LOS CAMBIOS
La PGR fue parte del primer cambio registrado en el gabinete del presidente Peña Nieto, a poco más de dos años de su toma de posesión. Fue una carambola. El ex titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez, apareció en la lista de diputados plurinominales del PRI. En su lugar el presidente envió a Jesús Murillo y para sustituir a Murillo en la PGR propuso a la senadora Arely Gómez. La subprocuradora Mariana Benítez también será legisladora en San Lázaro, como una escala, se dice, para ser candidata del PRI al gobierno de Oaxaca. No sólo habrá cambio de titular. La atribulada vida de la PGR está cerca de llegar a su fin. La búsqueda de la confianza perdida requiere cambios más profundos. Será sustituida pronto por la Fiscalía General de la República, cuya creación ya fue aprobada por los legisladores, en un afán de crear un órgano más autónomo que garantice independencia y objetividad, en las investigaciones que le toque asumir.
YA ME CANSÉ
La salida de Jesús Murillo, un experimentado político que ya fue gobernador del estado de Hidalgo, no sorprendió. El caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa la noche triste del 26 de septiembre, lo sometió a un desgaste severísimo. El ex procurador se convirtió en blanco de partidos políticos opositores y también de los medios de comunicación. Murillo construyó la versión oficial de los hechos: los 43 normalistas fueron asesinados por sicarios al servicio de la banda Guerreros Unidos, que controlaba la plaza de Iguala. No sólo fueron ultimados. Sus cuerpos, reducidos a cenizas, fueron lanzados en bolsas a un río, de manera que no hay forma de localizarlos. Una desafortunada frase que dijo en el curso de una conferencia de prensa “ya me cansé”, se puede considerar el tema dominante de las redes sociales desde el “no fue penal”, del Mundial de Brasil.
LA TRANSFORMACIÓN
Arely Gómez, senadora con licencia, es abogada egresada de la Universidad Anáhuac, con una carrera larga, de más de tres décadas, en el ámbito de procuración e impartición de justicia, mucho más afín, hay que decirlo, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que a la Procuraduría General. No se conocen señalamientos que pongan en duda su honestidad ni su capacidad. Llegó a ser oficial mayor de la SCJN. En el año 2007 fue nombrada titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la PGR, cargo que ocupó hasta el año 2010. Tendrá en sus manos la delicada tarea de transformar la PGR en Fiscalía General. Su propuesta generó una controversia momentánea, por el hecho de que su hermano, Leopoldo, es vicepresidente de Noticias del consorcio Televisa, por lo que se habló de un conflicto de interés, hasta el exceso de afirmar que Televisa se hacía del control de la PGR.
Es curioso, y vale la pena destacarlo, pero la controversia no se reflejó en el Senado de la República, encargado de ratificar la propuesta, donde Arely recibió amplio respaldo. Dijo al respecto que las carreras de ella y de su hermano no tienen vinculación ninguna. Afirmó que lejos de carpetazo, el caso Ayotzinapa sigue abierto. Se agotarán todas las líneas de investigación relacionadas con los sucesos.
EL RETO
¿Qué puede hacer la PGR para recuperar la confianza? Es complicado pero se puede. Lo primero es instrumentar una gestión transparente y con rendición de cuentas, asegurar el respeto integral, pleno, a los derechos humanos, reorganizar su andamiaje e instrumentar, sin tortuguismo, la reforma penal. Y es que la gente recurre a la autoridad, en este caso al Ministerio Público, en búsqueda de justicia. Pretende protección. Muchas veces recibe desdén y abusos. Lo que abre una ancha avenida para la impunidad, que es dominante en el sistema mexicano de procuración de justicia.
De hecho el acceso a la justicia se puede considerar el principal derecho humano. La confianza de los ciudadanos se conseguirá acercando las instituciones a las personas y cumpliendo las exigencias legales. La procuración de justicia requiere de agentes del ministerio público, de policías de investigación y personal pericial de excelencia, que tenga a la mano programas permanentes de capacitación y perfeccionamiento de la técnicas. Su objetivo es contar con una institución confiable, cercana.
Habrá que recordar que la figura del Ministerio Público surge como instrumento para la persecución del delito ante los tribunales, en calidad de agente del interés social. De ahí que se le denomine “representante social”, considerándosele como una magistratura independiente. Su misión implícita es la de velar por el estricto cumplimiento de la Ley, para ello la Constitución de 1917 da vida a la Procuraduría General de la República, que durante la historia ha sufrido modificaciones en sus funciones de acuerdo con el devenir histórico, hasta convertirse en la compleja organización actual, que adolece de un sinnúmero de defectos y vicios, quizá el más importante es olvidarse que el ministerio público debe ser un leal defensor de los intereses de la sociedad.
