En el mundo contemporáneo la ciudad, y sus miles de edificios que la conforman, se ha convertido en el centro del sistema de actividades de la sociedad; es ahí donde desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades económicas, sociales, políticas, administrativas, laborales, de ocio y religiosas. La urbanización acelerada de nuestras ciudades hace suponer según un reporte de las Naciones Unidas que, para el 2050, casi nueve de cada diez latinoamericanos vivirán en ciudades.
Por otro lado, la construcción es uno de los motores más importantes de nuestras economías, e igualmente es uno de los mayores elementos de contaminación del ambiente. Por estas razones es necesaria la creación de una conciencia sustentable en todos los niveles de población, pero sobre todo en la industria de la construcción en general.
Materiales sustentables
Por definición, un material verde o sustentable, es aquel en el que sus proceso de extracción, fabricación, distribución, utilización y mantenimiento, tiene un bajo impacto ambiental además de permitir su reutilización.
Actualmente existen cada vez más materiales con estas características, los cuales, aunados a los avances tecnológicos, nos permiten tener mayor variedad de productos a costos cada vez más competitivos.
Para validar estos nuevos materiales y tecnologías, han surgido diferentes métodos, como es el caso de “El Análisis de Ciclo de Vida (ACV)”, la cual es una de las metodologías más utilizadas para evaluar el impacto ambiental de cualquier tipo de producto o servicio, por lo que puede aplicarse sobre un material o solución constructiva, o bien sobre un edificio o grupo de edificios que conforman los diferentes ámbitos urbanos de nuestras ciudades.
Además de la utilización de materiales sustentables, han surgido otros tipos de productos enfocados al aprovechamiento de energías alternativas, como son los paneles solares, que sumadas a algunas nuevas practicas, como son la utilización de azoteas verdes, nos permiten lograr un mejor aprovechamiento de nuestros limitados recursos, sin afectar gravemente nuestra calidad de vida actual.
Otro factor decisivo en materia de sustentabilidad, es la creatividad de los profesionales comprometidos con el medio ambiente ya que, hoy en día, son los encargados de promover las innovaciones y propuestas necesarias para la utilización de materiales reciclables en sustitución de los materiales convencionales. Ejemplo de ello es el primer centro de exhibiciones con botellas de plástico recicladas realizado en Taiwán.
Certificaciones ambientales
Actualmente, hemos sido testigos del auge de los sistemas de evaluación y certificación ambiental de edificios, los cuales no solo toman en cuenta el uso de tecnologías y materiales sustentables, sino que valoran igualmente las buenas prácticas utilizadas desde el inicio de los proyectos, lo que nos asegura que estos fueron diseñados, construidos y utilizados siguiendo una serie de estrategias que, aplicadas en conjunto, conforman un sistema integral sustentable.
Las certificaciones toman como ejes principales: la elección del sitio, la utilización racional de agua, energía eficiente y alternativa, implementación de materiales verdes y cuidado de la calidad de vida interior.
Algunos de los sistemas de certificación más conocidos y de carácter voluntario son: LEED (Leadership in Energy and Everoalmental Design) de Estados Unidos, y cuyo sistema es de los más utilizado en México actualmente; BREEAM (Building Research Establishment Enviromental Assessment Method) originario de Reino Unido y utilizado generalmente en Europa, actualmente líder por número de proyectos certificados a nivel mundial; Green Star, originario de Australia y utilizado también en Nueva Zelanda y Sudafrica, así como el Earth Check, también de origen Australiano y utilizado por FONATUR para sus Centros Integralmente Planeados a nivel turístico.
Desde sus inicios estos sistemas de certificación han ido evolucionando para abarcar cada vez más aspectos en torno a la sustentabilidad y su aplicación, por lo que se prevé que su uso se siga masificando en los próximos años. Esto remarca la importancia de estos sistemas como soluciones basadas en el mercado y sus plusvalías, lo que sumado a la aplicación de nuevas políticas y regulaciones ambientales utilizadas por cada país, lograrán un verdadero cambio de mentalidad.
