Jueves 26 de Diciembre, 2024 - México / España
Un vínculo entre México y el Mundo
Facebook Twitter Whatsapp

Salud, eje del debate nacional sobre la mariguana



Su historia

La planta de cáñamo conocida como cannabis o en la actualidad como mariguana es originaria de Asia central, los primeros registros de cultivo de cáñamo datan de hace por lo menos cinco mil años en la antigua China. A lo largo de la historia ha tenido diversos usos, medicinal, religioso, industrial y recreativo. Mucho se ha dicho de sus virtudes curativas y mucho más de las que su uso permite considerarla como droga.
Es conveniente recordar que en los Estados Unidos todos los libros de texto escolares estaban impresos en papel de cáñamo hasta 1830. Previo al algodón en 1820, la ropa y telas en general eran elaboradas en un 80 por ciento a partir de esta planta. En 1916 se predijo que para 1940 todos los libros, en los Estados Unidos, serían impresos en cáñamo, lo cual implicaría que no se tendrían que talar más árboles.

Intereses corporativos

Las bondades de esta planta, según se afirma, incomodaron en los años 90 a dos corporaciones internacionales, las que se volcaron por completo para buscar su prohibición: DuPont y la Hearst Company. Para ambas, la cannabis resultaba una amenaza, pues de esta planta se podrían derivar tanto fibras naturales que redujeran el consumo de nylon, producto clave de DuPont en esos años, como para La Hearst Company que controlaba buena parte de la producción internacional de papel.


Otro actor fundamental fue la ya entonces consolidada industria del tabaco, que había comprobado que el consumo de cannabis entre la población que fumaba era menor que en aquellos que sólo consumían su producto. Por otro lado, era relativamente fácil cultivarla caseramente sin recurrir a una marca industrial. Tomando en cuenta esto, y ante el poco futuro comercial que se percibía en el rubro de la cannabis, las grandes tabacaleras no dudaron en apoyar la cruzada en su contra.


No podemos dejar de mencionar a la industria farmacéutica, conocida como el Big Pharma, y que consciente de las propiedades medicinales de la mariguana la percibió como una amenaza contra sus intereses comerciales, pues se habían comprobado múltiples beneficios médicos que se oponían al desarrollo de medicamentos sintéticos más costosos.


Su prohibición
Se dice que fue entonces cuando se inició una campaña con el objetivo de imprimir en el imaginario colectivo una nueva idea: la mariguana es una planta nociva para la salud y para la sociedad, y su consumo, cultivo y distribución debe ser tenazmente descalificado, denunciado y perseguido.


El uso de la mariguana comenzó a ser penalizado a principios del siglo XX. En 1911 fue prohibida en Sudáfrica, en 1913 en Jamaica, en 1920 en Inglaterra y México, en 1923 en Canadá y en Estados Unidos en 1937.


Con la prohibición en la mayoría de los países del mundo se sumó un nuevo elemento negativo a la historia de esta planta, la enorme cantidad de dinero generada a través de su venta ilegal, considerando algunas teorías que afirman que detrás de este mercado a fin de cuentas se encuentra una monumental red de lavado de dinero.


Inicio del debate

Con estos antecedentes y todos los elementos de violencia que se han sumado desde su prohibición a la venta y distribución de la mariguana, los integrantes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dieron entrada a un amparo cuyo fallo tuvo un mérito que nadie puede regatear: abrió, a nivel nacional, el debate sobre el tratamiento que debe dársele a la mariguana en el país. La sesión fue el miércoles, y la inmensa mayoría de los diarios del jueves 5, entre ellos el nuestro, La Crónica de Hoy, le dedicaron su espacio principal de primera plana. Las notas iban acompañadas de calificativos como “histórico” o “inusitado”.


Lo que hicieron los cinco integrantes de la Primera Sala fue otorgar un amparo, mediante una votación de 4 a 1, a un pequeño grupo de cuatro personas, que demandaron el uso de la hierba para fines lúdicos, de esparcimiento, pero sin intenciones de lucro. El modelo prohibicionista seguido hasta ahora recibió un revés que cambia las reglas del juego. Un cambio que todavía no se sabe con certeza hacia donde irá. No hay que perder de vista que debido a una decisión anterior del Congreso de la Unión, en nuestro país se vale tener una cantidad mínima de esta droga para consumo personal, pero está fuera de la ley producirla o comercializarla y transportarla.