PERSONAJES
Durante muchos años los titulares de la PGR fueron personajes que actuaban en la sombra, lejos de la exposición mediática. Rara vez daban declaraciones y era extraño verlos en primera plana. Todo fue cambiando de manera paulatina y los encargados de procurar justicia adquirieron un protagonismo político irreversible, que alcanzó niveles de escándalo en ciertos periodos. De los nombres conocidos del antiguo régimen destacan Pedro Ojeda
Paullada, que fue procurador en parte del sexenio de Luis Echeverría. También fue secretario del Trabajo e incluso presidente nacional del PRI. Su último cargo de alto nivel fue como secretario de Pesca. Durante el sexenio de López Portillo el procurador fue Oscar Flores Sánchez, que había sido gobernador de Chihuahua, conocido por su mano dura, misma que llevó a la Procuraduría, donde tejió fama de recurrir a prácticas ilegales para desaparecer adversarios del régimen o simples delincuentes acaudalados.
ABOGADOS UNIVERSITARIOS
Con Miguel de la Madrid, comenzó la etapa de Procuradores universitarios vinculados al Instituto de Investigaciones Jurídicas. El primero fue Sergio García
Ramírez, quien había ocupado diversos cargos en la administración pública y llegó incluso a ser presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos e integrante del Consejo General del IFE. En 1988 se le mencionó con insistencia como posible candidato presidencial del PRI, aunque, como se sabe, la nominación recayó en Carlos Salinas de Gortari, en cuyo sexenio pasaron por la PGR cinco abogados: Enrique Álvarez del Castillo, Ignacio Morales Lechuga, Jorge Carpizo, Diego Valadez y Humberto Benítez Treviño.
No hay que olvidar que en ese sexenio se sucedieron el levantamiento zapatista y los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, cuyas indagatorias generaron un mayúsculo escándalo político y que desmoronaron la confianza en el órgano de procuración de Justicia. No hay que olvidar también, que Jorge Carpizo fue, además, secretario de Gobernación, el primer Ombudsman y presidente del Consejo del IFE.
EL DESPRESTIGIO
Consciente del déficit de credibilidad de la PGR, al tomar posesión como presidente, luego de haber sido candidato sustituto del PRI, Ernesto Zedillo nombró como procurador a un destacado abogado panista, cercano al grupo de Diego Fernández de Ceballos, Antonio Lozano Gracia quien tenía sobre su escritorio los casos más fuertes de los últimos tiempos. Uno de sus fiscales, Pablo Chapa, pervirtió las investigaciones a grados inimaginables, incluso con la utilización de espiritistas y cadáveres sembrados. El experimento de Lozano fracasó. El prestigio de la PGR se sumió entonces a un pantano del que no pudo salir.
A Lozano lo sustituyó Jorge Madrazo, del grupo de Jorge Carpizo, y que también fue presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Madrazo no corrió con mejor suerte. Terminando su mandato puso tierra de por medio. Lo último que se supo de él es que era locutor en una radio hispana de Seattle, en el estado norteamericano de Washington, a donde había llegado en calidad de cónsul. Como procurador, dijo en una entrevista, “nunca sabía quién estaba a punto de traicionarme”. La presión lo dobló y dijo adiós a las armas, para ser un hippie trasnochado.
LOS MILITARES
Con la transición que llevó al PAN a la presidencia, Vicente Fox entregó la PGR al Ejército, como una garantía de estabilidad, en la persona del General Rafael Macedo de la Concha, a quien se involucró en el intento de desafuero de López Obrador. Como procurador militar, encabezó el proceso penal contra el general Jesús Gutiérrez Rebollo, responsable de la persecución de narcotraficantes, quien fue acusado de proteger las operaciones del cártel de Juárez y tener vínculos con Amado Carrillo Fuentes. El otro procurador del sexenio de Fox fue Daniel Francisco Cabeza de Vaca, un notario de Guanajuato.
PRIMERA MUJER
En el sexenio de Felipe Calderón volvió la inestabilidad. Tuvo tres procuradores: Eduardo Medina Mora, que hoy, a propuesta del presidente Enrique Peña, busca ser integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; Arturo Chávez Chávez y Marisela Morales. La PGR se desmanteló casi por completo y perdió capacidad operativa y de inteligencia. A Medina le tocó el Michoacanazo, a Chávez el asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas y Marisela Morales, fue la primera mujer en ocupar el cargo de procuradora, de quien se recuerda su cercanía con la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton. Arely Gómez será, en consecuencia, la segunda procuradora y enfrentará nuevos retos y desafíos y quizá el más importante: recuperar la confianza de los mexicanos en la instituciones de procuración de justicia... suerte por México.