Pobreza y desigualdad
La pobreza y la desigualdad social generan inestabilidad. Son campo fértil para la ingobernabilidad. Constituyen un pesado fardo para las aspiraciones de desarrollo y modernidad del país. México tiene una larga historia de políticas y programas gubernamentales de atención a zonas pobres, entre las cuales destacan las zonas indígenas, los cuales comienza a finales de la década de los sesenta y llega hasta los días actuales.
México ha sido durante las últimas décadas un laboratorio de experimentación de los programas de ajuste estructural impuestos por los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tanto en materia económica, como social. Sin embargo, la historia ha demostrado que el resultado ha sido desastroso. Esto ha traído como consecuencia que los niveles de pobreza en México se encuentren en niveles superiores a los de los años ochenta.
Los programas
Se han elaborado programas y acciones para amainar los factores de la pobreza y desigualdad, unos con éxito parcial y otros como intento demagógico entre ellos destacan:
PIDER.-Programa de Inversiones para el Desarrollo Rural, estuvo en operaciones de 1973 hasta 1983. El objetivo era lograr un desarrollo rural integral que permitiera el aprovechamiento racional de recursos naturales y el arraigo de la población en sus lugares de origen. Dependía de la Presidencia de la República y contó con apoyo de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
COPLAMAR.-Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados, a partir de 1977 contempla el reconocimiento de grupos considerados como marginados, campesinos, pero también a trabajadores, indígenas y personas en situación de indigencia que durante años fueron excluidos del Estado benefactor. Su objetivo fue “articular acciones que permitieran que las zonas rurales marginadas contaran con elementos materiales y de organización suficiente para lograr una participación más equitativa de la riqueza nacional”.
SAM.- Sistema Alimentario Mexicano, se originó en 1980 como una estrategia para lograr la autosuficiencia en granos básicos y alcanzar mínimos nutricionales para la población más necesitada, aunque se diferenció por ser un programa enfocado al ámbito productivo. Las características principales de este programa eran el incremento de créditos, semillas mejoradas, fertilizantes, equipo y maquinaria, asistencia técnica y mayor cobertura en el combate de plagas y enfermedades.
PRONASOL.- Programa Nacional de Solidaridad. En 1988 se puso en marcha, su objetivo era el abatimiento de la pobreza de las zonas indígenas y rurales y de la población de las zonas áridas y urbanas, a través de acciones en alimentación, salud, educación, vivienda, proyectos productivos y empleo.
PROGRESA.-Programa de Educación, Salud y Alimentación, se estableció en 1999 para la población que se encontraba en condiciones de pobreza extrema, principalmente en zonas rurales. Se seleccionaron familias en localidades marginadas y se intentó identificar a los hogares pobres dentro de esas localidades.
OPORTUNIDADES.- Se establece en el 2000, amplía la cobertura geográfica se extiende hacia localidades semiurbanas y urbanas, los apoyos educativos se dirigen a jóvenes para que concluyan la educación media superior, así como apoyo en la transición a la etapa productiva.
PROSPERA.- Instrumentado en la presente administración. Pretende articular y coordinar programas y acciones de política social, incluyendo aquellas relacionadas con el fomento productivo, generación de ingresos, bienestar económico, inclusión financiera y laboral, educación, alimentación y salud, dirigida a la población que se encuentre en situación de pobreza extrema.
La actualidad
Hay tres estados, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, que se distinguen por ser los más pobres del país. Su precariedad, que ha pasado de generación en generación, por siglos, es una afrenta para una de las principales economías del mundo, como es la mexicana. En algunas zonas del país, esta economía, tiene un nivel de vida equiparable al de los países más desarrollados del planeta, como ciertas delegaciones del Distrito Federal y municipios conurbados de Monterrey. En otras zonas se compite con las regiones más pobres de África.
El presidente Peña Nieto reconoció que hoy existen dos Méxicos: el que agrupa a los estados de la frontera norte y del Bajío, cuyo Producto Interno Bruto per cápita creció 40 por ciento en los últimos 20 años y el sur, representado por Guerrero, Oaxaca y Chiapas, prácticamente con crecimiento cero. Los estados mencionados tienen características que los diferencian, pero también denominadores comunes que los igualan. Entre éstos se encuentran altos porcentajes de población indígena, muchas veces monolingües, rural, comunidades pequeñas dispersas y de difícil acceso, elevado analfabetismo, falta de servicios básicos como agua potable, pisos de cemento, iluminación. Sus comunidades operan en el nivel de subsistencia. Producen lo que comen y a veces ni eso. Hay hambre en muchos municipios de los estados que mencionamos. Problemas concretos para que la gente coma tres veces al día. Es claro que la raíz del problema llega hasta la Conquista y el repliegue de comunidades indígenas a sitios montañosos como protección.
