"El culto a la vida, si de verdad es profundo y total, es también culto a la muerte. Ambas son
inseparables. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida." Octavio Paz
El día de Muertos, es la celebración más representativa de la cultura mexicana,
es parte de nosotros, es la ocasión en que nuestros queridos difuntos vuelven
para convivir con los vivos, en algunos lugares como en Campeche, incluso los
familiares platican con su difunto para ponerlo al día sobre los acontecimientos
que han sucedido tanto en la comunidad como en el ámbito familiar durante el
tiempo en que no se han visto y en toda la República son recibidos con alegría
y color. Presente en todo el territorio mexicano. Es una de las tradiciones con
mayor auge y participación de grandes y chicos. No solo por la presencia de la
Catrina sino por ese conjunto de símbolos históricos, culturales y religiosos que
se unen en la ofrenda o altar a los muertos donde obviamente la gastronomía
juega un papel preponderante. Y es que todos los rituales que acompañan a los
días 1 y 2 de noviembre en que se honra a los niños y adultos fallecidos, están
llenos de magia, de color y... ¡de comida!
Esta celebración, como lo hemos ya mencionado en un anterior artículo de esta
columna, tiene raíces prehispánicas y ha sido nombrada por la UNESCO
Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y es que como lo decía ya Octavio Paz,
en su libro “El laberinto de la soledad”, somos los herederos y guardianes de
las 2 tradiciones culturales : la mesoamericana y la cristiana
Hay que reconocer que la principal protagonista en esta fiesta del Día de
Muertos, es la Catrina, ya que es ella el símbolo por excelencia más tradicional
y representativo de la muerte. Siendo una invención popular, ha salido de los
límites del lienzo o el grabado de José Guadalupe Posadas, para ser parte de la
cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres. Se ha vuelto artesanía que
resalta la riqueza formal y espiritual del país
Y es por eso que es re-creada cada año a través de toda expresión artística en
estas fechas. El mexicano la ama y se transforma en ella misma a través de
vestidos y maquillajes sin faltar su gentil acompañante el Catrín.
Pero ¿de dónde viene la Catrina? Cómo nace? Los mexicanos lo sabemos, es
parte de nuestra cultura pero no todos conocen su origen y es por esto que hoy
se los compartimos. La Catrina nace en 1910, antes de la Revolución mexicana,
aún en la época de Porfirio Díaz .
Su nombre viene de la palabra Catrín, denominativo para los hombres elegantes
y bien vestidos quienes venían acompañados con una dama con las mismas
características. Su nombre original era: ‘La calavera garbanzera'. Las
garbanceras/os eran los indígenas que dejaron de vender maíz para vender
garbanzos pretendiendo ser europeos y renegando así de su propia raza,
herencia y cultura. Y los dibujantes de la época utilizaban esqueletos y calaveras
como una forma de crítica social. José Guadalupe Posada caricaturista
originario del bello Estado de Aguascalientes, crea la “Calavera Garbancera”
que utilizando un sombrero elegante le sirve para ridiculizar a los mexicanos
que teniendo sangre indígena renegaban de su propia raza y cultura sintiéndose
españoles o franceses. Diego Rivera, pintor y muralista, esposo de Frida Kahlo,
es quien retoma este personaje pero de cuerpo entero, al plasmarla en su mural
'Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central'. Le pone su atuendo
característico, con su estola de plumas y lo bautiza como “La Catrina”.
Se ha creado también un festival en torno a este ilustre personaje. El pintoresco
festival que tiene lugar en las instalaciones de la Isla San Marcos
Aclaro que no tengo nada contra la rendición celta del Halloween; pero me
siento muy orgulloso de mis tradiciones; del Mictlan y su conmemoración de
aromas, sonidos, sabores, colores, sensaciones y olores.