pero en direcciones diferentes cada sexenio, lo que resulta contraproducente. Los dirigentes de algunas de las Federaciones Nacionales se han resistido al cambio y a la modernización administrativa, atenidos a los recursos económicos del gobierno federal.
¿Qué se necesita para destacar? México requiere de un auténtico programa de educación física y deporte escolar, lo que supone dignificar el trabajo del maestro de educación física. Los obreros y campesinos reclaman espacios y posibilidades de la práctica deportiva; los deportistas organizados apoyos y buenos entrenadores; y los de alto nivel atención adecuada para representar al deporte mexicano en justas internacionales.
Recuerdo ahora las palabras de Clark Flores, “para que México tenga campeones del mundo estos deben prepararse desde la concepción. El deporte es el mejor antídoto para el vicio y las drogas y forma parte de la salud pública”. Quizá el peor enemigo del deporte mexicano sean sus propios dirigentes y la falta de visión a largo plazo.