Casos de éxito
Como ya comentamos, gracias a la creciente proliferación y utilización de materiales, productos y nuevos conceptos sustentables, se ha podido abarcar todos los ámbitos de la industria de la construcción, lo que ha dado pie a la variedad de certificaciones ambientales que existen dependiendo de la escala del proyecto. Ejemplo de esto es la creciente apuesta de las compañías transnacionales por incorporar dentro de sus políticas ambientales la remodelación y construcción de sus locales con características sustentables, como es el caso de Nike Store ubicado en Centro Comercial Unicenter de Buenos Aires o el restaurante Ecológico de McDonald´s, ubicado enfrente del parque Hundido en la Ciudad de México, quienes obtuvieron la certificación LEED Gold.
Sin embargo, es en los imponentes rascacielos donde la implementación de estos materiales y certificados han tenido mayor auge, y donde su implementación toma mayor importancia por su relevancia e impacto medioambiental. En la Ciudad de México contamos con varios edificios con algún tipo de certificación ambiental, como es el caso de la Torre Mayor (LEED Gold) y la Torre HSBC (LEED Platinum).
Inaugurado el año pasado en la ciudad de Londres, el edificio de usos múltiples conocido como The Shard, que con sus 310 metros de altura es actualmente la torre más alta de la Unión Europea, se ha convertido en un claro ejemplo de la evolución de la arquitectura High-Tech hacia lo que actualmente se denomina Eco-Tech (Arquitectura Sustentable), cuya apuesta supone un esfuerzo por minimizar el impacto ambiental y el gasto energético, logrando con ello la Certificación BREEAM con categoría de Excelente.
Además Londres ha sido pionera en la toma de decisiones que afectan la limitación de tráfico dentro de la ciudad. The Shard no solo es una de las mayores apuestas inmobiliarias y comerciales que ha realizado la ciudad en los últimos tiempos, sino que también forma parte de todo un complejo plan de renovación urbana que se está llevando a cabo en el distrito de Southwark, donde el incentivar la utilización del servicio público de transporte ha sido una de las apuestas de los promotores de la torre, ya que para las aproximadamente 12.000 personas que la utilizarán diariamente, solo se han contemplado 48 plazas de estacionamiento.
A pesar de no ser obligatorios, con estas certificaciones se pretende dar un empuje definitivo hacia la adopción generalizada de prácticas sustentables en la edificación.
Sustentabilidad urbana
El Urbanismo “Emergente”, una de las apuestas de las nuevas corrientes urbanísticas, se basa en la regeneración de espacios abandonados o degradados; tomando a los individuos como eje central, y devolviendo estos espacios a la comunidad.
El parque colgante de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, construido en lo que fuera una línea de tren abandonada a 9 metros del suelo, es un claro ejemplo de la regeneración de espacios dentro de nuestras ciudades, que no solo benefician a los ciudadanos, si no que se convierten en motores económicos e inclusive en atracciones turísticas.
La densidad y mezcla de usos es otra alternativa de sustentabilidad urbana. Barcelona, por ejemplo, presenta una ciudad compacta donde la densidad y la mezcla de usos son la asociación más correcta y necesaria en pro de la sustentabilidad. Este tipo de ciudad mejora la calidad de vida, ya que el entorno urbano está orientado a las personas y no a los automóviles, convirtiéndolas en ciudades de baja velocidad, con calles estrechas y con una geometría y dimensión adecuada para la utilización de medios alternativos de transporte.
A diferencia de las ciudades dispersas, las cuales son difíciles de regular, comunicar, abastecer y sostener ambiental y económicamente, el concepto de ciudad compacta, no solo se refiere a la forma física de la misma, sino que implica una compacidad de funciones, una mezcla e interrelación de actividades, las cuales son favorecidas por la densidad que comparten un mismo tejido urbano.
Conclusión
La sustentabilidad influye cada vez más en nuestro quehacer cotidiano; la creatividad medioambiental, los nuevos materiales reciclados, las certificaciones, los nuevos modelos urbanos y los avances tecnológicos son elementos que, sumados a la conciencia del uso racional de nuestros recursos, están modificando nuestra forma de construir, reformar y proyectar nuestras ciudades. Sin embargo, es imprescindible que esta nueva conciencia sustentable permee a las nuevas generaciones de profesionales, para que desde el inicio de los proyectos estos ofrezcan realmente una solución en el tiempo, de acuerdo a las nuevas necesidades y retos que enfrentamos actualmente.