Lluvia de amparos

Las cárceles están repletas de individuos acusados de actividades vinculadas al tráfico o consumo de la hierba. Hay , según datos que han circulado en días recientes, aproximadamente 60 mil internos que están encarcelados por poseer o consumir mariguana. ¿Qué pasará con ellos? ¿Constituyen un peligro para la sociedad, o no? No es nada sencillo diferenciar entre un consumidor o un delincuente. Según cifras oficiales en el año del 2014 las detenciones por posesión o consumo representaron el 65 por ciento de las detenciones federales por cuestión de drogas. Las cárceles tienen un sobrecupo preocupante y sus métodos de reinserción social suelen ser fallidos, de manera que los que fueron detenidos por fumar mariguana, cuyos efectos en la salud “son menores a los que causa el alcohol o el tabaco”, ¿podrán ampararse imitando los argumentos presentados a la Suprema Corte?.


En horas recientes se habló de la posibilidad de que una colación de partidos de izquierda presente en el Congreso un proyecto de “amnistía” para liberar a reos detenidos por consumo. Tiene sentido, pero hay que avanzar con muchísimo cuidado ya que podríamos liberar a personajes de alta peligrosidad. Vinculado con lo anterior hay que tener presente que el narco menudeo, que gira alrededor de la venta de mariguana, es el detonador de incontables episodios de violencia.


Repercusiones dentro y fuera

El impacto de la noticia tuvo repercusiones fuera del país. Las oficinas de inteligencia del gobierno norteamericano y los analistas del Departamento de Estado han seguido de cerca el proceso y ya comenzaron a pronunciarse sobre sus posibles consecuencias. El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, dijo que es el pueblo de cada nación el que decide sus políticas. En este caso es el pueblo de México quien decide qué política de drogas es más apropiada para su país en el marco de la ley internacional. Era la respuesta lógica después de que al menos dos estados de la Unión Americana ya tomaron la decisión de legalizar todas las etapas del uso lúdico de la mariguana.
Por su parte y para evitar confusiones, el gobierno de la República reaccionó en diversos frentes. El presidente Peña Nieto se declaró respetuoso de las definiciones de la Suprema Corte, pero explicó que no significa que esto dé libertad ahora a la comercialización y la legalización del consumo. Este fallo de ninguna manera implica la eliminación de las políticas que el gobierno ha mantenido. El consejero jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos, recordó que la sentencia de la Corte sólo tiene efecto en las cuatro personas que se ampararon, de ahí que al no ser aplicable a otras personas, sembrarla por cualquier motivo, incluso para fines de consumo recreativo, sigue siendo un delito. Manuel Mondragón, comisionado nacional contra las Adicciones, fue contundente al sostener que “legal o ilegal es una sustancia que daña la salud, eso es un hecho”. El ex presidente de Colombia, César Gaviria, auguró que viene un periodo muy interesante y que tanto el gobierno como el Congreso tienen la obligación de examinar los alcances de la resolución de la Corte.


El frente de la salud

El debate sobre los daños a la salud es quizás el más importante en estos días, pues lo que cuenta es precisamente proteger la salud de la población. La demanda es que se tome como un problema de salud pública. Lo curioso es que la mayoría de los consumidores no se consideran a sí mismos enfermos, sino gente que quiere tener otras experiencias. Los daños son minimizados al compararla con el alcohol y el tabaco que son legales y se pueden conseguir en la tienda de la esquina. El riesgo de volverse adicto a la mariguana es menor que el riesgo que presentan el alcohol y el tabaco. Los médicos hacen énfasis en los daños de la mariguana para adolescentes cuyo desarrollo no ha concluido y puede generar daños en su capacidad para adquirir nuevos conocimientos. También se alerta sobre la posibilidad de que el consumo de mariguana abra las puertas para el consumo de otras drogas.


Habrá que reflexionar qué representa la legalización, si ésta se diera: ¿un paso adelante en la lucha por las libertades individuales, por defender nuestro derecho fundamental de poder decidir por nosotros mismos, incluso de poder equivocarnos? ¿Acabar con los intereses políticos y económicos que representan el narcotráfico y sus mafias organizadas? ¿Olvidarnos de la salud pública que implica educación y prevención? Y muchas más preguntas que todos deberemos hacernos… ¿y usted qué opina?

Columnas anteriores