Guerrilleros y narcos
También comparten, como consecuencia casi natural, la presencia de grupos armados, ya sea guerrilleros como el Ejército Popular Revolucionario o el Ejército Zapatista de Liberación Nacional varias bandas del crimen organizado. Son entidades fértiles para la aparición de movimientos basados en la extorsión política como es el caso de las secciones de la Coordinadora Nacional de Maestros que son dominantes en esos estados. El diagnóstico de la situación imperante y el catálogo de problemas llevó al gobierno a diseñar e instrumentar, por cierto en el marco de las acciones para fortalecer el Estado de Derecho en el país, lo que es significativo, un Programa Especial de Desarrollo para el sur del país, ya que ahí están las entidades peor calificados en cuanto a Indice de Desarrollo Urbano. La tesis es la siguiente: la paz se construye con desarrollo. La mayoría de los conflictos sociales y políticos más graves del país, tiene su origen, precisamente, en la falta de desarrollo de los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
Guerrero
La situación imperante en Guerrero es la más complicada en años, lo que es mucho decir para una entidad acostumbrada a los conflictos. La pobreza y la desigualdad son el telón de fondo de un drama cotidiano que tuvo su momento álgido, pero no único, la noche triste del 26 de septiembre. La fragilidad institucional permitió que los señores del mal, los bandas del crimen organizado dedicadas al tráfico de amapola, cocaína y marihuana, así como metales preciosos impusieran su ley y ajustaran cuentas a la vista de todos ante la complacencia y complicada de las autoridades. La entidad estuvo gobernada por políticos priístas de todos los tipos, sofisticados como Ruiz Massieu, y rudos como los Figueroa, Pasó después al PRD con Zeferino Torreblanca, y Ángel Aguirre. Zeferino viene de regreso ahora con la cachucha del PAN y Aguirre está con el agua hasta el cuello esperando clemencia del Altiplano.
El actual gobernador, Rogelio Ortega, es un cuadro académico con antecedentes en la insurrección. Poco a poco ha ido construyendo un discurso coherente sobre la situación en el estado que hace como que gobierna y podría ser, pero todavía no se sabe, un factor que contribuya a que haya elecciones el 7 de junio. Los grupos que no quieren las elecciones están alzados. No obstante ya mostraron que son proclives a la negociación, por llamarle de alguna manera, y se quedaron en casa durante la Convención Bancaria y el Tianguis Turístico. Era una oportunidad dorado para hacer un show de los que tanto dominan. Ojalá dejen que pase la Semana Santa. ¿Qué pedirán a cambio de permitir la elección? Para Guerrero la elección supone una oportunidad de relanzamiento institucional, de refrescar el mando civil, de darle una oportunidad a la política para hacer algo bueno por ese estado. Lo importante es que los guerrerenses pongan un hasta aquí a los violentos y le den una oportunidad real a la paz.
Oaxaca
En la entidad ya nadie espera nada del gobierno de Gabino Cué. No hay antecedentes de un gobernador cuyo triunfo haya generado más expectativas de cambio. Por unos días, Cué pareció un iluminado. Sus seguidores lo veían perfilado incluso para la elección presidencial. Parecía el cuadro perfecto para acabar con los dinosaurios y encarrilarnos en una ruta de modernidad. La ilusión duró “lo que duran dos hielos en un whisky on te rocks”, como dice la canción. Cué decepcionó a todos. La gente en Oaxaca cuenta los días para que su sexenio acabe. Nunca quiso usar la ley ni ejercer el poder. Bueno, no toda la gente. A los dirigentes de la Sección 22 les parece correcto que Cué ocupe la oficina mientras ellos gobiernan y hacen las cosas a su modo.
Chiapas
Manuel Velasco, es un gobernador verde por partida doble. Primero porque llegó con la bandera del PVEM y en segundo lugar porque su inexperiencia ha quedado al descubierto en una entidad que no necesitaba un jovencito que corretea tras las estrellas, sino de un hombre experimentado, concentrado y comprometido. Algunos pensaron que tenía espolones para gallo, pero de eso nada. Ha pasado el tiempo pero no ha crecido. Su seguro de vida política es la alianza entre su partido y el PRI. De no haber sido por eso tendría los días contados. La entidad padece los mismos problemas ancestrales y el Ejército zapatista está satisfecho controlando las regiones bajo su mando donde es el poder real. Nadie se mete con ellos para no hacer olas. La ayuda federal sostenida ha evitado más brotes de violencia. La entidad vive en buena medida de la asistencia federal………¿Cuál será la receta, ya sabemos de los males, la modernidad camina y el desarrollo se estanca?.